DRA. SUSANA BASSOL MAYAGOITIA*
“A la
mujer mariposa”
Creo que las mujeres podemos tenerlo todo, pero no en seguida. Las
diferentes fuerzas de nuestro poder necesitan tiempo para desarrollarse.
Últimamente es común escuchar que la vida de la mujer asciende a partir de los
cuarenta, los franceses afirman que a esta edad la mujer florece, pero todavía
en muchas partes del mundo estamos bajo el peso desagradable del paso de los
años. Cuando somos jóvenes, lucimos radiantes con un aspecto fabuloso, pero en
esa etapa no tenemos idea de lo que hace gloriosa a una mujer. Para la mayoría
de las mujeres con más de cuarenta años de edad, las piezas del rompecabezas
acaban de empezar a encajar. Lo que las mujeres maduras deseamos es la
despreocupación de la juventud junto con lo profundo de la experiencia de los
años vividos, pero sintiéndonos saludables y con la misma energía de los años
mozos.
¿Qué es lo
que nos sucede? nuestro cuerpo está formado por cien billones de células. Estas
deben mantenerse comunicadas entre sí, sólo de esta manera los órganos pueden
funcionar. La comunicación está dada por el sistema nervioso y el hormonal. Las
hormonas son pues, las mediadoras que llevan la información de una o más
células a otras en diferentes lugares de un organismo. Debido a esta
comunicación e interrelación existente entre las células y por lo tanto
órganos, la alteración del equilibrio de uno de ellos puede producir malestares.
La mujer es, desde su nacimiento, esclava de sus
hormonas, estas han sido diseñadas para llevar a cabo la tarea más noble que
puede experimentar una mujer, la de ser madre. Así, gracias a las hormonas, la
especie humana se perpetúa. Sin embargo esta tarea va acompañada en muchas
ocasiones de manifestaciones físicas y emocionales adversas.
Estos cambios acompañan a la mujer toda su vida:
entre 18 y 45 años puede padecer el síndrome premenstrual, cambios que aparecen
de forma cíclica, entre cinco y diez días antes de la menstruación que van
aumentando de intensidad hasta llegar a su máximo tres días antes de ella y
luego desaparecen. Los cambios físicos pueden ser; tensión mamaria jaquecas,
aumento de peso y retención de líquidos; los cambios emocionales son:
irritabilidad, ansiedad, depresión, inestabilidad emocional entre los más comunes.
Aunque los cambios físicos son importantes, son los emocionales y conductuales
los que más afectan a las mujeres.
La mujer alrededor de los 50 años de edad presenta
su última menstruación y señala el término de su vida fértil. La perimenopausia
(un año antes y un año después), es cuando se producen la mayor parte de los
síntomas desagradables como alteraciones menstruales, cambios emocionales y bochornos.
La premenopausia se refiere a (más o menos) los cinco años previos, y la
postmenopausia, los años posteriores a la menopausia. El climaterio es la etapa
más prolongada. Abarca la premenopausia y la postmenopausia.
La menopausia se debe a la insuficiencia en la
producción de estrógenos, los cuales se producen en los ovarios. Con el paso
del tiempo esta producción va disminuyendo hasta agotarse. Y esto lleva a una
serie de cambios en todos los órganos donde éstos actúan; como, bochornos,
dolores en huesos y articulaciones, depresiones, cambios emocionales,
osteoporosis, disminución de la libido, envejecimiento precoz, atrofia vaginal,
incontinencia para orinar, aumento del colesterol malo y disminución del
colesterol bueno.
A los 50 años de edad la mujer ha alcanzado la
estabilidad emocional, económica y social. Ya crió a sus hijos y dispone de más
tiempo libre, es entonces cuando requiere mantener un buen estado de salud,
sentirse bien para poder gozar plenamente de esta etapa, es completa como una
mariposa
Pero, ¿todas las mujeres en esta etapa deben tomar
hormonas? La respuesta depende de la valoración médica que comprende tres
etapas: Evaluar si la mujer realmente necesita hormonas, determinar el tipo de
hormonas, dosis y vía de administración y verificar que no exista alguna
contraindicación para su uso.
Con una buena atención médica la mujer durante el
climaterio debe ser capaz de continuar en excelentes condiciones, con el placer
de vivir o de funcionar en la vida diaria. Una mujer es como la mariposa que ha
soportado una maravillosa transformación, representando a la fuerza femenina y
transportando su polen de un lugar a otro, fertiliza a su alrededor mentes y también
al mundo material; ella sigue siendo el centro. La transformación gracias al
poder de las hormonas femeninas permite que continue unida a su naturaleza como
una bendición, el placer y la capacidad para continuar sus actividades se
favorece y realza por el poder de las hormonas. Sobre todo, hay que recordar
que la mejor protección que hay contra todas las enfermedades, es el sentido
del humor; “mientras te rías de ti misma irás por buen camino y siempre tendrás
el boleto de vuelta”. La risa es la clave de la salud.
*Endocrinóloga de la reproducción. Jefa Departamento Salud Reproductiva
y profesora de Fisiología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima semana la colaboración será del Dr. Leonel Rodriguez, ginecolo.