martes, 21 de enero de 2014

LA TRINIDAD BIOLÓGICA. REFLEXIONES SOBRE LA VEJEZ


DR. EVARISTO JAVIER GÓMEZ RIVERA*
Hablamos de envejecimiento en general, como si todo nuestro organismo envejeciera a la vez y no es así. La vejez llega en tres etapas: la física, la intelectual y la espiritual, son tres formas de vida; tres modalidades.
Con anatomía robusta y la fisiología en todo su esplendor, a los 23 años se puede ser campeón de 100 metros, años después podrá hacer  buen papel en la próxima olimpiada, pero se dirá: “¡Es demasiado viejo, casi tiene 30 años!”. Pero si ese mismo hombre se postulara para alcalde, se advertiría que es demasiado joven. Y habría razón para ambos juicios-
Por un momento detengámonos en la gerontocracia del consejo de cardenales que asesora al Papa. Sin entrometernos en la eficiencia de ese consejo, podemos afirmar que si a los 25 años se les eligiera cardenales los consejos quedarían en entredicho.
No olvidemos que el Sanedrín (consejo de sabios judío) de Israel estaba conformada de puros ancianos. El consejo de gerontes que formaba el Delfos, guió los destinos de Grecia clásica. El Senado romano tuvo más poder que Cesar, y que, en fin, el sacerdote católico se honra con el título de presbítero, que quiere decir présbita o gerente; viejo.
El anciano es sinónimo de sabio, pero es verdad que ni el sabio ni el anciano servirán para ganar un partido de futbol, o para levantar un costal o superar una prueba ciclista. Para cada cosa se requiere la edad apropiada, es decir ya no servimos para algo, cuando todavía somos útiles para otros menesteres, así tenemos tres vidas: física, intelectual y espiritual.
Vida física: nacemos a la vida del músculo, del deporte y la competencia, llega a la plenitud a los 25, bien saben los deportistas que a esa edad inexorablemente alcanzan sus máximos. Lo que en la juventud no se logra es inútil quererlo conquistar en la madurez, hasta los 25 hay esperanzas legitimas de triunfar, después se inicia el declive, como en todos los ciclos biológicos hay acenso, clímax y descenso, es nuestra primera vejez.
Vida intelectual: Nos damos cuenta que nuestra vida intelectual sigue en acenso cuando ya declina la física, es la de mayor duración pues alcanza más allá de los 60, esa vida será vigorosa mientas sigamos abiertos a lo nuevo, y mucho ayudara hacer ejercicio mental, ¿cómo? Entendamos un teorema, resolvamos un problema, aprendamos un idioma, todo ello es gimnasia mental y enriquecimiento del patrimonio intelectual.
Poco importa que mengue la fuerza física, que decline el rendimiento muscular o que flaquee la memoria; todo eso es patrimonio de la vida física y por mucho que decline no afectara la juventud intelectual.
Si nos afectara en la medida de que nos preocupe el “sentirnos viejos” sobre todo si nos angustiamos diciendo: “sí, sí, pero me doy cuenta que he perdido energías, ya no soy como antes, ya necesito lentes y tengo amnesia”. Si nos empeñamos en ser viejos y mantenernos en actitud pesimista, sin duda acabaremos envejeciendo de verdad, nuestra obligación es hacer lo contrario y repetirnos hasta el cansancio que la vejez intelectual no comparece hasta que se le llama. De la espiritual hablaremos después.
*Traumatólogo. Profesor de Ortopedia en la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
El próximo sábado el Dr. Evaristo Gómez Rivera continuará con el mismo tema.