sábado, 28 de julio de 2012

ENTENDIENDO EL GLAUCOMA

DRA. ROSA MARÌA NÙÑEZ ADAME*
El Siglo de Torreòn aquì
El glaucoma es una enfermedad progresiva que afecta al nervio óptico  causando ceguera irreversible; por lo tanto, no se cura, pero se puede detener si logramos tener un control adecuado. Anteriormente se definía como el aumento en la presión Intraocular, pero ahora sabemos que puede existir aún cuando la presión intraocular sea normal.
          Se trata de una enfermedad grave, debido a que la mayoría de los casos se detecta en etapas muy avanzadas, pues la principal alteración es la afección al campo visual periférico; de afuera hacia adentro y lo último que se altera es la visión central. Cuando el paciente se entera ya es demasiado tarde. A nivel mundial, el glaucoma es considerado la primera causa de ceguera irreversible.
          Los signos y síntomas que pueden alertar sobre el glaucoma son: dolor ocular o alrededor del ojo, dolor de cabeza crónico o migrañoso, ojo rojo, visión borrosa, halos coloreados alrededor de los focos que pueden confundirse  con fatiga visual o estrés. En ocasiones se disminuye la molestia con analgésicos por lo que se enmascara la enfermedad.
Se presenta con mayor frecuencia en la raza negra, sin embargo existen estudios que demuestran igual afección en latinoamericanos. En México se estima que afecta del 2 al 4 % de la población y de éstos el 50% lo desconoce.   En general se trata de adultos de más de 40 años de edad; el riesgo aumenta al doble en las décadas posteriores a esta edad. Aunque tambien lo padecen los niños. Se ha señalado que se presenta con un ligero aumento en hombres. El factor hereditario es determinante. Si alguno de los padres lo padece existe un riesgo hasta 5 veces mayor de padecer glaucoma.
          Los factores de riesgo son presión intraocular elevada, córnea delgada, antecedentes familiares de glaucoma, edad mayor de 40 años, miopía, hipermetropía; uso de esteroides o corticoides por cualquier vía, diabetes mellitus, hiper o hipotensión arterial, migraña, cardiopatías, dislipidemias, hipotiroidismo, tabaquismo, antecedente de cirugía ocular,  traumatismo directo de cualquier índole, o falta de uso de protección  adecuada  en los deportes de alto impacto.
          La prevención se realiza si se diagnostica oportunamente. Se puede prevenir el daño del nervio óptico, la pérdida del campo visual y de acuerdo al tipo de glaucoma se puede prevenir la crisis o “ataque” agudo.
          La detección oportuna se logra acudiendo al cirujano oftalmólogo, mínimo una vez al año, quien después de una minuciosa historia clínica y exploración oftalmológica, se determinarán los estudios a realizar para poder dar un tratamiento adecuado con revisiones subsecuentes. Lo ideal es detectar el glaucoma en su etapa pre perimétrica antes de que afecte el campo visual.

*Cirujana Oftalmóloga. Profesora de oftalmología de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.

La próxima colaboración será del Dr. Raúl Guzmán Muñoz, cirujano

sábado, 21 de julio de 2012

NECESIDAD DE UN HOSPITAL DE SALUD MENTAL

DR. FERNADO SÀNCHEZ NÀJERA*
El Siglo de Torreòn aquì
La Comarca Lagunera tiene aproximadamente 1.5 millones de habitantes. Cuenta con 14 hospitales de 2do. y 3er. nivel, tanto públicos como privados, pero, en el área de la salud mental no existe uno solo donde se haga también investigación y docencia. Esto es debido a que quienes toman estas decisiones (principalmente el gobierno, que durante 12 años ha sido insistentemente enterado) no han tenido sensibilidad ni visión política para responder a la necesidad sufrida cotidianamente por los laguneros. Existen organizaciones que reclaman derechos humanos de las minorías; por el enfermo mental nadie reclama.
Las enfermedades mentales se han visto con distintas actitudes de acuerdo a la cultura. En la antigüedad los árabes y griegos protegían a estos enfermos. En Europa, durante la Edad Media nacieron los manicomios cuidados por frailes y humanistas. Allí se recluía generalmente de por vida a estos pacientes. Lamentablemente en el siglo XII surgió el llamado libro Maleus maleficarum o Libro del marro de brujas, con él, la Santa Inquisición pretendía identificar a los faltos de fe y poseídos por demonios y los enjuiciaba: miles de enfermos mentales fueron llevados a la hoguera.
Entre los siglos XV y XVIII surgieron humanistas y médicos como Theophrastus Bombastus Hohenheim o Paracelso que pusieron atención en el enfermo mental, procurando sus cuidados y definiendo algunos de los cuadros clínicos. Con la revolución francesa y la declaración de los derechos del hombre; Philippe Pinel liberó al enfermo mental de sus cadenas y preconizó la cura moral, más, al no existir las bases psicopatológicas ni los medicamentos efectivos, no tenian muchas alternativas.
A finales del siglo XIX las aportaciones de Sigmund Freud con estudios de la personalidad y psicoanálisis y las escuelas de la fenomenología Alemana e Inglesa, se sentaron las bases de las enfermedades mentales. A mediados del siglo XX surgieron los primeros medicamentos con efecto antipsicótico, antidepresivo y ansiolítico. Con ello se dejó el manejo manicomial permanente y se establecieron los hospitales psiquiátricos de agudos.
          Actualmente existen medicamentos que permite que la mayoría de los padecimientos mentales sean tratados ambulatoriamente. No obstante, muchos no se diagnostican; la OMS y la SSA establecen que un 25% de la población padece algún malestar psicopatológico a lo largo de su vida y solo una tercera parte acude al médico; un 3 a 5% requieren tratamiento interdisciplinario en un hospital de salud mental con una permanencia de 1 a 4 semanas.
Es prioritario que en la Laguna exista un centro de hospitalización de salud mental que integre un servicio de urgencias, unidad de cuidados intensivos psiquiátricos, área de estancia corta (7 días), estancia prolongada (28 días), área de hospital de día y talleres de rehabilitación. Ojalá lo podamos ver.
*Psiquiatra. Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Torreón. U.A. de C.  sanafe07@hotmail.com

La próxima colaboración será de la Dra. Rosa María Núñez, oftalmóloga          

  

sábado, 14 de julio de 2012

TRIAGE: ATENCIÒN Y SELECCIÒN DE PACIENTES

DR. CARLOS DE LA CUEVA*
El Siglo de Torreòn aquì
 Triage es un concepto que se utiliza para la atención y selección de pacientes;  ante una situación de emergencia es de vital importancia elegir a los enfermos que deben ser atendidos de manera urgente y marginar a aquellos cuya atención  puede postergarse. Es útil para establecer el tipo de atención, transporte que necesita o para tomar la decisión sobre el área hospitalaria a, que se enviará al paciente. Así, se consideró la necesidad de establecer criterios para poder optimizar los recursos tanto humanos como mate/>

Rojo (1): Pacientes críticos, potencialmente recuperables, que requieren atención médica inmediata; Amarillo (2): Pacientes graves que requieren atención médica inmediata; Verde (3): Pacientes con lesiones leves, cuya atención se puede postergar sin que el paciente corra riesgo; Negro (0): Pacientes con lesiones mortales o fallecidos en el lugar.
Como se observa en la anterior clasificación es necesario establecer un criterio de fácil comprensión para identificar a los pacientes. Es probable que pronto se incluya el color azubsp;           La clasificación Traige es internacional y se establece por colores a los que se les asigna un número que muestra la prioridad en que deben de ser atendidos los enfermos:

Rojo (1): Pacientes críticos, potencialmente recuperables, que requieren atención médica inmediata; Amarillo (2): Pacientes graves que requieren atención médica inmediata; Verde (3): Pacientes con lesiones leves, cuya atención se puede postergar sin que el paciente corra riesgo; Negro (0): Pacientes con lesiones mortales o fallecidos en el lugar.
Como se observa en la anterior clasificación es necesario establecer un criterio de fácil comprensión para identificar a los pacientes. Es probable que pronto se incluya el color azul que representaría estados de contaminación biológica, química o expuestos a radiación.
Los criterios del Triage se aplicaran en tres etapas
1.- Triage de Campo: Se realiza en el lugar del incidente, tomando en cuenta que esta área debe estar apartada del sitio inicial donde se produjo la emergencia. En este lugar se clasifica a los pacientes, y en caso de ser necesario se estabilizan y se preparan para su traslado. Se evalúan las alteraciones fisiológicas, anatómicas, las probabilidades de vida, el Triage de pacientes traumatizados y la investigación clínica.
2.-Triage en la sala de urgencias: Este se realiza antes de que el paciente sea asignado a un área específica del hospital.
3.-Triage hospitalario: El jefe de cada área reclasifica a los pacientes, usando sistemas para el mismo fin, que incluyen la valoración de la severidad de las lesiones y el tiempo de espera.
Por lo anterior es importante la tarjeta de Triage pues con ella se identifica al paciente, la severidad de sus lesiones, y si éste ha recibido algún tratamiento. 
*Cirujano. Profesor de Cirugía de la Facultad de Medicina,Torreón, U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Fernando Sánchez Nájera, psiquiatra.

sábado, 7 de julio de 2012

TRAUMATISMO CRANEOENCEFÀLICO

DR. MARIO DEL VALLE GONZÀLEZ*
El Siglo de Torreòn aquì
El traumatismo craneoencefálico (TCE) es un evento muy común en la vida de todos nosotros, y puede ser tan leve como un simple “coscorrón” y más serio y aparatoso, como una “descalabrada” en que hay alguna cortada y subsecuente sangrado profuso.
            Debemos recordar que la piel cabelluda tiene una gran cantidad de vasos sanguíneos que nutren los folículos pilosos y por ello cualquier herida en la cabeza es muy sangrante. Recuerden en la historia el suplicio que practicaban los indígenas americanos, conocido como “descabellar”, se imaginaran el sangrado, por lo cual muy difícilmente podrían sobrevivir.
            Volviendo a nuestro tema, el objetivo de este texto es poner ante ustedes la categorización objetiva que, como médicos, tenemos que valorar para poder asignar la gravedad de un traumatismo craneoencefálico
            Es evidente que el mecanismo del golpe y el tiempo que puede pasar inconsciente el paciente son muy importantes. Primero debemos asegurarnos de que tenga una adecuada respiración y una estabilidad hemodinámica (circulación), es decir, una adecuada coloración, temperatura, pulso, presión arterial y llenado capilar. Enseguida se procede a evaluar el estado neurológico. Lo cual se hace en base a parámetros objetivos conocidos como escala de Glasgow,  que es muy sencilla, por lo que no se necesita ser médico para entenderla bien. Esto nos  permite decidir estudios prioritarios y establecer la gravedad del golpe (TCE) y la repercusión en el tejido cerebral. Enseguida expongo los valores de los signos que se miden en la escala de Glasgow.
Apertura ocular: Ojos abiertos (4); abre los ojos al hablarle (3); abre los ojos al dolor (2); no abre los ojos (1).
Respuesta verbal: Orientado (5); confuso (4); uso de palabras inapropiadas (3); sólo emite sonidos (2); ninguna respuesta (1).
Respuesta motora: Obedece (6); localiza el dolor (5); se retira al sentir dolor (4);  flexión anormal (3); extensión anormal (2); ningún movimiento (1).
            La calificación máxima es de 15 puntos, es decir; podría estar como cualquiera de nosotros, con ojos abiertos, orientado y obedecer órdenes. La peor puntuación es de 3 puntos; no  existe ningún movimiento, ni lenguaje, es obvio que está muy, muy, mal y eso significa que requiere atención inmediata en un centro hospitalario.
            En general, los neurocirujanos a nivel mundial, tenemos muy claro que cualquier paciente con un Glasgow de 8 o menos requiere atención inmediata en terapia intensiva y que es urgente realizar estudios de Imagen (Tomografía Computada) y movilización de un equipo multidisciplinario de intensivistas, anestesiólogos, neurocirujanos, porque el TCE es grave y el tiempo es básico para que tenga la mejor oportunidad de recuperarse.
            Esta calificación permite hacer una evaluación objetiva, aún sin ser especialista, y no requiere de equipos especiales.

*Neurocirujano. Profesor de Neurología de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.

La próxima colaboración será del Dr. Carlos de la Cueva Rodríguez, cirujano.