Los golpes en la cabeza o medicamente
denominamos Traumatismos Cráneo Encefálicos (TCE) son muy frecuentes en nuestra
agitada y compleja sociedad; hablamos de los accidentes en casa, en el trabajo
o de tránsito. Cuando éstos suceden nos preocupa no saber qué tan severos son, qué
consecuencias tienen y cuándo debemos acudir al médico.
Podríamos
dividir, en general, a los golpes en la cabeza de baja velocidad: caídas de
poca altura y golpes con objetos que pueden ser de mucho impacto o peso, pero
poca velocidad. Los de alta velocidad, como los accidentes viales, y los
proyectiles de arma de fuego que, desgraciadamente son cada vez más frecuentes,
son de altísima velocidad.
Entre
mayor sea la velocidad del golpe, mayores son los daños al cerebro. El cráneo
es el que defiende y protege al cerebro, así los golpes de poca velocidad dañan
frecuentemente a esta “caja protectora”, provocándole fracturas que no
necesariamente reflejan un daño importante al cerebro.
Por
ejemplo cuando cae un niño de la cama, en ocasiones puede tener una fractura
lineal, pero esto no se refleja en la función cerebral que puede ser normal
(obviamente, el niño llora y tiene dolor e incluso, puede vomitar, pero no
necesariamente es grave), de hecho la mayoría de los accidentes graves o con
daño cerebral, no se acompañan de fracturas, ni de heridas en la piel; los
denominamos TCE cerrados.
Para
ser prácticos, lo que debemos hacer ante un golpe en la cabeza que consideremos
importante, es evaluar las condiciones del accidentado, para lo cual tenemos
una escala muy sencilla denominada Escala de Glasgow, que valora tres cosas: (A)
La apertura palpebral (de ojos) si tiene los ojos abiertos es normal, y si los
tiene cerrados y no los abre ni al hablarle ni cuando lo movilizan
enérgicamente o le producen dolor, significa que está inconsciente (en coma), (B)
El lenguaje; cuando le preguntan algo responde bien y sin problemas, está
orientado, sabe que le sucedió, etc., o bien que está confuso, o peor, que solo
emita sonidos o de plano no responde ni cuando lo estimulan enérgicamente o con
dolor y (C) La respuesta motora, es decir obedece órdenes como: abre la boca,
levanta la mano derecha, enséñame los dientes, etc. Pasando por no obedecer o
que sólo retire la parte del cuerpo estimulada con dolor o que de plano no se
mueva para nada.
La
calificación más alta es de 15 y la menor de 3 que es cuando está totalmente
inconsciente (coma profundo) y obviamente, es muy grave. No se requiere ser
médico entrenado para evaluar algo tan sencillo y si puede determinar qué tan
rápido debe trasladarse al hospital.
Siempre
es conveniente que cuando sobrevengan golpes en la cabeza más o menos
aparatosos (es decir que no sean solo un ”coscorrón” o un pequeño golpe en una
repisa), que sean valorados en el hospital para que el médico decida la
conveniencia de efectuar estudios complementarios y el tiempo de observación
para cada caso. Porque hay ocasiones que un golpe de baja velocidad, pero de
alto impacto, como caerse de una patineta sobre el cordón de la banqueta, que
el paciente puede levantarse aparentemente bien, pero al cabo de unas horas
desarrollar un coágulo intracraneal que requiere atención inmediata. Otro
problema frecuente es cuando el paciente está en estado de ebriedad y se
confunde la exploración por lo que debemos esperar varias horas para reexplorarlo
y poder determinar las consecuencias.
Por
lo pronto, la calificación de la Escala de Glasgow en el sitio del accidente y
la tranquilidad que tenga la familia para efectuar ésta fácil evaluación, se
puede repetir cada 30 o 60 minutos, si es que se encuentran en un lugar alejado.
Acuda con nosotros o contáctenos por medios electrónicos o telefonía para una
guía completa de la Escala de Glasgow.
La próxima colaboración será
del Dr. Manuel Cervantes Mijares, psicólogo.