sábado, 29 de octubre de 2011

ESCLEROSIS MULTIPLE

 DR. MARIO ALANIS QUIROGA*
El Siglo de Torreón aquí
La esclerosis múltiple (EM) se conoce desde hace más de 100 años; una de las primeras descripciones fue el caso de Santa Ledwima de Schiedman, cuya sintomatología consistía en dificultad para movilizar una de las extremidades inferiores, problemas para pasar los alimentos, alteraciones en la visión y trastornos en la sensibilidad.  La enfermedad fue descrita con más detalle por Jean Cruveilhier (1835) y Robert Carswell (1838). Más tarde, en 1860, Jean- Martin  Charcott  describió que los síntomas eran atribuibles a lesiones de  la sustancia blanca que forma parte de las fibras del sistema nervioso central y que está  recubierta por un compuesto llamado mielina.   
La frecuencia de la EM tiene una franca variación geográfica, con menor incidencia en países ecuatoriales y más común en los más distantes del ecuador, en ambos hemisferios. En el mundo, cerca de 2.5 millones  de personas entre 17 y 65 años de edad padecen la enfermedad. En México, la frecuencia es aproximadamente 12 por cada 100 000 habitantes.
La EM se presenta en diversas formas: 1.) Remitente-recurrente (un 80 a 85 por ciento inicia así); caracterizado por un déficit neurológico seguido de una recuperación. 2.) Secundaria progresiva;  inicia remitente-recurrente y sigue con una progresión. 3.) Primaria progresiva; aquella que desde el inicio los síntomas neurológicos son progresivos. 4.) Progresiva recurrente; con progresión desde el inicio pero acompañada de exacerbaciones bien definidas.
La causa de la EM ha sido atribuida a varios factores y es probable que involucre la interacción entre susceptibilidad genética y exposición ambiental.
Esta enfermedad es un trastorno inflamatorio donde las respuestas autoinmunes son dirigidas a la destrucción de las proteínas de la capa de mielina del sistema nervioso central. En otras palabras, el propio organismo daña específicamente a las prolongaciones de las neuronas (axones) que son las que llevan la información a las partes distantes de nuestro cuerpo, y como éstas se encuentran revestidas de mielina al perderse ésta se hace un “corto-circuito” y la información trasmitida es alterada dando la sintomatología más diversa e incongruente que se puede imaginar.
Existe un mecanismo endógeno de reparación que determina el progreso de la enfermedad; consiste en formar más mielina y una neuroregeneración. Sin embargo, al avanzar la enfermedad los procesos de reparación comienzan a fallar resultando clínicamente en una discapacidad.
Los tratamientos de la EM buscan modificarla reduciendo las recaídas y retrasando la progresión de la discapacidad. Se basan principalmente en interferones, acetato de glatiramer, natalizumab y otros inmunosupresores. Las terapias se administran en forma parental (intravenosa). Aunque, ahora existe una medicación moduladora que se administra vía oral (fingolimod). 
            *Neurólogo clínico. Profesor de neurología y Jefe del Departamento de Enseñanza del Hospital General Universitario U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Guillermo Milán Montenegro, cirujano pediatra.

sábado, 22 de octubre de 2011

ANTIOXIDANTES Y ENFERMEDADES CRÓNICO-DEGENERATIVAS

POR DR. LUIS BENJAMÍN SERRANO GALLARDO*
                                 El Siglo de Torreón aquí
Nuestra salud se puede ver afectada por diversos factores como el ejercicio, ocupación, sueño, estrés, y especialmente por los hábitos alimenticios; alcohol, café, tabaco y otros productos que ingerimos y que contienen aditivos, conservadores, colorantes, edulcorantes y saborizantes que no tienen ningún valor nutritivo. Una dieta equilibrada debe contener cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas, vegetales, fibras y grasas.
Las células del organismo tienen una vida media que se cuenta en días o en años. No todas las células duran la totalidad de su potencial, ya que existen muchas sustancias que las pueden dañar. Esta muerte o daño celular aumenta de manera gradual con el paso del tiempo, lo que nos lleva a padecer enfermedades crónico-degenerativas que reducen la duración de nuestra vida.
Son cuatro los procesos principales que pueden ocasionar deterioro en las células: radicales libres, peroxidación de lípidos, degradación de proteína y cambios o mutaciones celulares. Esos cambios se originan en nuestro entorno y estilos de vida, no sólo en nuestra herencia genética.
Hablemos de los radicales libres que son sustancias muy reactivas que están presentes en los procesos de oxidación de la célula, el aumento de éstos acelera el envejecimiento del cuerpo. Aunque estando en equilibrio son funcionalmente benéficos. Pero cuando el organismo tiene un exceso de radicales libres pueden causar problemas en las articulaciones, reduciendo la capacidad de estiramiento y de flexión. Pueden dañar las proteínas de los tejidos en músculos, tendones, hueso y cartílago. También provocan daño en las paredes de las arterias por lo que se incrementa el riesgo de arteriosclerosis. Grandes cantidades de estas sustancias en el cerebro están asociados a la enfermedad de Alzheimer. Las personas con sobrepeso tienen más elevados niveles de grasas oxidadas por radicales libres y en consecuencia existe mayor riesgo de infarto cardiaco. Estudios científicos señalan que hay un incremento en la lista de padecimientos relacionadas con los radicales libres como son la diabetes y diversos tipos de cáncer.
Los antioxidantes son las sustancias que pueden frenar el daño causado por los radicales libres. Afortunadamente nuestro organismo cuenta en forma natural con una gran cantidad de éstos por lo que pueden defender a las células en contra de estos efectos dañinos. El sistema de antioxidantes está constituido por vitaminas, minerales, aminoácidos y enzimas proteicas específicas.
Podemos beneficiar nuestra salud si escogemos un estilo de vida sano y hábitos alimenticios que incluyan  frutas y verduras que contengan antioxidantes naturales como los flavonoides y zinc, manganeso, cobre, ubiquinona (coenzima Q), vitaminas A, C, E, B1 (tiamina), B3 (niacina), B6 (piridoxina) y posiblemente ácido fólico (Vitamina B9).  
*Doctor en ciencias. Profesor de Bioquímica e Investigador del Departamento de Bioquímica y Farmacología de la Facultad de Medicina de U.A. de C. Correo electrónico:  serranoluis@yahoo.com
La próxima colaboración será del Dr. Mario Alanís Quiroga, neurólogo clínico.

sábado, 15 de octubre de 2011

EMBARAZO Y ADOLESCENCIA

POR DR. ALEJANDRO CAMPOS ALBORES*
El Siglo de Torreón aquí
El embarazo en la adolescencia se define como el embarazo que sucede antes de los 19 años o en los dos años posteriores a la primera menstruación o menarca. Este hecho ha ido en aumento en todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos en donde la tasa de fertilidad es una de las más altas. La edad en la que se presenta con más frecuencia es entre los 15 y 17 años. Una desafortunada consecuencia de este problema es que existe una probabilidad de que en el 50 por ciento de las jóvenes ocurra un segundo embarazo en los dos años posteriores al primero.
Las estadísticas indican que la mitad de los adolescentes norteamericanos son sexualmente activos y cerca de una cuarta parte de las jóvenes quedan embarazadas y dos tercios de éstas dan a luz. Desafortunadamente casi todas ingresan tardíamente al sistema de atención prenatal, hecho que aumenta las complicaciones.
Los riesgos en la adolescente embarazada son el parto pretermino, bajo peso al nacer, preclampsia o toxemia del embarazo que consiste en alta presión arterial y edema en miembros inferiores y eclampsia  que además de los signos de preclampcia se agregan convulsiones y en algunos casos coma. Otros riesgos son: ruptura prematura de membranas, desprendimiento prematuro de placenta, mortalidad perinatal muy alta, anemia severa, desnutrición y coeficiente intelectual bajo del recién nacido.
El embarazo y el parto alteran el desarrollo psicosocial de la adolescente y los conflictos familiares y escolares son inevitables. A menudo la relación madre e hijo resulta un proceso difícil. La joven no siempre cuenta con el aval de su pareja o familia, trayendo como consecuencia aumento en la incidencia de abortos provocados en medios clandestinos con complicaciones infecciosas y hemorrágicas, con el consecuente aumento en las muertes maternas.
Con frecuencia, las adolescentes embarazadas estén mal nutridas y consumen tabaco, alcohol o drogas, lo cual lleva a una anemia severa teniendo como consecuencias un desarrollo fetal deficiente con daño intelectual, que en ocasiones es permanente. También, se pueden presentar anormalidades neurológicas al nacer o al año de edad, provocadas principalmente por el bajo peso o la edad prematura del bebé.
Para corregir este fenómeno social lo primero es la educación familiar, ésta debe ser adecuada y madura en el aspecto sexual. También los programas de educación sexual de las escuelas son importantes. Las campañas de difusión por parte del Sector Salud son indispensables, sobre todo hay que insistir en los métodos anticonceptivos, facilitar la entrada a los programas con que cuentan los hospitales sobre clínicas de embarazo en la adolescencia. Así, el adolescente podrá ser más responsable
*Ginecobstetra. Profesor y Jefe del Departamento de Ginecobstetricia del Hospital General Universitario, U. A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Luis Benjamín Serrano Gallardo, Doctor en Ciencias.

sábado, 8 de octubre de 2011

TERAPIAS PARA EL CÁNCER

            DRA. ALMA GEORGINA PALACIOS*
         El Siglo de Torreón aquí
 “Doctora, la esperanza es mía”, al escuchar esta frase surge la necesidad de que uno, como médico, se dé tiempo para platicar más con los pacientes. Es importante que ante un diagnóstico de cáncer se establezca un intercambio de conocimientos y definir que en la actualidad del 80 al 90% de los enfermos pueden recibir un tratamiento paliativo y que casi un 50 % se curan.
Antes se decía: “tiene cáncer, está invadido. No hay nada qué hacer”, pero esos tiempos se acabaron. Hoy existen múltiples terapias que pueden hacer más llevaderos los días, meses, e incluso los años de los pacientes oncológicos.
Debemos afrontar que cuando los médicos nos cerramos a los procedimientos paliativos siempre habrá un amigo, compadre o vecino que ofrezca  al enfermo la receta de una medicina “milagrosa” que curó a la amiga de un hijo de la hermana de alguien. Algunos de los remedios que más recomiendan son: veneno de alacrán, pócima del padre, agua de Tlacote, gorgojos comidos vivos, flor essence, mango, víbora de cascabel o sueros maravillosos, entre otros remedios falsos. Lo único que hacen estos charlatanes es lucrar con la desgracia ajena. En el cáncer, estas terapias alternativas no son recomendables.
Hablemos de las terapias complementarias; parte fundamental en el bienestar del enfermo y que se refiere a la implementación de una buena alimentación, del ejercicio, de la meditación, de vivir la vida. Se trata, de vivir cada día como si fuese el último.
Además de las formas convencionales de cirugía, quimioterapia y radioterapia, existen procedimientos que ya están probados en otros países, que son protocolos de los que se han obtenido extraordinarias resultados con medicamentos orales y que su uso es una realidad efectiva para el cáncer renal, gástrico,  de mama, de pulmón y  para el Gist, que es un tipo de sarcoma o tumor de músculos y tejidos blandos
En fin, protejamos a nuestros pacientes. El secreto está en escucharlos. Dejemos que ellos nos cuenten lo que están haciendo. Y si se atreven a comer lo inimaginable es porque están desesperados. Nos están pidiendo ayuda a gritos porque quieren vivir; por eso buscan falsas esperanzas. Todo esto es porque como médicos no les hemos ofrecido lo que buscan; al menos una buena calidad de vida y lo que todos deseamos al final, una despedida digna, cerca del ser más querido con quien compartamos nuestros últimos momentos.
Exhortemos al paciente oncológico a que realmente se informe y busque a un profesional de la salud para que crea y confié en él, dándole las armas para que luche por su salud. Ésta es nuestra verdadera misión como médicos.
*Oncóloga quirúrgica. Profesora de Oncología de la Facultad de Medicina de Torreón U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Alejandro Campos Albores,  ginecobstetra.

sábado, 1 de octubre de 2011

MUERTE VIOLENTA

POR DR. ERNESTO POSADA NUÑEZ*
El Siglo de Torreón aquí
Por definición, muerte violenta es aquélla que se debe a un agente externo y en la que existe una clara relación entre causa y efecto; como ejemplo tenemos los hechos de tránsito y los proyectiles disparados por arma de fuego. Y en estos casos, la necropsia es obligatoria.
Actualmente, en nuestra ciudad tenemos un aumento considerable en muertes violentas y aparece una constante en los familiares de las personas que han perdido la vida: desconocen los trámites a seguir cuando se presenta esta situación. Por lo tanto, a continuación se describe brevemente el procedimiento establecido para estos casos.
La primera acción es verificar que, efectivamente, la persona que se busca ha perdido la vida. Para ello es necesario acudir a las instalaciones del Hospital General Universitario de esta ciudad (ubicado en avenida Juárez y calle Diez) y pedir al encargado del anfiteatro que permita la entrada a los familiares para llevar a cabo la identificación. Si es positiva (es decir, que sea la persona buscada) será necesario acudir ante el Agente del Ministerio Público en turno para realizar la identificación oficial del cuerpo. Este trámite tiene lugar en la Fiscalía General del Estado (ubicada en periférico Raúl López Sánchez, kilómetro tres más novecientos de esta ciudad) y, para llevarlo a cabo, es necesario que la persona que lo realice presente una identificación oficial. Una vez terminada la diligencia de identificación, el Ministerio Público hará entrega de un oficio que contiene la orden de salida del cuerpo en cuestión, previa necropsia de Ley, dicho oficio deberá presentarse en el Hospital Universitario para que sea autorizado el egreso. Una vez cubierto el requisito anterior, se contratan los servicios funerarios que se prefieran; la agencia contratada se encargará de realizar el traslado del cuerpo al lugar donde será velado. El certificado de defunción será entregado por el Médico Legista en las instalaciones de la Fiscalía.
Estos son, en términos sencillos, los trámites ordinarios a realizar en caso de una muerte violenta. Cabe señalar que este mismo trámite tiene lugar cuando la persona que ha perdido la vida se encuentra en uno de los hospitales de la localidad recibiendo atención médica: la única diferencia con los pasos descritos es que, el hospital donde se llevará a cabo la identificación será el mismo en el que se atendía.
En caso de ser necesario, puede solicitar información vía telefónica en la Fiscalía General del Estado de esta ciudad al teléfono 7-29-67-00.

*Médico Legista. Profesor de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de Torreón U.A. de C. Correo electrónico: maneforense@hotmail.com
La próxima colaboración será de la Dra. Alma Georgina Palacios, oncóloga quirúrgica.