Dr. Evaristo Javier Gómez Rivera*
En la medicina hay
muchos profetas y otros tantos consejeros y aunque en lo fundamental todos son
unánimes, no es posible aconsejar lo mismo para todos, por lo tanto anticipo
que este “Decálogo de geronte” (Geronte: del griego gerón, que significa anciano) será útil para los que andan con el
peso normal y un poco por encima. Los magros deberán atenerse a principios
higiénicos menos severos.
Aquí el decálogo:
1.-Darle al cuerpo
menos de lo que pide. Más allá de los 50 años sin remordimientos y con
elegancia despedir las visitas demasiado prodigas a Ceres y Baco. Más claro:
comer y beber menos de lo que pida el cuerpo.
2.-Un poco más de lo
que pide el cuerpo. Me refiero al ejercicio físico, buscar equilibrio entre el
reposo y la actividad, pero nada en exceso, por
ejemplo, desde el caminar pausado y metódico, hasta el golf y la natación.
3.-Ni más, ni menos
de lo que pide el cuerpo. Me refiero a lo genital ya que el gerente (o viejo)
precisa mantenerse austero a los llamados fisiológicos de las hormonas sexuales, sin caer en extremos
que conduzcan, por un lado a renuncias innecesarias, y por el otro a
exhibiciones donjuanescas; lo que pida el cuerpo.
4.-Menos hidratos de
carbono y más proteínas. En este punto es bueno hacer un desagravio al cerdo,
animal a menudo proscrito por los médicos y que sin embargo es carne sabrosa y útil, con alto contenido proteico.
De esta manera se descartarán grasa y parásitos como el cisticerco, que favorecieron tal infundio, quizá el cerdo
mereciera entrar a la academia de medicina de la mano del médico.
5.-Menos agua. El
agua en exceso entorpece la involución
natural encharcando tejidos que luego
conducen a dificultades circulatorias y problemas renales. Tal vez aquí sea
conveniente reivindicar al vino y recomendar cantidades prudentes a la hora de
comer y sería magnífico sustituto del agua. El licor necesita comentario aparte
ya que tomado con moderación, goza de propiedades fisiológicas dignas de
consideración, pero como estamos en frontera peligros, es fundamental saber que
se domina al alcohol y no que el alcohol sea el que ejerza el dominio.
6.-Revision medica
periódica. Punto importante: someterse a una revisión médica que gravite sobre
pruebas funcionales sin caer en la psicosis de angustia y sobre todo, para
evitar caer en peligros de la
polifarmacia y la policirugía.
7.-Cotidianamente
hacer gimnasia mental. El geronte que no se preocupa por el día a día,
comenzara olvidando los sustantivos, luego las fechas y los datos y terminara
confundiendo hasta los tiempos de los verbos.
8.- Borrar del
diccionario la palabra prisa. El geronte no debe apresurarse para nada, el
objetivo será “sin prisas y con pausas” no tener la sensación de prisa, por lo
contrario aprovechar los intervalos para la pausa, en especial en las horas del
postprandio.
9.-Llenar las horas
con 60 minutos, ocupado si, preocupado no. Complemento del punto 8 nos previene
contra las horas vacías, la inactividad conducirá al tedio y a la inhibición,
pero tampoco horas de 70 minutos, porque son hijas de la prisa y esa palabra es
nefasta para la vejez. El geronte debe estar ocupado pero no preocupado y menos
desocupado, debe vivir prendido de ilusiones, procurando darle sentido a la
vida. Ni más ni menos.
10.- Tener conciencia
de estar en la tercera edad. Comprender y asumir que hay una tercera
juventud donde el espíritu juega papel
protagónico, comprender que en la tercera edad, la luz no viene del sol, viene
de adentro y los frutos maduran con la
luz interior.
*Traumatólogo. Profesor
de Ortopedia en la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C