jueves, 10 de marzo de 2016

FOMENTAR LA CULTURA DE LA SALUD


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DR. JOSÉ LUIS MACHADO OROZCO*

La salud es un reflejo de la cultura de cada país, es un concepto interno de cada nación que refleja cómo se distribuye la salud y la enfermedad en una sociedad. Algunos de los médicos hemos olvidado el concepto de salud que abarca un enfoque integral del individuo, que no solo implica el conocimiento médico de la salud y la enfermedad sino también cuestiones sociológicas y antropológicas del individuo que acude solicitando un servicio para recuperar su estado de salud.
Comúnmente, ante  la falta de conocimiento por parte del paciente sobre su proceso salud-enfermedad, es fácil que el mismo se deje influenciar ante los comentarios o recomendaciones que alguien cercano a él pudiese darle. Y es ahí donde el médico debe inducir un proceso educativo en su paciente, haciéndole ver que su salud es un estado de un valor incalculable y que es responsabilidad suya preservar y evitar perder esa condición; que al igual invierte en la reparación de su auto,  casa o cualquier otro pertenencia que le hace agradable su vida es necesario invertir en el cuidado de su salud, haciéndole ver que el equilibrio físico social emocional y espiritual lo conducirán a  obtener una condición saludable, haciendo destacar que existen además los factores de riesgo que pudiesen llevar a alguna enfermedad.
Los médicos contamos con ese conocimiento y es substancialmente importante trasmitirlo a nuestros pacientes; reactivar  nuevamente la relación médico-paciente, que en la actualidad lamentablemente se ha perdido. Los profesionales de la salud deben persuadir al paciente para hacer lo que le corresponde y así todas las partes involucradas, en este proceso de atención, lo hagan modificando los factores de riesgo que propician la enfermedad e invitando a implementar en la vida diaria los estilos de vida saludables.
La organización Mundial de la salud establece que los pilares principales para mantener el estado de salud son una alimentación  balanceada y el ejercicio. El desconocimiento en la, población de los beneficios que se obtienen al realizar estas dos estrategias conlleva a la negación de implementarlos en su vida cotidiana. Esta negación seguida de una aceptación pasiva, no optimizará cabalmente el estado de salud y  menos hará que se recupere. Debido a la falta de cultura, nuestra población descubre su enfermedad cuando ésta ha ganado terreno, complicando su vida; es entonces cuando los pacientes recuerdan que existen profesionales de la salud que pueden ayudarle. Lamentablemente para entonces es demasiado tarde y difícilmente se puede recobrar la salud del paciente.
Es necesario, además de  fomentar los estilos de vida saludable, sugerir algunos hábitos que condicionan nuestra salud como lo son:
- La organización del tiempo de trabajo y el tiempo de descanso.
- La alimentación.
- La higiene personal.
- La limpieza del hogar.
- La ventilación del hogar.
- La forma y condiciones en que nos desplazamos al trabajo.
- La manera de organizarnos en nuestro trabajo.
- La diversión y el tiempo de ocio.
         Los médicos deberán de darse un tiempo razonable para ser como un docente en el consultorio y educar a los adultos será un buen inicio para que las futuras generaciones traigan consigo el conocimiento transmitido de generación en generación. Entonces no sólo se mitigara el dolor con analgésico, ni el estrés con ansiolítico, sino que será  dar tribuna libre para al paciente, será escuchar orientar asesorar educar y prescribir cubriendo en forma holística  las cuatro esferas en lo físico, social, emocional y espiritual. Con ello seguramente se mantendrá o se recuperara el estado de salud.
*Médico general. Jefe de Salud Publica y Epidemiologia del HU

La próxima colaboración será de la Dra. Susana Bassol Mayagoitia, Endocrinóloga de la reproducción.