sábado, 27 de julio de 2013

INFECCIONES DE LAS VÌAS URINARIAS

DR. ALEJANDRO GÒMEZ ALVARADO*
 
 
 
 
 
Las infecciones de las vías urinarias son la principal causa de consulta y de hospitalización en pacientes de todas las edades y su frecuencia varia con la edad. Durante la niñez es un evento poco frecuente y suele relacionarse con la presencia de una alteración anatómica o funcional del aparato urinario. Después del inicio de la vida sexual la diferencia en frecuencia de infecciones urinarias entre hombre y mujer es muy marcada siendo 30 veces más frecuentes en mujeres que en hombres y se calcula que de los 18 a los 40 años de edad hasta el 30% de la población femenina experimenta infección urinaria sintomática alguna vez en su vida. Después de los 50 años está relación disminuye por el aumento de infecciones en los hombres debido a problemas obstructivos de la próstata. En los adultos mayores la frecuencia es similar en ambos sexos.
Las infecciones urinarias se clasifican, de acuerdo a su localización anatómica, como infecciones bajas cuando está afectada la vejiga o la uretra y/o infecciones altas cuando corresponden afectación del riñón. Estas últimas también se consideran como infecciones complicadas porque pueden generar daño a la unidad funcional del sistema que se encuentra en este órgano.
Es importante resaltar que el sistema urinario es estéril y junto con el sistema nervioso central son los únicos que no están colonizados por bacterias, a pesar de que el sistema urinario tiene conexión al exterior y esto se debe a mecanismos de defensa presentes en el sistema urinario como son el flujo de orina, el recambio de células epiteliales entre otros.
Las bacterias invaden y se diseminan en el aparato urinario por vía ascendente a través de la uretra que es la vía más común o por vía sanguínea o linfática. La principal bacteria que ocasiona las infecciones de vías urinarias proviene del intestino grueso o colon donde es un huésped normal y que a través del periné asciende a la uretra y vejiga. Dentro de los factores predisponentes para el desarrollo de las infecciones urinarias está la obstrucción del flujo urinario por cualquier circunstancia a lo largo del sistema y constituye el principal factor para las infecciones.
Los síntomas más comunes de una infección de vías urinarias bajas, llamadas cistitis o uretritis, son de tipo irritativo como dolor o ardor al orinar, aumento de la frecuencia urinaria urgencia miccional, dolor en bajo vientre o sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga. En las infecciones altas o pielonefritis, el dolor en área de la espalda baja, acompañado de fiebre malestar general y datos de laboratorio de leucocitosis confirman el diagnostico. El tratamiento a base de antimicrobianos constituye la piedra angular; los esquemas varían de acuerdo a la localización, edad, grado de complicación, sexo, etc. y van de una sola dosis, tres días o de siete a catorce días. Por lo anterior y la frecuencia de este padecimiento la recomendación es consultar al médico a la menor sintomatología urinaria sobre todo pacientes con alto factor de riesgo como diabéticos, trasplantados, con malformaciones congénitas o con algún otro problema de inmunosupresión.
*Urólogo. Profesor de Urología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Antonio Padua y Gabriel, neumólogo.

domingo, 21 de julio de 2013

¿ARRITMIAS O PALPITACIONES?

DR. EDUARDO SERNA ZETINA*
El Siglo de Torreón

El estudio de las arritmias es muy importante, ya que muchas personas mueren al presentar alguna en sus diferentes formas, ya sea de manera primaria o secundaria a alguna enfermedad del corazón o de otro órgano.
El ritmo sinusal o ritmo normal del corazón no debe confundirse con la frecuencia cardiaca o número de latidos. La regularidad de los latidos, o sea el espacio entre cada uno de ellos es lo que determina el ritmo. Una arritmia cardiaca es la pérdida del orden normal de los latidos independientemente del número de estos. Por ejemplo: tenemos arritmias aún con un número normal de latidos, o sea entre 60 y 100 por minuto en adultos. O bien se considera también una arritmia en caso de ritmo normal pero con un número de latidos anormal; ejemplo: menos de 60 por minuto se denomina bradicardia o más de 100 por minuto, taquicardia. Los pacientes refieren términos como “palpitaciones, brinco, pálpito, vuelco, corazonada, sensación de que se detiene el corazón”,  que  la mayoría de las veces no corresponde a ningún tipo de arritmia. Esto quiere decir que aunque estas manifestaciones o síntomas pudieran corresponder a un tipo de arritmia, las arritmias frecuentemente son asintomáticas, incluso algunas formas graves de las mismas, por eso no las detectamos por algún síntoma.
Existen arritmias benignas y se podría decir que son “normales”, como la que presentan niños y jóvenes y que depende de la respiración. Otras son benignas y pasajeras y aunque adquieren frecuencias muy elevadas cercanas a los 300 por minuto, se pueden presentar en corazones sanos y generalmente son provocadas por estimulantes como café, refrescos de cola, algunos tés, bebidas alcohólicas, estrés, desveladas, humo de cigarros y efecto de medicamentos como los antigripales u otras drogas.
La mayoría de la  gente que muere por un infarto lo hace a consecuencia de alguna arritmia cardiaca grave, que en muchos casos no le permite llegar al hospital. En los Estados Unidos, se calcula que sólo la mitad de los infartados llegan vivos al hospital. En ocasiones hemos sido testigos de la muerte súbita o instantánea de algún deportista, especialmente en el futbol. El jugador, cae de repente en la cancha víctima de algún tipo de arritmia de la que puede o no recuperarse.
Las arritmias pueden controlarse simplemente evitando los factores que las desencadenan, o bien, ocasionalmente llegamos a recurrir al empleo de los medicamentos llamados antiarrítmicos, los cuales deben ser usados exclusivamente bajo prescripción médica, dado que en ocasiones son un verdadero ejemplo de cuando resulta peor el remedio que la enfermedad. El uso de aparatos llamados cardioverter-desfibrilador, han salvado muchas vidas, porque son capaces de responder con un choque o descarga eléctrica pequeña a diversos tipos de arritmias salvando la vida del paciente. Se deben de colocar solo en caso de enfermedades graves del corazón. Pero recientemente surgen dudas sobre si estos aparatos nos estarían quitando el privilegio de morir dignamente y sin dolor, como en aquellos casos en que la muerte se presenta durante el sueño, forma en que casi todos quisiéramos morir. Por último, cuando una persona fallece repentinamente es excepcional que sea por un infarto, casi siempre habrá que considerar alguna arritmia como la causante.
*Cardiólogo. Profesor de Cardiología y Director General de la Facultad de Medicina y Hospitales Universitario de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Alejandro Gómez Alvarado, urólogo.

jueves, 18 de julio de 2013

NEUROPATIA DIABÉTICA – PIE DIABÉTICO

DR. RAÚL GUZMÁN MUÑOZ*
El Siglo de Torreón
Neuropatía diabética (NPD)–Pie diabético, este enunciado nos señala el daño que sufren los nervios como complicación de la diabetes mellitus. Es importante entender que los nervios periféricos, cubren como una red todo nuestro cuerpo, semejando los cables transportadores de electricidad que se extienden desde una central generadora de energía, hasta las partes más distantes de una ciudad. La información que transmiten normalmente los nervios es en ambas direcciones: la aferente o sensitiva, que detecta cualquier cambio sucedido dentro y fuera de nuestro cuerpo y la eferente o motora que nos permite responder en forma consciente (somática) o inconsciente (autónoma) a esos estímulos recibidos. Conociendo lo anterior, es claro entender que al estar afectada la estructura de estos nervios, el cuerpo manifestará una serie de alteraciones relacionadas con sus funciones sensitivas, motoras y autónomas. El paciente refiere sentir en sus piernas y pies; hormigueo, picazón, entumecimiento, pérdida del tacto e incapacidad para captar las sensaciones dolorosas y térmicas (frio/calor), trastornos en la función muscular como calambres, adelgazamiento muscular con pérdida de su fuerza y reflejos que provocan la caída de los arcos plantares con deformidades que afectan la bipedestación y la marcha. Las alteraciones autonómicas aumentan el flujo de la sangre generando cambios en la temperatura, resequedad, callosidades, fisuras y úlceras con gangrena, osteoporosis con múltiples fracturas que afectan las articulaciones y colapsan la estructura del pie (pie de Charcot). Por lo anterior debemos considerar a la NPD como una complicación tardía pero grave de la diabetes mellitus.
 Se considera que la NPD afecta el 60% de los diabéticos de larga evolución y el 80% de ellos manifestara dolor en sus piernas y pies de moderado a severo al inicio de la enfermedad. La NPD es la responsable del 40 al 60% de todas las amputaciones de miembros inferiores.
La causa directa de la NPD es la permanente y prolongada elevación de la glucosa en la sangre (hiperglicemia) lo que incrementa el estrés oxidativo que activa varias vías metabólicas nocivas impactando la cubierta de mielina de los nervios. La hiperglicemia crónica estará presente en toda aquella persona conocida o no como portadora de diabetes mellitus que no tiene una dieta adecuada para su enfermedad, que lleva una vida sedentaria y carente de control médico. Si usted es portador de alguno de estos datos clínicos, conocido o no diabético y quiere evitar padecer pie diabético y una amputación, le hago las siguientes recomendaciones: revise y lave diariamente sus pies con agua tibia y jabón neutro (seque correctamente evitando la humedad y lubrique con crema), busque escoriaciones, grietas y ampollas, sobre todo en espacios interdigitales. Use calcetines que no aprieten, de algodón en verano y de lana en invierno, zapatos de piel suave y suela de cuero, cómodos y a su medida, que le permitan el movimiento de los dedos. No camine descalzo, no use vendajes apretados. Corte las uñas en forma transversa y recta, no se corte los callos, no fume, evite las marchas prolongadas o el mantenerse en pie por mucho tiempo y lo más importante: evite la hiperglicemia, mediante control médico especializado.
*Cirujano. Profesor de Anatomía y Secretario Administrativo de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Eduardo Serna Zetina, cardiólogo.

sábado, 6 de julio de 2013

DISGEUSIA, UN PROBLEMA DE SALUD

DR. ARTURO GONZÁLEZ VALDEZ *
El Siglo de Torreón
La función sensorial desempeña un papel importante en la vida de cada uno de nosotros, ya que proporciona la facultad de tocar, ver, oler, probar y escuchar; sensaciones, que al manifestarse lo pueden hacer con percepciones agradables o desagradables.
Las percepciones agradables nos provocan placer que desencadena el estímulo de una sustancia en la hipófisis con la intervención del hipotálamo, llamada endorfina, la cual nos hace sentir bien, nos ayuda a responder de mejor manera a las agresiones físicas como el dolor, a superar sentimientos como la tristeza y a evitar la depresión; mejora el estado de salud físico y mental. En cambio, cuando las sensaciones son desagradables, perturba de cierta manera nuestra calidad de vida.
         La alteración del sentido del gusto o disgeusia, se puede presentar como una disminución del gusto (hipogeusia), una pérdida total del gusto (ageusia) o bien como una perversión del gusto (parageusia), en la cual se percibe un sabor muy desagradable de los alimentos. La causa no está bien definida, sin embargo, se ha relacionado con una compleja asociación de factores biológicos y psicológicos que la hacen multifactorial y tomando en cuenta que los sabores viajan a través de la lengua al cerebro consciente, la hace muy difícil de tratar. En Estados Unidos existen 1.1 millones de personas que sufren este desorden del gusto. En México desconocemos su incidencia, por considerarse como un síntoma y no como una enfermedad, omitiendo su registro en el CIE (Clasificación internacional de enfermedades).
         Se le ha atribuido, a problemas en la modificación química de la saliva actuando como obstáculo para estimular el botón gustativo, situación que puede ser observada en el curso de la enfermedad de Gougerot Sjogren.
         La carencia nutricional y vitamínica, influyen también en la falta de estimulación del botón gustativo, que frecuentemente se relaciona con pacientes que se encuentran en tratamiento con quimio o radioterapia.
 La saliva, es el agente que hace soluble los sabores, para que puedan hacer contacto con las papilas gustativas, por lo tanto, una falta de saliva (xerostomía), en pacientes con deshidratación o bajo los efectos de medicamentos anticolinérgicos, puede originar el síntoma.
         La causa más frecuente, está relacionada con la ingesta de medicamentos tales como; antiarritmicos, diuréticos, hipoglicemiantes, antibióticos, antimicóticos, aniinflamatorios no esteroideos,, anticonvulsivantes, inmunosupresores etc.
Se han registrado casos, en que la proteína salival “gustina-zinc dependientes” no permite que los sabores lleguen a las papilas gustativas y por consecuencia existe alteración del gusto. También el tabaquismo es causante de disgeusia, ya que ocasiona carencia de vitaminas B12 y C, aun cuando los trastornos del gusto por esta causa se consideran como no severos.
Este síntoma, no se considera por muchos pacientes ni profesionales de la medicina como importante, sin embargo, no sentir placer al disfrutar de las comidas, trae consigo una serie de trastornos como la anorexia, pérdida de peso, a la tristeza, y a la depresión, perturbando la calidad de vida de quien lo padece y preocupando a su familia que se ve afectada al no saber cómo bridarle ayuda. Por consiguiente es necesario; detectar la existencia del síntoma, acudir a un profesional de la medicina para investigar la causa, e incidir sobre la posible etiología. Algunos médicos, administran Zinc con buenos resultados.
*Médico cirujano. Profesor de Propedéutica de la Clínica de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Raúl Guzmán Muñoz, cirujano.