DR. JUAN ANTONIO MEDINA ADAME*
El Siglo de Torreón
La
rinitis se define como la inflamación de la mucosa de las fosas nasales; se
caracteriza por uno o más de los siguientes síntomas: estornudos, prurito,
rinorrea y congestión nasal. Con frecuencia se acompaña de síntomas que
resultan de la afectación de las mucosas conjuntival, ótica o faríngea. En tales
casos hablamos de rinoconjuntivitis (RCJ).
La
rinitis alérgica (RA) es la inflamación de la mucosa de las fosas nasales
inducida a través de un mecanismo de protección exagerado en respuesta a la
exposición a aeroalérgenos del ambiente a los que el paciente está
sensibilizado. Tiene una prevalencia del 20-25 % en los países occidentales. En
nuestra comunidad la frecuencia es del 13 %.
La
rinoconjuntivitis es la enfermedad alérgica más frecuente, siendo el primer
motivo de consulta en las Unidades de Alergología Infantil. Puede debutar antes
de los dos años de vida, aunque su prevalencia aumenta de forma gradual a partir
del tercer año, estimándose que alrededor de un 20 % de los niños puede
presentarla a lo largo de la edad pediátrica.
Los
principales aeroalérgenos productores de rinitis alérgica son: pólenes (pastos,
árboles), mohos, ácaros de polvo doméstico, animales domésticos (perro, gato,
ratones…), cucarachas y alérgenos ocupacionales.
Un
consenso de expertos en colaboración con la Organización Mundial de la Salud ha
sugerido una clasificación según la duración de los síntomas en “intermitente”
o “persistente”, y según la gravedad de los mismos y el impacto sobre la
calidad de vida de los pacientes en “leve”, “moderada” y “grave”. La gravedad
se basa en la alteración sobre la calidad de vida
La
sintomatológica clásica de la rinitis de cualquier tipo es formada por fluido
nasal, obstrucción nasal y estornudos. Estos síntomas pueden aparecer de forma
conjunta o faltar alguno de ellos. La intensidad de cada uno es variable según
la causa del proceso. Se considera patológica la existencia de síntomas durante
al menos 30-60 minutos al día, la mayoría de los días. En el caso de la rinitis
alérgica aparece, además, prurito nasal y, ocasionalmente, conjuntival.
Para
hacer el diagnostico de este padecimiento se requiere de una historia clínica
completa, una exploración física integral, con un equipo adecuado para valoración
de la función nasal (rinoscopio, fibroscopio) y exámenes de laboratorio como
una biometría hemática y estudio del moco nasal para identificar eosinófilos (células
que aumentan en procesos alérgicos) la determinación de anticuerpos que
aumentan procesos alérgicos (Inmunoglobulina E) y pruebas cutáneas orientadas
hacia el medio ambiente al que está expuesto el paciente. Las pruebas cutáneas
son el modo más fácil, barato y eficaz para detectar los alérgenos a los que un
niño puede estar sensibilizado
Tratamiento:
Pocos niños afectados de RA llegan a adquirir tolerancia espontánea a lo largo
de 30 años. Por el contrario, la evolución natural de la enfermedad es de un empeoramiento
progresivo, que requiere un tratamiento con mayor consumo de medicación (antihistamínicos,
antagonistas del receptor de leucotrienos vía oral y corticoides intranasales)
En algunos casos, da inicio asma alérgica. Asímismo, es relativamente frecuente
la aparición de nuevas sensibilizaciones alérgicas que complican el pronóstico
Dentro
de las medidas de prevención primaria en los niños de riesgo (hijos de padres
atópicos) se aconseja lactancia materna durante más de seis meses, evitar
completamente el tabaquismo pasivo, evitar la exposición a ácaros y el contacto
con agentes ocupacionales.
En
el caso de que se sospeche otitis secretora o sinusitis, se ha de asociar una
pauta corta de corticoides orales y antibióticos
Por
el momento, solo la Inmunoterapia (ITE) ha mostrado una relativa eficacia en la
modificación de la historia natural de la enfermedad. También reduce la
hiperreactividad bronquial y parece capaz de prevenir el desarrollo de nuevas
sensibilizaciones y el asma en niños y adultos. Se recomienda la administración
de ITE en niños afectador por RA intermitente grave y/o persistente, independientemente
de su gravedad
*Inmunólogo
y Alergólogo Pediatra. Profesor de Inmunología Clínica y Subdirector médico del
Hospital Infantil Universitario, Torreón, UA de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Gerardo Pérez Rojas, ginecólogo.