Hay muchos factores externos a nuestro
organismo que influyen negativamente sobre la presión arterial y el funcionamiento
del corazón; uno de éstos es el frío. Pero no solamente el frío modifica
nuestra presión, también lo hacen otras condiciones climáticas como el viento
fuerte, los nublados, la humedad, los cambios bruscos de temperatura y las
tormentas eléctricas. El clima frio favorece una reacción de los vasos
sanguíneos, especialmente en las arterias, lo cual provoca de manera directa le
elevación de la presión. Como factores agregados, en la época de frio, están
los cambios dietéticos y de actividad física, ya que nuestra dieta cambia,
aumentando tanto el contenido de calorías como de sal, provocando un aumento de
peso, lo cual afecta negativamente la presión. La sal excesiva en los alimentos
tiene efectos deletéreos, tanto por que eleva de manera directa la presión
arterial, como por sus efectos bloqueadores de la acción de una gran variedad
de medicamentos antihipertensivos. Otro factor importante, es que en esta
temporada, de todas las personas que hacen ejercicio en primavera-verano-otoño,
sólo el 10 % continúa realizándolo durante el invierno.
Es bien conocido el efecto benéfico que tiene
el hacer ejercicio de forma regular y moderada, sobre los niveles de presión
arterial, efecto que prácticamente podría ser comparado con el de los
medicamentos. Debe considerarse además, que con el frío, los dolores llamados
reumáticos: óseos, articulares y musculares, se ven aumentados, por lo que
muchas personas recurren a analgésicos que tienen efectos antiinflamatorios y
que potencialmente elevan la presión. Igualmente muchos de los medicamentos
antigripales que se consumen con más frecuencia en estas fechas, pueden tener
un efecto hipertensivo. En estos meses fríos, además, se incrementa el consumo
de café, el té verde o negro, y otras bebidas que contienen cafeína,
contribuyendo a un posible efecto de elevación de la presión arterial.
Otro factor que no puede faltar en estas
épocas de celebración o de tristeza, es que se incrementa el consumo de
alcohol, sustancia que tiene efectos bien conocidos y que son dependientes de
la dosis, es decir a dosis bajas: 30 mililitros de whiskey o su equivalente o
hasta 2 cervezas, puede bajar un poco la presión, pero a dosis mayores, hay
riesgos de elevarla.
No hay duda de la importante relación que
existe entre las complicaciones provocadas por el descontrol de la presión
arterial y el clima. Durante los meses de frío, y por las razones antes
mencionadas, es cuando se presentan un mayor número de infartos e insuficiencia
cardiaca y las complicaciones que afectan al cerebro, como la enfermedad
cerebrovascular, sea de tipo oclusiva o hemorrágica; todas tienen una alta
mortalidad. De esta forma las condiciones meteorológicas influyen en nuestra
salud, no solamente afectándonos desde el punto de vista de los problemas
infecciosos respiratorios que causan una cuota frecuente de muertes,
agregándose en esta temporada un número incluso mayor, de complicaciones y
muertes debidas al descontrol de la presión arterial. Debe señalarse que al
hablar de frío, no podemos evitar sus efectos sobre el corazón y la presión
arterial, al cubrirnos bien con ropa, sino que se trata de algo más general,
algo ambiental, de tal forma que la única forma de evitarlo, sería viajar a una
playa cálida en época invernal.
El
dicho: “Enero y febrero desviejadero” tiene su verdad por las complicaciones en
la presión arterial más que por las enfermedades respiratorias. Sólo habría que
agregar que en noviembre y diciembre también aumentan las muertes de las
personas de edad avanzada.
*Cardiólogo.
Director general y profesor de cardiología de la Facultad de Medicina, Torreón,
UA de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Evaristo Gómez Rivera, traumatólogo.