La criptorquidia o testículos no descendidos, es la ausencia congénita de uno o los dos testículos en la bolsa escrotal. La palabra criptorquidia proviene del griego kriptos (oculto) y orquis (testículo). El diagnóstico y tratamiento de esta condición es muy importante porque influirá en la evolución del niño y su actuación en la vida adulta. No es raro que sea la mamá quien detecte la anomalía.
Generalmente el testículo no descendido se puede localizar en la parte inferior del riñón, por detrás de los intestinos, en el anillo inguinal y en el conducto inguinal o ingle. Si se encuentra fuera de este trayecto se le llama ectopia y de no encontrarse en ningún lado se denomina anorquia. Hay dos tipos de criptorquidia: los testículos palpables que no pueden descenderse al escroto y los testículos no palpables o intrabdominales; las causas son múltiples, pero se relacionan principalmente con la secreción de una hormona llamada antimulleriana. Este problema se presenta en un 33 por ciento de los niños prematuros, y 60 por ciento en bebés que pesan menos de 1.500 kilogramos al nacer.
Idealmente la criptorquidia se debe diagnosticar al momento del nacimiento. El pediatra clínico referirá el paciente al cirujano pediatra en los primeros tres meses de vida del niño. Así se proporcionará certeza diagnóstica y vigilancia adecuada para seguir de cerca su evolución, que será eminentemente clínica con las siguientes alternativas:
A) Si el testículo desciende antes del primer año, la vigilancia del cirujano se da por concluida y sólo ameritará control periódico por su pediatra. No serán necesarios estudios complementarios.
B) Si no hay descenso completo en eI primer año, el cirujano pediatra participará haciendo estudios hormonales (perfil testicular), esto en caso de que se palpe el testículo. Si no se palpa se harán estudios de ecosonografía, tomografía o resonancia magnética nuclear.
Una vez definido el tipo B, debe plantearse la cirugía, denominada orquidopexia (uni o bilateral) antes de los dos años de edad para evitar al máximo la infertilidad y la malignidad (los testículos no descendidos son susceptibles de desarrollar tumores malignos).
Algunos médicos idealizan la terapia con hormona gonadotropina corionica humana cuyo éxito es del 10 al 50 por ciento, aunque en general se considera que aquellos casos corresponden a un testículo retráctil que se encuentra en la base del escroto pero puede atraerse manualmente y la hormona facilita su permanencia escrotal. Estos casos no son candidatos para cirugía y pueden resolverse espontáneamente ente los 5 y 8 años de edad.
Del 70 al 95 por ciento de la criptorquidia está asociada a hernia inguinal, que se soluciona en el mismo tiempo quirúrgico.
*Cirujano pediatra. Profesor de Pediatría de la Facultad de Medicina de la U.A. de C. correo electrónico: memomilan@yahoo.com
La próxima colaboración será del Dr. Federico Saldaña Wolff, especialista en ortopedia pediátrica.