DRA. DEALMY DELGADILLO GUZMÁN*
Los
componentes de la marihuana, en el sistema nervioso, se comportan
mayoritariamente como neuromoduladores inhibidores de la propagación del
impulso nervioso, la transmisión sináptica y la liberación de
neurotransmisores. Se han relacionado con la dopamina y los péptidos opioides
(dolor y mecanismos de recompensa). También se ha sugerido que pueden activar
las acciones potencialmente relacionadas con mecanismos de analgesia y con los
efectos cardiovasculares.
Hay dos derivados comercializados en varios países para uso terapéutico;
el dronabinol Δ9-tetrahidrocannabinol sintético y la nabilona es un derivado
análogo del Δ9-tetrahidrocannabinol. Actualmente se está realizando una amplia
investigación básica para averiguar las funciones precisas de los receptores
cannabinoides y sus ligandos en los diferentes órganos y tejidos. Entre las
investigaciones más recientes destacan el papel del sistema cannabinoide en la
neuroprotección, la proliferación
celular, en la circulación, aparato digestivo, en la formación del hueso y en el ejercicio.
Los términos con los que se describen los efectos del consumo recreativo
de cannabis sobre el sistema nervioso son ligera euforia, relajación, aumento
de la sociabilidad, y potenciación de las percepciones sensoriales y de la
creatividad. Otros efectos habituales, no tan deseados o buscados con su
consumo son alteración de la percepción del paso del tiempo, alucinaciones,
psicosis, despersonalización, fragmentación del pensamiento y ansiedad. La
mitad de los usuarios habituales han tenido como mínimo un episodio de ansiedad
consecuente a su consumo, generalmente a dosis altas. La vía de administración
(oral, inhalada o intravenosa) no modifica la naturaleza de estos efectos, pero
sí la rapidez de su aparición, su intensidad y su duración, porque la velocidad
de absorción y la biodisponibilidad dependen de la vía de administración. CBD es un inhibidor de la
subunidad CYP2C9 del citocromo P450, proteínas encargadas del metabolismo de
sustancias y fármacos, causando una intoxicación por medicamentos administrados
junto con el cannabis. No obstante, también puede inducir otras subunidades de
esta enzima cuando se administra durante largos períodos de tiempo, con una
disminución del medicamento en la sangre, causando ineficacia terapéutica.
Estos efectos presentados son de suma importancia en el área médica, sin
embargo debemos entender un principio fundamental: Ninguna sustancia química puede ser considerada no tóxica, puesto que
cualquier sustancia (agua, oxígeno) es capaz de producir un efecto tóxico si se
administra la dosis suficiente. La intoxicación es el estado de un ser vivo en
el que se encuentra bajo los efectos perjudiciales de un tóxico. Por lo que es
de suma importancia la dosificación correcta de manera individual, ya que
además existen diferencias en los individuos relacionadas con sus
características genéticas en la respuesta a fármacos y nutrientes, por lo
tanto, no podemos esperar que la respuesta en una población holandesa, española
o asiática sea igual que en la de los mexicanos.
Existe un reto importante en nuestro país: impulso de
la investigación de este tipo de sustancia para su correcta utilización, con el
fin de emplearse en las dosis correctas y en las circunstancias apropiadas para mitigar el
dolor y tratar enfermedades. Sin embargo no podemos olvidar que el ser humano
es un ente “bio- psico-social” y que existen
necesidades actuales en el orden psico – social que aún no han sido atendidas. La necesidad de la
población de utilizar psicotrópicos es producto de la inestabilidad emocional
en la que está sumergida, además de la pobreza de valores y atención personal y humana. Estos rubros son los
primeros que se deberían de subsanar, ya que la medicina y la farmacología no
se trata de emplear el mayor número de medicamentos para la cura de
enfermedades, sino de usar el mínimo de sustancias, siendo los principales cambios
en los hábitos higiénico-dietéticos, y yo agregaría los hábitos emocionales y
de valores.
Este hecho solo refleja la gran necesidad de una
sociedad de impulsar la cultura, la educación, los valores humanos y la unión
entre familias y pueblo, donde los individuos se sientan realmente acogidos y
amados, con una entereza en su autoestima, seguros de que existe un futuro
prometedor cuando la educación y el trabajo está presente en su vida.
*Farmacóloga.
Investigadora y Profesora de farmacología de la Facultad de Medicina, Torreón,
UA de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Evaristo Gómez Rivera, Traumatólogo.