sábado, 2 de marzo de 2013

ÚLCERAS CRÓNICAS


DR. RAÚL GUZMÁN MUÑOZ*
El Siglo de Torreòn, aquì

No hablaré de las úlceras del sistema digestivo sino de las llamadas comúnmente llagas y que medicamente se conocen como úlceras crónicas: lesiones de la piel que se caracterizan por tener una larga evolución debido a un lento proceso de cicatrización. Se presentan en personas seniles que padecen diabetes, hipertensión, varices, obesidad, traumatismos, cánceres y enfermedades que los obligan a permanecer postrados durante largo tiempo. Estos pacientes representan un desgaste físico y emocional para la familia, ya que requieren de cuidados especiales de forma permanente.
Existen dos aspectos fundamentales en el manejo de estos pacientes: el  reconocimiento de la enfermedad causal y su tratamiento adecuado. La historia en el manejo de estas úlceras consistía en lavar el lecho con soluciones agresivas hasta hacerlas sangrar sin tomar en cuenta que en el proceso de cicatrización se forma tejido nuevo, mismo que se destruye durante la supuesta curación. Al no obtener buenos resultados, se aumentaba el número de curaciones diarias, cayendo en un círculo vicioso. Es necesario conocer  el proceso de cicatrización, para no interferir con su óptima evolución.
Las fases de la cicatrización se pueden comparar con la reconstrucción de una ciudad destruida. En los primeros minutos de la lesión se desencadenan mecanismos tendientes a controlar el sangrado. En una ciudad, equivaldría a controlar las fugas de gas, agua y electricidad. A los 3 o 4 días, existe una respuesta inflamatoria que organiza la operación de limpieza, eliminando tejido muerto y reparando el área lesionada. En la ciudad se retiran escombros y se planearía la reconstrucción. A las 2 a 3 semanas, se repara el área lesionada formando nuevas células y redes nerviosas, arteriales y venosas. En la ciudad se reconstruirían calles, edificios, casas, gas, agua, luz, etc.
Son múltiples los factores que inciden para que la cicatrización sea bloqueada, como la presencia de cuerpos extraños, tejido muerto con o sin infección, desecación o exceso de exudado, traumatismos durante las curaciones, dolor persistente, ingesta de medicamentos, edad y lo que generó la úlcera. Por ello, el manejo se basa en el control de la inflamación/ infección y exudado a través del aseo de la úlcera, uso de apósitos adherentes, vendajes, medias de compresión, esto es el estándar de oro en el manejo de estas lesiones.
            En las úlceras por presión, la fricción y la humedad contribuyen a la ulceración por lo que se agregan cuidados especiales como cambios frecuentes de posición, proteger talones, caderas y espalda baja. Las úlceras vasculares pueden ser venosas o arteriales. Las úlceras venosas  aparecen en la parte interna de los tobillos. Las arteriales aparecen en la parte inferior de las piernas. El tratamiento sistémico consiste en controlar las enfermedades causales como la hipertensión arterial, diabetes, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares y  tabaquismo.
            *Cirujano. Secretario Administrativo y Profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.
           La próxima colaboración será del Dr. Manuel Estrada Quezada, médico legista