El Siglo de Torreón
Neuropatía diabética (NPD)–Pie diabético, este enunciado
nos señala el daño que sufren los nervios como complicación de
la diabetes mellitus. Es importante entender que los nervios periféricos,
cubren como una red todo nuestro cuerpo, semejando los cables transportadores
de electricidad que se extienden desde una central generadora de energía, hasta
las partes más distantes de una ciudad. La información que transmiten normalmente
los nervios es en ambas direcciones: la aferente o sensitiva, que detecta
cualquier cambio sucedido dentro y fuera de nuestro cuerpo y la eferente o
motora que nos permite responder en forma consciente (somática) o inconsciente
(autónoma) a esos estímulos recibidos. Conociendo lo anterior, es claro
entender que al estar afectada la estructura de estos nervios, el cuerpo
manifestará una serie de alteraciones relacionadas con sus funciones
sensitivas, motoras y autónomas. El paciente refiere sentir en sus piernas y
pies; hormigueo, picazón, entumecimiento, pérdida del tacto e incapacidad para
captar las sensaciones dolorosas y térmicas (frio/calor), trastornos en la
función muscular como calambres, adelgazamiento muscular con pérdida de su
fuerza y reflejos que provocan la caída de los arcos plantares con deformidades
que afectan la bipedestación y la marcha. Las alteraciones autonómicas aumentan
el flujo de la sangre generando cambios en la temperatura, resequedad,
callosidades, fisuras y úlceras con gangrena, osteoporosis con múltiples
fracturas que afectan las articulaciones y colapsan la estructura del pie (pie
de Charcot). Por lo anterior debemos considerar a la NPD como una complicación
tardía pero grave de la diabetes mellitus.
Se
considera que la NPD afecta el 60% de los diabéticos de larga evolución y el
80% de ellos manifestara dolor en sus piernas y pies de moderado a severo al
inicio de la enfermedad. La NPD es la responsable del 40 al 60% de todas las
amputaciones de miembros inferiores.
La causa directa de la NPD es la permanente y
prolongada elevación de la glucosa en la sangre (hiperglicemia) lo que
incrementa el estrés oxidativo que activa varias vías metabólicas nocivas
impactando la cubierta de mielina de los nervios. La hiperglicemia crónica
estará presente en toda aquella persona conocida o no como portadora de
diabetes mellitus que no tiene una dieta adecuada para su enfermedad, que lleva
una vida sedentaria y carente de control médico. Si usted es portador de alguno
de estos datos clínicos, conocido o no diabético y quiere evitar padecer pie
diabético y una amputación, le hago las siguientes recomendaciones: revise y
lave diariamente sus pies con agua tibia y jabón neutro (seque correctamente evitando
la humedad y lubrique con crema), busque escoriaciones, grietas y ampollas,
sobre todo en espacios interdigitales. Use calcetines que no aprieten, de
algodón en verano y de lana en invierno, zapatos de piel suave y suela de
cuero, cómodos y a su medida, que le permitan el movimiento de los dedos. No
camine descalzo, no use vendajes apretados. Corte las uñas en forma transversa
y recta, no se corte los callos, no fume, evite las marchas prolongadas o el
mantenerse en pie por mucho tiempo y lo más importante: evite la hiperglicemia,
mediante control médico especializado.
*Cirujano. Profesor de Anatomía y Secretario
Administrativo de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Eduardo Serna Zetina, cardiólogo.