sábado, 27 de octubre de 2012

TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

DR. ADALBERTO MENA CALDERA*
El Siglo de Torreòn aquì
Los acontecimientos traumáticos pueden producir alteraciones psicológicas graves. La descripción de los síntomas asociados con estrés traumático incluyen la reexperimentación espontánea de los acontecimientos, sobresalto, irritabilidad, deterioro en la concentración y la memoria, sueño alterado, sueños angustiosos, depresión, fobias, culpa, embotamiento psíquico y múltiples síntomas. Estas reacciones se conocían como neurosis del susto, neurosis de guerra/combate, shell shock, síndrome de superviviente y nuclearismo.
El reconocimiento de los problemas psicológicos a largo plazo de muchos veteranos de guerra, sobre todo de Vietnam, convenció a los investigadores que, incluso, personalidades sanas pueden desarrollar síntomas psicológicos significativos cuando se exponen a estresantes extremos. A esto se le denominó, en 1980, trastorno de estrés postraumático (TEPT). De esta manera se reconoció que traumas de lucha, violación, desastres naturales o provocados, producían un patrón característico de síntomas psicológicos. Aunque algunos de los causantes del TEPT son bastante comunes, por ejemplo accidentes de tráfico o agresiones sexuales. La amenaza para la vida o la integridad física es uno de los indicadores más consistentes del TEPT; “la persona ha experimentado, presenciado o le han explicado un acontecimiento por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás” y que “haya respondido con temor, desesperanza u horror intenso (comportamientos desorganizados o agitados en el caso de niños).
El síntoma más característico del TEPT es volver a experimentar involuntariamente aspectos del acontecimiento traumático de forma vívida y con gran malestar. Esto incluye flashbacks durante los cuales la persona siente como si el acontecimiento estuviera ocurriendo de nuevo, pesadillas, imágenes intrusivas u otras impresiones sensoriales del acontecimiento. Por ejemplo, una mujer víctima de violación seguía viendo los ojos del asaltante mirando a través del buzón antes de irrumpir en su casa y un varón que había sufrido un accidente grave de tráfico por la noche continuaba oyendo el sonido del impacto. A pesar de estos fragmentos vívidos de memoria, el recuerdo voluntario del acontecimiento a menudo es pobre y desorganizado, algunos manifiestan amnesia para partes del acontecimiento.
 Los objetos o situaciones que recuerdan al trauma causan malestar intenso y/o reacciones fisiológicas y consecuentemente se evitan, incluyendo las conversaciones sobre el acontecimiento. Se intenta expulsar los recuerdos del acontecimiento fuera de su mente y evitan pensar en él con detalle, especialmente en los peores momentos. Muchos presentan rumiaciones excesivas, por ejemplo, porqué les ocurrió a ellos, cómo podría haberse evitado o una posible venganza. El estado emocional oscila desde el miedo intenso, cólera, tristeza, culpa o vergüenza hasta el embotamiento emocional.
Una terapia psicológica orientada a los síntomas y algunos medicamentos pueden ser empleados con eficacia aceptable en el tratamiento de pacientes que padecen esta condición de ansiedad.
*Siquiatra. Profesor de siquiatría de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.

La próxima colaboración será del Dr. Rubén Darío Galván Zermeño, médico internista