La
desinformación médica es un hecho frecuente y los casos de famosos no se
salvan. A veces las noticias son tan confusas que se vuelve prácticamente imposible
establecer la verdadera causa del fallecimiento de algún personaje.
En el caso de la muerte del futbolista exsantista,
Christian Benítez, tenemos la versión de la esposa que declaró que un dolor
abdominal, que posteriormente se acompañó de convulsiones, la hicieron llevar a
“Chucho” Benítez a un hospital de Qatar, donde le administraron analgésicos y estuvieron
alrededor de dos horas. Por tales declaraciones surgió el primer diagnóstico: Peritonitis
debida a una apendicitis mal tratada. Aquí cabe señalar que, de acuerdo al
cuadro súbito de dolor abdominal, no sería posible tal diagnostico pues habría
un cuadro clínico previo. Otra versión fue la de un infarto debido a una
malformación en las arterias coronarias, ésta fue la conclusión de la primera
autopsia hecha en Qatar. Donde, por cierto, la medicina tiene altos estándares
de calidad. Sin embargo, no se concibe que una malformación coronaria no se
haya sido detectada previamente, tomando en cuenta los exámenes a los que son
sometidos los deportistas de alto rendimiento. La afirmación: “fue una malformación
que se detecta sólo hasta que se muere” (como se dijo en la segunda autopsia
hecha en Ecuador) no es real. Las malformaciones cardiacas no son tan difíciles
de descubrir, pero sí sucede en el caso de algunas arritmias. Esto es, defectos
en la conducción eléctrica del corazón; patología que no se mencionó como
posibilidad.
Aunque debemos de tener en cuenta que hasta a el mejor se
le puede escapar un diagnóstico. La noticia de la muerte del futbolista estuvo
llena de impresiones y errores, por ejemplo, el decir que fue un paro
cardiorrespiratorio sin mencionar la causa. También, la segunda autopsia
realizada en Ecuador reveló una supuesta “deficiencia coronaria de origen
congénito”, conceptos poco utilizados en la terminología médica. Además el
médico del equipo se atrevió a declarar que de todos modos “Chucho” iba a morir
máximo en dos días más, que pesaba sobre él una especie de sentencia de muerte,
que se trataba de una condición que era imposible detectar en vida y que sòlo
la autopsia sería capaz de revelar (por cierto no la de Qatar). No deja de ser
extraño que una persona a los 27 años, deportista de alto rendimiento, se le
diagnostique un infarto cardiaco sin aparentes factores de riesgo conocidos o
que se hayan manifestado por algún medio.
Es habitual, incluso entre algunos médicos, creer que
cuando una persona muere de manera súbita o muy pronto después de que
aparecieran los síntomas se trate de un infarto cardiaco. Está ampliamente
demostrado que la mayoría de las personas que fallecen de esta manera la causa
es por algún tipo de arritmia grave, que pudo ser debida, o no, a algún
problema de las coronarias, por alguna situación que demandó de manera brusca y
desmedida de mayor cantidad de oxígeno para el corazón, aun con coronarias
normales o por algún desbalance de electrolitos que alteró el estímulo de los
diferentes tipos de sistemas nerviosos o por efecto de medicamentos, etc. Conclusión: difícilmente
tendremos clara la causa de la muerte de este buen jugador de futbol.
*Cardiólogo. Director
y Profesor de Cardiología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. César Manuel González Hernández, ginecólogo