El Siglo de Torreòn, aquì
Los
motivos de consulta por pie plano aumentan cotidianamente, quizá se deba a que el
uso de zapatos correctivos o plantillas está firmemente arraigado en nuestra
cultura. Así, los padres lo autodiagnostican para luego reclamar tratamiento,
preocupados, pensando que los niños tendrán dolor cuando sean adultos.
Sobre
ese exceso de celo maternal cae como plaga, una pléyade de aficionados ajenos a
la medicina que ofrecen una serie de dispositivos pseudortopédicos y convierten
en asunto comercial el tratamiento de esta afección. A menudo vemos niños que
apenas inician la marcha y ya usan zapatos modificados, otros andan con
incomodos y costosos soportes ortopédicos confeccionados con materiales plásticos
duros.
El
arco plantar se forma durante la infancia y está determinado por influencias de
la edad y la genética, de tal manera, que se considera como variable
fisiológica normal el pie plano flexible, cuando no es flexible, entonces hay
anormalidades esqueléticas que seguramente necesitan tratamiento quirúrgico.
Tradicionalmente
el arco caído se considera como anormal, antiestético, causate de futuros problemas y la percepción
de los padres de que el pie plano flexible es un problema serio que debe ser
tratado, éste, es el obstáculo principal para aceptar la recomendación que aquí
les hacemos.
Muchas
personas adultas que recibieron tratamiento piensan que se corrigieron gracias
a ello y reciben con escepticismo los argumentos del médico que intenta disuadirlos
de comprar zapatos ortopédicos y la consulta llega a feliz término accediendo a
la petición, prescribiendo las correcciones, en lugar de explicar, simple y
llanamente, que el pie plano flexible mejorará con la edad y que las
correcciones al zapato o las plantillas poco o nada afectarán su evolución
natural. Sólo en caso de que tenga síntomas como cansancio fácil, y/o dolor,
entonces deberá ser estudiado porque se tratará de otro problema.
Investigadores
de la Universidad de California, en San Diego, informan que después de tres
años usando correcciones en zapatos o insertos en nada influyeron para
modificar el curso del pie plano flexible.
Es
clásico en la literatura médica el trabajo de Staheli y cols. de la Universidad
de Washington en el que se concluye que si el pie plano flexible cae en el
rango de fisiológico, no necesita tratamiento. Respecto al manejo del pie plano
patológico no hay acuerdo y resulta muy controversial en la comunidad médica.
En
resumen, el pie plano flexible es un hallazgo muy común y no necesita
tratamiento alguno. Prescribir modificaciones al zapato, recomendar plantillas
o incluso cirugía no es adecuado. Aconsejamos zapato de horma fuerte, amplia,
que quede holgado, estrenar zapatos antes de que éstos se deformen y deterioren
por el uso y causen apoyos plantares anormales propiciando callosidades,
ampollas o vicios de la marcha.
*Traumatólogo. Profesor de Ortopedia
de la Facultad de Medicina U.A. de C.
Próxima colaboración será del Dr. Raúl Guzmán Muñoz,
cirujano.