martes, 12 de agosto de 2014

HIPERURICEMIA Y GOTA

DR. RUBÉN DARÍO GALVÁN ZERMEÑO* 

El Siglo de Torreón
La hiperuricemia es una enfermedad metabólica que afecta potencialmente a la población masculina del 1 al 2 % en países occidentales y en algunos países orientales llega hasta 17 %. Se considera hiperuricemia cuando los valores de ácido úrico en sangre son mayores de 7 mg. % en hombres y de 6 mg.% en mujeres. Puede haber hiperuricemia como consecuencia de abuso alimenticio, insuficiencia renal de cualquier causa, actividad tumoral, destrucción tumoral por quimioterapia, uso de fármacos, como ejemplo; diuréticos, consumo de bebidas de alta graduación de alcohol y más raramente como consecuencia de deficiencias enzimáticas.
Lo más común es que la hiperuricemia cause ataques de gota, que son depósitos de cristales de ácido úrico en las articulaciones. Aunque también puede haber hiperuricemia sin artritis, sin gota (hiperuricemia asintomática) su forma de presentación más común es en la articulación de unión del primer dedo del pie y se denomina podagra. Pero puede presentarse en otras articulaciones mayores como tobillos, rodillas, codos en forma de ataque mono-articular y más raramente como ataque poli-articular, causando un inflamación articular dolorosa e incapacitante por su severidad. El depósito de cristales en tejidos peri-articulares causa tofos: nódulos blandos e indoloros de tamaño variable ubicados en codos, rodillas, manos y pabellón de la oreja. Otro problema relacionado a la hiperuricemia es la formación de cálculos renales y el daño renal intersticial (depósitos en tejido renal semejantes a los descritos tofos) que conduce finalmente a la insuficiencia renal crónica.
Aunque de fecha reciente, se sabe que la importancia de la hiperuricemia, con o sin gota, es por su asociación al llamado síndrome metabólico (que consiste en aumento de colesterol y triglicéridos, aumento de la glucosa, obesidad, entre otras características) y ello se asocia con un marcado incremento del riesgo de infarto agudo de miocardio con todo el daño a la calidad de vida que ello implica y/o a la pérdida de la misma.
El manejo de la hiperuricemia implica fundamentalmente aspectos de estilo de vida, evitar sobrepeso y obesidad y si ya se padecen intentar disminuirlos, limitar los alimentos ricos en purinas (carnes rojas, vísceras y embutidos) evitar algunas variedades de pescados como sardinas y salmón, evitar consumo de bebidas alcohólicas como cerveza u otras de alta graduación como whisky, ginebra, vodka, tequila y ron, uso con limitantes de vinos de mesa y buena tolerancia a alimentos ricos en proteína vegetal aunque en forma limitada como soya, lenteja o frijol, consumo de agua natural de al menos 1.5 a 2 litros al día.
En caso de una crisis de gota se emplean antiinflamatorios, colchicina y aplicación de hielo en sitio de inflamación. Si se emplean inhibidores de la producción de ácido úrico como el alopurinol evitar su inicio durante la crisis aguda de gota o su suspensión si ya lo emplea, cambios drásticos en dosis favorecen las crisis.
Los datos estadísticos aparentan que se trata de una enfermedad poco común, pero usted puede haberla padecido o haber presenciado un ataque de gota en algún familiar o amigo, lo cual justifica esta orientación.
*Médico Internista. Profesor de Propedéutica y de Jefe de Posgrado de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Manuel Delgado Macías, patólogo.