lunes, 1 de agosto de 2016

TRASTORNOS RELACIONADOS CON EL CANNABIS (MARIHUANA)


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DR. ADALBERTO MENA CALDERA*
A pesar de toda la publicidad que se ha dado a la posible legalización de la marihuana en nuestro país y de sus múltiples, y supuestos, efectos benéficos en multitud de enfermedades; el hecho es que su empleo se relaciona directamente con un trastorno por consumo de sustancias cuyas características incluyen:Ansidead, consumo frecuente en cantidades cada vez superiores o durante un tiempo más prolongado del previsto, deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo; se invierte mucho tiempo en consumir, conseguir o recuperarse de los efectos de la marihuana. El consumo recurrente, además de que provoca un riesgo físico, lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela y el hogar y a sufrir problemas sociales o interpersonales, provocados o exacerbados por los efectos del mismo. El consumo provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio. Se continúa consumiendo a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente probablemente causado o exacerbado por esto.
 Igualmente, se desarrolla tolerancia a la sustancia, esto es: necesidad de consumir cantidades cada vez mayores para conseguir la intoxicación o el efecto deseado. También se puede presentar síndrome de abstinencia, característico al suspender súbitamente el consumo, (sucede con el uso de cannabis o alguna sustancia similar). Resulta llamativo que a pesar de que en la práctica se observaba con frecuencia la presencia de síntomas de abstinencia en consumidores de marihuana, este cuadro no se encontraba incluido en la clasificación de los trastornos mentales, ahora se le reconoce y sus características son: aparición de tres (o más) de los siguientes signos o síntomas aproximadamente en el plazo de una semana después del cese brusco del consumo intenso y prolongado de marihuana a) irritabilidad, rabia o agresividad, b) nerviosismo o ansiedad, c) dificultades para dormir (insomnio y pesadillas), d) pérdida de apetito o de peso, e) intranquilidad, f) estado de ánimo deprimido, g) por lo menos uno de los siguientes síntomas físicos, dolor abdominal, espasmos y temblores, sudoración, fiebre, escalofríos o dolor de cabeza. Es obvio que lo anterior debe provocar malestar significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento del individuo para hacer el diagnóstico. Este modelo problemático de consumo se manifiesta al menos por dos de los hechos anteriormente descritos en un plazo de 12 meses.
 Mención aparte merece la intoxicación por cannabis, que requiere del consumo reciente de la sustancia y que ocasiona comportamiento problemático o cambios psicológicos significativos como descoordinación motora, euforia, ansiedad (incluso pánico), sensación de paso lento del tiempo, alteración del juicio o aislamiento social que aparecen durante o poco después del consumo de cannabis y se acompañan de dos o más de los siguientes síntomas: enrojecimiento de la conjuntiva (ojos rojos), aumento del apetito, boca seca y taquicardia. Se han descrito alteraciones psicóticas, trastornos del sueño y de ansiedad asociadas directamente al consumo. Por lo anterior hay que ser cautos al evaluar las informaciones actuales que minimizan los daños e incluso predicen posibles beneficios con el uso de esta sustancia.
*Psiquiatra. Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Othon Gittins Nuñez, oftalmólogo.