DR. FEDERICO SALDAÑA WOLFF*
El Siglo de Torreón aquí
“Mi hijo es un adolescente que realiza mucha actividad deportiva, pero últimamente ha tenido un crecimiento doloroso a nivel de la cara anterior de la pierna en la articulación de la rodilla”, esto es lo que regularmente manifiestan los padres en la visita al médico.
La enfermedad de Osgood-Schalatter es la causa más frecuente de queja en deportistas adolescentes; consiste en dolor, inflamación y crecimiento de la parte superior y anterior de la pierna (tubérculo tibial) y en la articulación de la rodilla debido al tiramiento repetido del músculo llamado cuadriceps. No se trata de un proceso tumoral que regularmente es lo que inquieta a los padres. El tendón y el tubérculo son por completo extraarticulares de tal forma que no hay riesgo de daño a la articulación de la rodilla. El diagnóstico se establece clínicamente por el antecedente de dolor en el tubérculo tibial; se agrava con la actividad y se alivia con el reposo. Estas manifestaciones pueden presentarse en forma bilateral.
Como el proceso probablemente resulta de una actividad repetitiva y excesiva, el tratamiento en casos leves consiste en una restricción suficiente de la misma para aliviar los síntomas, cuando éstos son más graves es útil la inmovilización con un aparato cilíndrico de fibra durante unas semanas. Rara vez se requiere tratamiento quirúrgico y sólo para episodios incapacitantes, recurrentes o deformidad estética intensa. En ocasiones pudiera estar indicado inyectar corticosteroides, aunque no son recomendables y tienen poca justificación teórica e implica el riesgo de debilitar el tendón y producir áreas de despigmentación y adelgazamiento de la piel.
Es importante considerar que la rodilla es una fuente común de molestias ortopédicas en niños y adolescentes. El médico general puede muy bien atender estos problemas; sin embargo, lo recomendable es acudir al especialista quien realizará una valoración clínica más precisa.
El examen de rodilla no debe realizarse superficialmente, se tomará en cuenta la postura de las piernas; si son arqueadas o en equis, o si las rodillas tienen extensión excesiva o limitada. Se valorarán dinámicamente todos estos factores durante la marcha y se buscará cojera, acortamiento del paso, etc.
La inspección debe realizarse concienzudamente buscando en este caso la falta de asimetría entre ambas rodillas, valorándose la flexión y extensión. La palpación de la zona dolorosa es de enorme importancia; hay que realizarla gentilmente para identificarla con precisión, en éste caso sobre el tubérculo tibial.
Los padres y pacientes deben saber que el proceso recurrirá con la actividad excesiva después de haber mejorado con el reposo: sin embargo cura espontáneamente y cesará cuando se detenga el crecimiento, dejando únicamente un tubérculo prominente.
*Especialista en Ortopedia Pediátrica. Profesor de Traumatología y Subdirector Administrativo del Hospital General Universitario U.A. de C.
La próxima colaboración será el Dr. Daniel Arellano Pérez Verti, traumatólogo,