domingo, 21 de julio de 2013

¿ARRITMIAS O PALPITACIONES?

DR. EDUARDO SERNA ZETINA*
El Siglo de Torreón

El estudio de las arritmias es muy importante, ya que muchas personas mueren al presentar alguna en sus diferentes formas, ya sea de manera primaria o secundaria a alguna enfermedad del corazón o de otro órgano.
El ritmo sinusal o ritmo normal del corazón no debe confundirse con la frecuencia cardiaca o número de latidos. La regularidad de los latidos, o sea el espacio entre cada uno de ellos es lo que determina el ritmo. Una arritmia cardiaca es la pérdida del orden normal de los latidos independientemente del número de estos. Por ejemplo: tenemos arritmias aún con un número normal de latidos, o sea entre 60 y 100 por minuto en adultos. O bien se considera también una arritmia en caso de ritmo normal pero con un número de latidos anormal; ejemplo: menos de 60 por minuto se denomina bradicardia o más de 100 por minuto, taquicardia. Los pacientes refieren términos como “palpitaciones, brinco, pálpito, vuelco, corazonada, sensación de que se detiene el corazón”,  que  la mayoría de las veces no corresponde a ningún tipo de arritmia. Esto quiere decir que aunque estas manifestaciones o síntomas pudieran corresponder a un tipo de arritmia, las arritmias frecuentemente son asintomáticas, incluso algunas formas graves de las mismas, por eso no las detectamos por algún síntoma.
Existen arritmias benignas y se podría decir que son “normales”, como la que presentan niños y jóvenes y que depende de la respiración. Otras son benignas y pasajeras y aunque adquieren frecuencias muy elevadas cercanas a los 300 por minuto, se pueden presentar en corazones sanos y generalmente son provocadas por estimulantes como café, refrescos de cola, algunos tés, bebidas alcohólicas, estrés, desveladas, humo de cigarros y efecto de medicamentos como los antigripales u otras drogas.
La mayoría de la  gente que muere por un infarto lo hace a consecuencia de alguna arritmia cardiaca grave, que en muchos casos no le permite llegar al hospital. En los Estados Unidos, se calcula que sólo la mitad de los infartados llegan vivos al hospital. En ocasiones hemos sido testigos de la muerte súbita o instantánea de algún deportista, especialmente en el futbol. El jugador, cae de repente en la cancha víctima de algún tipo de arritmia de la que puede o no recuperarse.
Las arritmias pueden controlarse simplemente evitando los factores que las desencadenan, o bien, ocasionalmente llegamos a recurrir al empleo de los medicamentos llamados antiarrítmicos, los cuales deben ser usados exclusivamente bajo prescripción médica, dado que en ocasiones son un verdadero ejemplo de cuando resulta peor el remedio que la enfermedad. El uso de aparatos llamados cardioverter-desfibrilador, han salvado muchas vidas, porque son capaces de responder con un choque o descarga eléctrica pequeña a diversos tipos de arritmias salvando la vida del paciente. Se deben de colocar solo en caso de enfermedades graves del corazón. Pero recientemente surgen dudas sobre si estos aparatos nos estarían quitando el privilegio de morir dignamente y sin dolor, como en aquellos casos en que la muerte se presenta durante el sueño, forma en que casi todos quisiéramos morir. Por último, cuando una persona fallece repentinamente es excepcional que sea por un infarto, casi siempre habrá que considerar alguna arritmia como la causante.
*Cardiólogo. Profesor de Cardiología y Director General de la Facultad de Medicina y Hospitales Universitario de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Alejandro Gómez Alvarado, urólogo.