DR.
GERARDO PÉREZ ROJAS*
La adolescencia
se define como el período de transición entre la niñez y la edad adulta, en
ésta no necesariamente se involucra una situación biológica, como cuando
hablamos de pubertad, en la que invariablemente se ve implícito el desarrollo
de caracteres sexuales secundarios y hormonas. Más allá de esta situación la
adolescencia es la serie de adaptaciones y cambios sociales, culturales,
emocionales, legales e incluso demográficos. Muchos países señalan esta etapa
entre los 13 y 18 años. En México el rango de edad es de los 12 a 19 años.
Si
solo habláramos de los cambios antes mencionados, todo sería felicidad, pero no
es así, desafortunadamente el tema que nos ocupa es el embarazo en las niñas. Si,
así es, niñas de 12, 13, 15 o 17 años embarazadas. La incidencia es cada día
mayor. Cada año 7.3 millones de niñas menores de 18 años dan a luz. Y el número
de embarazadas es incluso superior. Los embarazos en adolescentes ocurren con
una frecuencia muy variada entre las distintas regiones, grupos étnicos y
países. Sin embargo el factor común en donde la incidencia aumenta es la
pobreza y la falta de educación. Las niñas que viven en zonas rurales o remotas
con accesos limitados a recursos sociales, económicos o académicos por
consiguiente tendrán menos orientación sexual y de planificación familiar. Dos
millones de los 7.3 millones de partos
en adolescentes menores de 19 que ocurren
cada año en los países en desarrollo, son partos en niñas menores de 15
años. En México, el INEGI, ha cuantificado en el 2013 11 mil 512 niñas que se convirtieron
en madres y de ese total 318 tenían 10 años.
El
caso de la niña de 9 años de Jalisco, solo revela los vacíos institucionales
que existen en el país, y en donde además gran parte de estos embarazos son
producto de abuso sexual. Actualmente Durango es el estado con una tasa de fecundidad
más alta, casi del 79.56 %, y la incidencia más baja la tiene el distrito
federal con 36.39 %, en Coahuila tenemos una altísima tasa del 72,67 %. A lo largo del país, y en las
diferentes instituciones, las encuestas señalan como causa de embarazo en
adolescentes, varios puntos: 1.- El matrimonio en edades tempranas y el rol de género que se le asigna a la
mujer, 2.- La práctica de las relaciones sexuales y los mitos de los
anticonceptivos, 3.- La presión de los compañeros que alientan a los amigos a tener
relaciones sexuales, 4.- El consumo de bebidas alcohólicas y uso de drogas que
favorezcan la desinhibición y estimule la actividad sexual, 5.- Carecer de
información y conocimientos suficientes del uso de anticonceptivos y enfermedades
de trasmisión sexual y 6.- Falta de una buena educación sexual.
Si
todo se detuviera en tan solo esperar que la niña tenga su parto o cesárea y que el nacimiento
de ese bebé llene de felicidad los hogares, pues que hermoso sería, pero más
allá de esa escena color de rosa, se encuentra el hecho de que la embarazada
adolescente tiene muchísimo más riesgo de complicaciones. Es decir, estás
pequeñas tendrán, en un gran número de casos, preeclampsia (hipertensión en el embarazo)
diabetes gestacional, partos prematuros, abortos, recién nacidos con problemas neurológicos,
entre otros. Desafortunadamente, muchas de esas niñas también presentarán tal grado
de complicaciones que pueden llegar a morir, incluso teniendo el mejor de control
prenatal.
La
adolescencia en sí es una tapa muy compleja de atravesar, ya que si bien ya se
cuenta con elementos suficientes
para conocer y entender cómo es el mundo que les rodea, su organismo atraviesa por muchos cambios tanto físico como mentales, los
cuales, en ocasiones, no se logran comprender al 100 %, entre dichos cambios se
encuentra el despertar e iniciar una vida sexual, para lo cual hay distintas
opciones de acuerdo a la educación que se tenga en el hogar, la escuela o la
presión social que les rodea.
Permítanme
decirles, por último: como padres tenemos la obligación, incluso mayor que la de
nuestros hijos, de que esto no ocurra. No tengamos miedo de hablar con nuestros
hijos del cuerpo humano, del sexo, de los preservativos, de las pastillas anticonceptivas,
de los problemones de tener un bebé, y también,
cómo padres debemos de actualizarnos y prepararnos. Platiquen con sus hijos,
créanme que de eso nunca se arrepentirán.
Ginecobstetra.
Profesor de Ginecología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La
próxima colaboración será de la Dra. Susana Bassol Mayagoitia, Endocrinologa de
la reproducción.