jueves, 10 de marzo de 2016

REPRODUCCIÓN Y ESTILOS DE VIDA (ÚLTIMA DE DOS PARTES)


DRA. SUSANA BASSOL MAYAGOTIA*
En la actualidad el consumo de alcohol se ha incrementado notablemente y se ha reportado como otro factor responsable de problemas de infertilidad. El alcohol  en animales de experimentación disminuye la concentración de hormonas ováricas inhibiendo  la ovulación e  interfiriendo con el transporte del espermatozoide a través de la trompa uterina. También ocasiona disminución del tamaño de ovarios y ausencia de  menstruaciones. En mujeres alcohólicas se ha encontrado baja concentración de hormonas del ovario y se ha relacionado la cantidad ingerida de alcohol con desordenes menstruales como períodos irregulares, menstruaciones dolorosas  ausencia de menstruaciones por más de tres meses. En las mujeres embarazadas la incidencia de abortos es de 15 a 20 % más alta, el desprendimiento prematuro de la placenta y los nacimientos antes de la fecha ideal. Se ha reportado que la alta ingesta de alcohol por la mujer, ocasiona malformaciones congénitas y el síndrome fetal alcohólico al nacimiento. La toma de alcohol en cantidad moderada se ha asociado con disminución de la fecundidad en la mujer.
Los productos químicos que se consideran capaces de alterar de alguna manera, la función reproductiva y cuya exposición puede ser laboral o derivada del medio ambiente, abarcan a los pesticidas, funguicidas, fertilizantes, insecticidas, fumigantes  y  rodenticidas, todos  estos utilizados en  los cultivos y  el  campo  en general, pueden afectar la función reproductora de modo significativo, sobre todo la cuenta espermática en el varón y abortos en las embarazadas expuestas. La exposición a agentes físicos como los isótopos radioactivos, sobre todo en mujeres que trabajan en laboratorios pueden alterar el desarrollo de los óvulos, o por daño directo sobre las gónada que ocasione un daño ovárico prematuro.
En los últimos años la mujer se ha involucrado en el medio labora igual que el varón, representando el 60% de la fuerza laboral en muchos países. Se ha reportado que largas jornadas de trabajo puede ser un factor de riesgo para la reproducción, disminuyendo incluso la actividad sexual de la pareja.
En mujeres que laboran más de 71 horas a la semana se suma a este factor el estrés que ocasiona desde alteraciones menstruales hasta trastornos neurológicos que afectan la reproducción. El trabajo en la mujer embarazada puede ocasionar, amenaza de aborto y partos antes de la fecha ideal.
En relación al ejercicio extenuante, muchas mujeres atletas desarrollan diferentes alteraciones reproductivas que van desde menstruaciones o alteraciones en sus ciclos que les impiden ovulaciones exitosas. Estas alteraciones se pueden presentar por el estrés físico del ejercicio el estrés psicológico de la competencia, deficiencias nutricionales y bajo peso corporal o baja cantidad de grasa ya que se propone que el balance negativo entre la ingesta y el gasto elevado de energía inducen alteraciones en la función reproductiva.
En la gran  mayoría de las  alteraciones ocasionadas por  estilo de vida  y medio ambiente que afecten la función reproductora, existe la posibilidad de recuperar el potencial de fertilidad siempre y cuando se modifiquen los factores que sean susceptibles de cambiar para poder ofrecer alterativas de tratamientos a la pareja.
*Endocrinóloga de la reproducción. Jefa del Departamento de Salud Reproductiva del Centro de investigación Biomédica (CIB) y Profesora de Fisiología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Adalberto Mena Caldera, Psiquiatra.