domingo, 28 de junio de 2015

RINOCONJUNTIVITIS ALERGICA


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DR. JUAN ANTONIO MEDINA ADAME*
El Siglo de Torreón
La rinitis se define como la inflamación de la mucosa de las fosas nasales; se caracteriza por uno o más de los siguientes síntomas: estornudos, prurito, rinorrea y congestión nasal. Con frecuencia se acompaña de síntomas que resultan de la afectación de las mucosas conjuntival, ótica o faríngea. En tales casos hablamos de rinoconjuntivitis (RCJ).
La rinitis alérgica (RA) es la inflamación de la mucosa de las fosas nasales inducida a través de un mecanismo de protección exagerado en respuesta a la exposición a aeroalérgenos del ambiente a los que el paciente está sensibilizado. Tiene una prevalencia del 20-25 % en los países occidentales. En nuestra comunidad la frecuencia es del 13 %.
La rinoconjuntivitis es la enfermedad alérgica más frecuente, siendo el primer motivo de consulta en las Unidades de Alergología Infantil. Puede debutar antes de los dos años de vida, aunque su prevalencia aumenta de forma gradual a partir del tercer año, estimándose que alrededor de un 20 % de los niños puede presentarla a lo largo de la edad pediátrica.
Los principales aeroalérgenos productores de rinitis alérgica son: pólenes (pastos, árboles), mohos, ácaros de polvo doméstico, animales domésticos (perro, gato, ratones…), cucarachas y alérgenos ocupacionales.
Un consenso de expertos en colaboración con la Organización Mundial de la Salud ha sugerido una clasificación según la duración de los síntomas en “intermitente” o “persistente”, y según la gravedad de los mismos y el impacto sobre la calidad de vida de los pacientes en “leve”, “moderada” y “grave”. La gravedad se basa en la alteración sobre la calidad de vida
La sintomatológica clásica de la rinitis de cualquier tipo es formada por fluido nasal, obstrucción nasal y estornudos. Estos síntomas pueden aparecer de forma conjunta o faltar alguno de ellos. La intensidad de cada uno es variable según la causa del proceso. Se considera patológica la existencia de síntomas durante al menos 30-60 minutos al día, la mayoría de los días. En el caso de la rinitis alérgica aparece, además, prurito nasal y, ocasionalmente, conjuntival.
Para hacer el diagnostico de este padecimiento se requiere de una historia clínica completa, una exploración física integral, con un equipo adecuado para valoración de la función nasal (rinoscopio, fibroscopio) y exámenes de laboratorio como una biometría hemática y estudio del moco nasal para identificar eosinófilos (células que aumentan en procesos alérgicos) la determinación de anticuerpos que aumentan procesos alérgicos (Inmunoglobulina E) y pruebas cutáneas orientadas hacia el medio ambiente al que está expuesto el paciente. Las pruebas cutáneas son el modo más fácil, barato y eficaz para detectar los alérgenos a los que un niño puede estar sensibilizado
Tratamiento: Pocos niños afectados de RA llegan a adquirir tolerancia espontánea a lo largo de 30 años. Por el contrario, la evolución natural de la enfermedad es de un empeoramiento progresivo, que requiere un tratamiento con mayor consumo de medicación (antihistamínicos, antagonistas del receptor de leucotrienos vía oral y corticoides intranasales) En algunos casos, da inicio asma alérgica. Asímismo, es relativamente frecuente la aparición de nuevas sensibilizaciones alérgicas que complican el pronóstico
Dentro de las medidas de prevención primaria en los niños de riesgo (hijos de padres atópicos) se aconseja lactancia materna durante más de seis meses, evitar completamente el tabaquismo pasivo, evitar la exposición a ácaros y el contacto con agentes ocupacionales.
En el caso de que se sospeche otitis secretora o sinusitis, se ha de asociar una pauta corta de corticoides orales y antibióticos
Por el momento, solo la Inmunoterapia (ITE) ha mostrado una relativa eficacia en la modificación de la historia natural de la enfermedad. También reduce la hiperreactividad bronquial y parece capaz de prevenir el desarrollo de nuevas sensibilizaciones y el asma en niños y adultos. Se recomienda la administración de ITE en niños afectador por RA intermitente grave y/o persistente, independientemente de su gravedad
*Inmunólogo y Alergólogo Pediatra. Profesor de Inmunología Clínica y Subdirector médico del Hospital Infantil Universitario, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Gerardo Pérez Rojas, ginecólogo.