miércoles, 18 de junio de 2014


Dr. Evaristo Javier Gómez Rivera*

El Siglo de Torreón

En la medicina hay muchos profetas y otros tantos consejeros y aunque en lo fundamental todos son unánimes, no es posible aconsejar lo mismo para todos, por lo tanto anticipo que este “Decálogo de geronte” (Geronte: del griego gerón, que significa anciano) será útil para los que andan con el peso normal y un poco por encima. Los magros deberán atenerse a principios higiénicos menos severos.
Aquí el decálogo:
1.-Darle al cuerpo menos de lo que pide. Más allá de los 50 años sin remordimientos y con elegancia despedir las visitas demasiado prodigas a Ceres y Baco. Más claro: comer y beber menos de lo que pida el cuerpo.
2.-Un poco más de lo que pide el cuerpo. Me refiero al ejercicio físico, buscar equilibrio entre el reposo y la actividad, pero nada en exceso, por  ejemplo, desde el caminar pausado y metódico, hasta  el golf y la natación.
3.-Ni más, ni menos de lo que pide el cuerpo. Me refiero a lo genital ya que el gerente (o viejo) precisa mantenerse austero a los llamados fisiológicos de  las hormonas sexuales, sin caer en extremos que conduzcan, por un lado a renuncias innecesarias, y por el otro a exhibiciones donjuanescas; lo que pida el cuerpo.
4.-Menos hidratos de carbono y más proteínas. En este punto es bueno hacer un desagravio al cerdo, animal a menudo proscrito por los médicos y que sin embargo es carne  sabrosa y útil, con alto contenido proteico. De esta manera se descartarán grasa y parásitos como el cisticerco, que  favorecieron tal infundio, quizá el cerdo mereciera entrar a la academia de medicina de la mano del médico.
5.-Menos agua. El agua en exceso  entorpece la involución natural encharcando  tejidos que luego conducen a dificultades circulatorias y problemas renales. Tal vez aquí sea conveniente reivindicar al vino y recomendar cantidades prudentes a la hora de comer y sería magnífico sustituto del agua. El licor necesita comentario aparte ya que tomado con moderación, goza de propiedades fisiológicas dignas de consideración, pero como estamos en frontera peligros, es fundamental saber que se domina al alcohol y no que el alcohol sea el que ejerza el dominio.
6.-Revision medica periódica. Punto importante: someterse a una revisión médica que gravite sobre pruebas funcionales sin caer en la psicosis de angustia y sobre todo, para evitar caer en  peligros de la polifarmacia y la policirugía.
7.-Cotidianamente hacer gimnasia mental. El geronte que no se preocupa por el día a día, comenzara olvidando los sustantivos, luego las fechas y los datos y terminara confundiendo hasta los tiempos de los verbos.
8.- Borrar del diccionario la palabra prisa. El geronte no debe apresurarse para nada, el objetivo será “sin prisas y con pausas” no tener la sensación de prisa, por lo contrario aprovechar los intervalos para la pausa, en especial en las horas del postprandio.
9.-Llenar las horas con 60 minutos, ocupado si, preocupado no. Complemento del punto 8 nos previene contra las horas vacías, la inactividad conducirá al tedio y a la inhibición, pero tampoco horas de 70 minutos, porque son hijas de la prisa y esa palabra es nefasta para la vejez. El geronte debe estar ocupado pero no preocupado y menos desocupado, debe vivir prendido de ilusiones, procurando darle sentido a la vida. Ni más ni menos.
10.- Tener conciencia de estar en la tercera edad. Comprender y asumir que hay una tercera juventud  donde el espíritu juega papel protagónico, comprender que en la tercera edad, la luz no viene del sol, viene de adentro y los frutos  maduran con la luz interior.

*Traumatólogo. Profesor de Ortopedia en la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C