sábado, 26 de enero de 2013

TRASPLANTES

CONSTRUIR- DESTRUIR
DR. MANUEL ESTRADA QUEZADA*
El Siglo de Torreòn, aquì
Buenos  hombres, hombres  buenos: Dr. Carlos Ramírez Valdez, Dr. Carlos López Moreno,  Lic. Jacinto Faya Viesca. In memorian.
En últimas fechas, la televisión nos ha mostrado la gran movilización de personas y equipo que se realiza ante la donación y trasplante de órganos humanos (lamentablemente la donación de órganos no es un hecho muy frecuente). Afortunadamente, en cumplimiento de la voluntad solidaria de la familia de un paciente, que por la propia fatalidad de su destino, tiene muerte cerebral,  este ser humano se convierte en dador de vida y esperanza para muchos enfermos y sus familias, quienes después de una larga y agonizante espera, reciben la grata noticia de que existen grandes posibilidades de ser trasplantarlos. Noticia que a muchos nunca les llega y sucumben en el camino de la espera. Esto provoca que la lista de personas que necesitan ser trasplantadas se actualice constantemente, ante el dolor y desesperanza de mucha gente.
Para ser candidato a trasplante se requiere el diagnóstico de la necesidad orgánica,  la evaluación de los beneficios, el registro en el Sistema Nacional de Trasplantes, la evaluación del donante en vida y la asignación de un órgano o tejido. Es decir, cumplir con reglas establecidas, las cuales muchos desconocemos, ya que, sólo tenemos un poco de información a través de la televisión, donde un equipo de médicos y enfermeras especialistas, extirpan quirúrgicamente riñones, corazón, hígado, corneas u otros órganos. De acuerdo a la narración periodística, luego los colocan en hieleras, con sustancias especiales para trasladarlas al quirófano de la misma ciudad del donante o a otras ciudades de la república.  Primero se trasladan en ambulancias terrestres, luego en helicópteros o aviones, con la premura que el acto quirúrgico requiere. En otros quirófanos se encuentran preparados otros equipos médicos, que ya tienen preparado al paciente para recibir el órgano donado y una segunda oportunidad de vida.
Ver que una persona trasplantada exprese su agradecimiento a Dios y al donante, (generalmente se trata de un joven), así como a los familiares de éste reconociendo su benevolencia, constituye una gratificación para los médicos, enfermeras, personal de trabajo social, administrativo, de intendencia, de mantenimiento, operadores de ambulancia y pilotos de las aeronaves, quienes concluyen su misión con la satisfacción del deber cumplido.
            Aquí cabe la reflexión sobre cuántas personas preparadas, humanistas y trabajadoras se requieren para construir una segunda oportunidad de vida y en cambio un solo individuo, sin escrúpulos, sin piedad,  mata, hiere o invalida a tantos inocentes y cambia el destino de muchos otros para siempre, dejando heridas que no paran de sangrar, que nunca cicatrizan.
*Médico Legista. Profesor de Medicina Forense de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Juan Manuel Valdemar Larrañaga, médico del trabajo.