Cierta
ocasión, el Dr. Isaac Costero, patólogo del Instituto Nacional de Cardiología, contestó
a la pregunta sobre qué opinaba del colesterol: “sólo sé que es muy sabroso”.
Igualmente, el Dr. Ignacio Chávez, decía que los platillos mexicanos más ricos
eran los de alto contenido de colesterol.
El descubrimiento de esta grasa y la descripción de su
metabolismo han sido motivo de que cuatro investigadores ganarán el premio
Nobel de medicina. La palabra colesterol proviene del griego choles
(bilis) y sterol (sólido),
se trata de una sustancia necesaria para la formación de hormonas sexuales,
cortisona y vitamina D y forma parte de la pared celular. Actualmente, es
reconocido como un factor de riesgo para la salud, porque afecta las arterias
cardiacas y se le relaciona directamente como un aumento en la mortalidad
general. Algunos mitos comunes es creer que se presenta sólo en personas con
sobrepeso y que produce síntomas al estar elevado. Se consideran valores
normales cuando no excede los 200 mg/dl, e incluso, menos de 180 para pacientes
con alguna complicación relacionada con este factor de riesgo. En muchos pacientes
es claramente causa de infarto, por ejemplo, en niños y jóvenes que padecen
enfermedades hereditarias relacionadas con colesterol alto.
El colesterol y los triglicéridos son las grasas más estudiadas
en la sangre y tienen un origen diferente. El colesterol es de origen animal
mientras que los triglicéridos se adquieren de vegetales; de carbohidratos como
azúcares y harinas. De allí que resulte absurdo que en los envases de aceites
vegetales, aclaren que son “sin colesterol” ya que no hay forma de que lo
tengan.
Se tenga o no elevado el colesterol en la sangre siempre
formará parte de lo que se llama placa ateroesclerosa, una especie de sarro o
depósito que se acumula en el interior de las arterias, ésta va creciendo y
tapando cada vez más la arteria afectada de acuerdo a nuestra herencia y
comportamiento: sedentarismo, sobrepeso, trabajo estresante, tabaquismo y dieta.
Usualmente se habla de colesterol bueno y malo, cuando en realidad se trata de
la misma molécula, aunque dependiendo de la proteína con la que se une va a
formar las lipoproteínas de baja densidad: colesterol malo porque se acumula en
las arterias. Las lipoproteínas de alta densidad: colesterol bueno porque se
elimina por el intestino. Existen alimentos que favorecen la formación del
colesterol llamado bueno como los frutos secos, aceite de oliva, cereales
integrales, entre otros.
Los medicamentos más efectivos para controlar los niveles
de colesterol son las estatinas; disminuyen los niveles de colesterol y pueden
reducir el tamaño de las placas ateroesclerosa. Estos medicamentos reducen la
mortalidad por otras causas, no sólo las cardiacas.
*Cardiólogo. Profesor de
Cardiología y Director de la Facultad de Medicina de Torreón, U. A. de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Antonio Padua y Gabriel, neumólogo.