sábado, 30 de noviembre de 2013

RIESGOS DE LA OPERACIÓN DE VESÍCULA BILIAR

DR. RAÚL GUZMÁN MUÑOZ
El Siglo de Torreón

En los países desarrollados de occidente, del 10 al 15 % de la población adulta padece cálculos biliares y una de sus manifestaciones es la colecistitis aguda. La sospecha clínica de esta patología se corrobora mediante un estudio de imagen, por lo general el ultrasonido. El tratamiento inicial estará dirigido a controlar el cuadro agudo mediante dieta sin grasa, analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos. El tratamiento definitivo es quirúrgico y se recomienda  6 semanas después del cuadro agudo. Aunque se acepta una pronta intervención dentro de los 7 días siguientes, lo que no modifica los resultados esperados.
De todas las operaciones que se hacen en el aparato digestivo, la de la vesícula biliar es la más frecuente, tan solo en los Estados Unidos se practican alrededor de 500,000 colecistectomías por año. Los avances tecnológicos han simplificado esta cirugía, siendo la vía laparoscópica el estándar de oro, ya que permite una rápida recuperación con el mínimo dolor integrarse rápidamente el paciente a sus actividades laborales. A pesar de que estadísticamente el número de complicaciones posibles es muy bajo, ningún cirujano está exento de provocar,  en forma involuntaria, una lesión, sobre todo en aquellos casos en los que la vesícula esta inflamada, necrosada, con múltiples adherencias y fístulas hacia órganos vecinos.
El cirujano está obligado a conocer en forma detallada la relación que guarda cada uno de los órganos involucrados en el campo operatorio, sobre todo las variantes anatómicas de los conductos biliares y vasculares cuya incidencia es muy alta y por su desconocimiento se puede provocar graves daños. La lesión de un conducto biliar que pasa inadvertida durante el transoperatorio, provocará un derrame de bilis dentro del abdomen (biliperitoneo) mientras que la ligadura y corte del conducto principal (colédoco) que lleva la bilis del hígado al intestino se manifestará tempranamente con un color amarillo de la piel y conjuntivas (ictericia). Las lesiones de los vasos sanguíneos involucrados en la zona operatoria se manifestaran con sangrados moderados o masivos dependiendo del calibre del vaso lesionado. Todas las complicaciones referidas alargarán el tiempo de recuperación, sometiendo al paciente a tratamientos médicos prolongados y nuevas operaciones tendientes a corregir o reconstruir los conductos lesionados pero que a la vez pueden originar otras complicaciones que sin duda pondrían en riesgo la vida del paciente. 
Para evitar las complicaciones descritas, lo recomendable es que una vez que tenga el primer cuadro doloroso y el diagnóstico sea confirmado con ultrasonido, acuda con el cirujano para programar una cirugía temprana, con previa evaluación del riesgo quirúrgico por parte de médico internista  sobre todo si existen enfermedades concomitantes como diabetes e hipertensión. Elija una Institución de salud que cuente con todo el recurso humano y tecnológico necesario para este tipo de cirugía y póngase en manos de un Cirujano con experiencia,  cuya habilidad y conocimientos estén reconocidos.  

 *Cirujano. Profesor de Anatomía y Secretario Administrativo de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Fernando Sánchez Nájera, psiquiatra

jueves, 28 de noviembre de 2013

¿CÓMO QUISIERA USTED MORIR?

 
DR. EDUARDO SERNA ZETINA*

Es común que las personas manifiesten la forma en que preferirían morir: una es durante el sueño, o bien, simplemente, desean que sea de manera rápida y sin dolor. Al enterarnos que una joven actriz mexicana falleció repentinamente, nos sorprende, pero de alguna manera nos consuela saber que tuvo una muerte rápida, porque el diagnóstico fue de paro cardiaco. Sin embargo, al escuchar dicho motivo de deceso, pensamos que algo estuvo mal, pues no es una muerte común en alguien joven. Lo primero que se debería de buscar es la causa del paro cardiaco ya que la mayoría de las veces es consecuencia de otras alteraciones. A menudo el diagnostico de paro cardiaco sólo denota ignorancia de la causa primaria de la defunción, ya que todo fallecimiento implica, finalmente, el cese de los latidos del corazón.
En 1899, J. A. McWilliam fue el primero en demostrar que mediante estímulos eléctricos, era posible provocar contracciones en un corazón detenido y que se podía mantener latiendo, incluso, entre los 60 ò 70 latidos por minuto; una frecuencia normal. Fue hasta el año 1958, en Suecia, cuando se implantó el primer marcapasos de la historia, al paciente Arne Larsson, él que, por cierto, sobrevivió 43 años, tras 26 cambios de marcapasos, viviendo incluso más tiempo que los inventores del aparato y los cirujanos que lo intervinieron.
La razón principal del uso de esta tecnología, era garantizar una cierta cantidad de latidos que le permitiera al paciente tener una vida normal o casi normal.  Esta característica al poco tiempo pareció ser algo que quedaba corto, es decir, se buscaron otras aplicaciones que pudieran beneficiar aún más a los pacientes, por lo que se le fueron agregando funciones como la de poder detener una taquicardia o la de estimular no solo una cámara del corazón sino varias y de manera coordinada para mejorar la función de un corazón debilitado por diferentes enfermedades. Posteriormente, se consideró que sería algo bueno enviar un impulso eléctrico a aquellos pacientes en los que, por cualquier motivo, su corazón se detuviera súbitamente, y de esta manera provocar un reinicio de la actividad cardiaca normal. Al principio, incluso, al no tener bien desarrollada la función de reconocimiento de la detención del corazón, era posible que éste se desfibrilará, o que se le diera la descarga eléctrica sin que el paciente lo necesitara. La tecnología ha mejorado y permitido que estos aparatos funcionen de una manera más efectiva, pero muchos médicos interesados en cuestiones de bioética se están cuestionando si al alargar la vida de estos pacientes, que podían estar “muriendo” todos los días o varias veces al día, se les estaría quitando la oportunidad de tener una muerte “ideal” y se les condenaría a un posible fallecimiento con dolor o con la terrible sensación de asfixia. Entonces, No siempre los métodos que empleamos para prolongar la vida aplican también para mejorar la calidad de èsta o la forma en la quisiéramos morir.
*Cardiólogo. Profesor de Cardiología y Director General de la Facultad de Medicina y de los Hospitales Universitarios de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Raúl Guzmán Muñoz, cirujano.

martes, 19 de noviembre de 2013

REFLEXIONES SOBRE EL EJERCICIO DE LA MEDICINA

                   DR. ARTURO GONZÁLEZ VALDEZ*

                                 El Siglo de Torreón
La medicina es: “La más humana de las artes, la más artística de las ciencias y la más científica de las humanidades”; una bella expresión plasmada por el Dr. Edmund Pellegrina, médico y profesor universitario estadounidense, que recientemente falleciera a la edad de 90 años. Fue profesor de ética médica y de bioética y realizó una encomiable labor en la formación de médicos jóvenes e influyó significativamente en la sociedad médica de su País para preservar la medicina humanitaria, incidiendo en los factores que intervienen en su deterioro, a través de sus 24 libros y de sus más de 550 artículos publicados.
Doy inicio a mi artículo, refiriendo a tan eminente médico y su obra, para hacer algunas reflexiones, ahora que recientemente celebramos el día del Médico.
La medicina tradicional Hipocrática, nos dejó principios éticos evidentes en la relación médico-paciente, con un gran sentido humanitario, los cuales aún conservamos; sin embargo a través de los años, se ha conformado un médico con una conciencia colectiva, con conocimientos científicos, técnicos y sociales profundos, un médico congruente con los avances tecnológicos, con el desarrollo de la ciencia y ético.
Hago énfasis, en que la ética y la medicina, están íntimamente relacionadas con la bonhomía de quien la ejerce, de tal manera que podríamos afirmar que todas las formas de la atención médica, pública o privada, son tan buenas o tan malas como las personas que las practican.
Los cambios que han intervenido en la conformación del médico, están relacionados con la calidad de la atención a la salud, reconociendo, que vivimos inmersos en una sociedad cada vez más insensible y a la cual tenemos que restaurarle su confianza, realizando las actividades médicas, en una ambiente de mayor competitividad, que exijan de nosotros una mejor preparación y un mayor entendimiento a las necesidades de salud de nuestra sociedad. Para ello estamos diseñando una cultura más humana, de todos para todos, donde los valores de lo bueno, la verdad y lo ético, nutran el desarrollo personal y profesional de cada uno de nosotros, evitando que se extinga la llama del saber, del poder hacer y del tener que hacer.
Las virtudes que existen en cada médico, nos obliga a formar una cultura de pensar y actuar con apego a la honradez, a la razón y a la justicia, y esas virtudes, tendrán mayor mérito cuando actuemos con modestia y exentos de toda vanidad.
 Los médicos, estamos comprometidos a exaltar nuestros valores, en un afán de vocación y servicio, con el único compromiso de sacar adelante las múltiples necesidades humanas; a confiar en nosotros mismos, como condición medular para ejercer nuestra profesión y mantenernos productivos; a dotar a nuestros propósitos, de una voluntad férrea, que alimente nuestros ideales con trabajo, haciendo que nuestra tarea, sea la tarea de todos y bridar una atención médica de calidad, en un ambiente de armonía y con espíritu de servicio.
Concluyo recordando las palabras de Tagore, poeta hindú que dijo: “Dormía, y soñaba que la vida solo era alegría, desperté y vi que la vida solo era servicio, serví y me di cuenta que el servicio era la alegría”.
*Médico cirujano. Profesor de Propedéutica en la Facultad de Medicina de la UA de C. Jefe de evaluación de la atención médica y gestión de calidad en el Hospital Universitario de torreón “Dr. Joaquín del Valle Sánchez”.
La próxima colaboración será del Dr. Eduardo Serna Zetina, cardiólogo.

martes, 12 de noviembre de 2013

ANTICONCEPTIVOS INYECTABLES

DRA. SUSANA BASSOL MAYAGOITIA*

El Siglo de Torreón
Al considerar el balance entre beneficios y riesgos del uso de los anticonceptivos inyectables, es necesario entender el desmedido crecimiento poblacional mundial. Actualmente este es el mayor problema de nuestro planeta. La población mundial se dobló entre los años 1920 y 1975, llegando a cuatro mil billones, para 1987 aumentó otros mil millones y se doblará para el año 2050. El acelerado crecimiento demográfico tendrá consecuencias en la salud pública, particularmente en los países subdesarrollados. Por otro lado la prevalencia de métodos anticonceptivos se ha incrementado siendo actualmente del 70 %. La tasa global de fecundidad se ha modificado disminuyendo a 2.5.
Los anticonceptivos inyectables son uno de los métodos más eficaces que existen. Menos del 1 % de las mujeres que utilizan anticonceptivos inyectables, quedan embarazadas al cabo de un año. La tasa de embarazo teórica, o del método, es la frecuencia con la que un anticonceptivo fracasaría si fuese empleado correctamente. La tasa común de embarazo de cada usuaria, es la frecuencia con que el anticonceptivo fracasa en condiciones típicas de uso, independientemente de que se utilice de manera correcta o incorrecta.
Los anticonceptivos inyectables tienen una tasa de embarazo teórica muy baja y una tasa común de embarazo también muy baja; frecuencia comparable a la de la esterilización femenina.
Si analizamos los beneficios y riesgos de los anticonceptivos inyectables se pueden citar como beneficios que pueden proteger contra el cáncer de endometrio y que en estudios extensos que ha realizado la Organización Mundial de la Salud se ha demostrado que no existe un riesgo significativo mayor de que ocasione cáncer de mama, de cuello uterino ni de ovarios. Además se ha demostrado que protege contra la anemia, endometriosis, quistes de ovario, enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico y fibromas uterinos (miomas). Además no tiene efecto sobre el metabolismo de los carbohidratos y tiene menos efectos sobre la sangre (formación de trombos) que los anticonceptivos orales. Es importante mencionar que el uso de los anticonceptivos inyectables, sobre todo los de uso mensual, son reversibles y su uso puede discontinuarse sin ayuda del médico.
En cuanto a las desventajas de este método se presenta más comúnmente irregularidades menstruales y no ofrecen ninguna protección contra las enfermedades de trasmisión sexual, estas irregularidades pueden ser sangrados prolongados manchados o ausencia completa de sangrados. Las usuarias de hormonales inyectables también refieren aumento de peso, en ocasiones dolores de cabeza mareos y sensibilidad mamaria anormal. En los ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud, las usuarias de inyectables mensuales aumentaron en promedio de aproximadamente un kilogramo en un año. Los cambios del patrón de sangrado menstrual es la razón más común para que la mujer interrumpa el uso de este método.
Es muy importante el asesoramiento adecuado por parte del personal de salud para que las mujeres estén bien informadas sobre el método anticonceptivo que seleccionó, especialmente sobre la posibilidad y el significado de los efectos secundarios.
*Endocrinóloga de la Reproducción. Profesora de Fisiología y Jefe Departamento de Biología de la Reproducción de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Arturo González Valdez, cirujano.

LA SALUD MENTAL


DR. MANUEL ESTRADA QUEZADA* 

“Solos, somos invisibles; juntos, somos invencibles”
De los signos y síntomas más desagradables que el ser humano puede padecer,  ocupa un lugar preponderante el dolor, ya sea físico o moral. De igual manera, las hemorragias causan un gran impacto en el ánimo de quien las sufre. El insomnio, las náuseas, los vómitos, los mareos, la dificultad respiratoria, las crisis de pánico, de angustia, o de ansiedad y cualquier tipo de fobias, llegan a asustarnos y preocuparnos, especialmente cuando pensamos que se trata del aviso de una enfermedad grave o mortal. De ahí la importancia de las visitas médicas preventivas. De esa manera evitamos sorpresas y si existiese algo por corregir, estaríamos a buen tiempo de hacerlo.
Sin embargo, respetando su opinión, creo que las enfermedades físicas, por más terribles que éstas sean, no igualan a las enfermedades de la mente. En las primeras, independientemente de los órganos afectados, de alguna manera tenemos respuesta al grado de daño, su evolución y desenlace. En el caso de las enfermedades mentales, no alcanzamos a comprender que es lo que está sucediendo. Si se trata de un ser querido, nos asusta su comportamiento, si es pasivo o agresivo. Nos preocupan los pensamientos que exterioriza de manera incoherente e incongruente. Duele observar su alejamiento de la realidad y deterioro cotidiano. Agravándose cuando el paciente trata de hacerse daño a sí mismo.
La vida cambia cuando se convive con un ser querido que tiene la mirada extraviada, vacía, como de muerte, con indiferencia hacia todo y con cara impersonal que lastima y asusta. Uno siente que una espina estará por siempre en nuestro corazón.  Sin embargo, tenemos que elegir cambiar los pensamientos que nos lastiman. Elegir ver la vida con espíritu positivo. También tenemos que cambiar la percepción que tenemos del mundo, de los demás y de nosotros mismos. De esta manera ayudaremos a mejorar las condiciones de nuestro enfermo.
Al buscar ayuda profesional en estos casos, el común de la gente es toparse con un nuevo obstáculo: el económico, ya que la medicina psiquiátrica es muy cara o una de las más costosas en los tratamientos, en relación a otras enfermedades orgánicas.
La finalidad de esta colaboración, es comunicar que, afortunadamente, existen grupos y personas, los cuales ayudan a la población vulnerable y de escasos recursos económicos a sobrellevar una situación de este tipo. Encontramos a ALSAME (Asociación Lagunera Para la Salud Mental A.C.), que se ubica en una clínica atrás de Plaza Jumbo, al oriente de Torreón. allí, ofrecen asesoría y tratamiento a quienes presentan trastornos obsesivos compulsivos, depresión severa, pánico, esquizofrenia o bipolaridad. Existen grupos de terapia grupal entre otros auxilios. Si necesita de este apoyo comuníquese a los números telefónicos: 7 21 49 72 y 2 68 58 70.

*Médico Legista.  Profesor de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la UA de C.

La próxima colaboración será de la Dra. Susana Bassol Mayagoitia, Endocrinóloga de la Reproducción.