Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), son
infecciones que se transmiten por contacto sexual; antiguamente eran llamadas
enfermedades venéreas y son más frecuentes en personas jóvenes y sexualmente
activas.
Las persona con ITS, pueden contagiar a las parejas con
las que tengan relaciones sexuales, y éstos a su vez se convierten en
portadoras de la infección. En muchas ocasiones, sobre todo en mujeres, las ITS
pueden no producir síntomas inicialmente, pero a largo plazo favorecen el
desarrollo de Enfermedad Inflamatoria Pélvica, infertilidad y cáncer de cuello
uterino.
Las ITS aumentan las probabilidades de que el VIH, el
virus que causa el SIDA se transmita de un individuo a su pareja por contacto
sexual. Por su parte, la presencia del VIH aumenta la vulnerabilidad a las ITS
y prolonga la duración de los procesos infecciosos. Por lo tanto, la prevención
y el manejo de las ITS han adquirido una gran importancia para minimizar el
impacto de la epidemia del VIH/SIDA.
Las ITS que producen úlceras genitales aumentan
significativamente las posibilidades de contagio del VIH cada vez que se tienen
relaciones sexuales. Otras ITS también aumentan el riesgo de transmisión de VIH
por contacto sexual, especialmente si existe inflamación en el tracto genital.
La relación entre el VIH y otras ITS va más allá del
aumento en el riesgo de transmisión del VIH. Una persona infectada con VIH
eventualmente sufre daños en su sistema inmunológico, haciéndole más
susceptible a contraer otras infecciones, entre ellas las ITS.
En personas que viven con VIH/SIDA, las ITS son más
difíciles de tratar y de curar. Por ejemplo, las lesiones ocasionadas por la sífilis pueden durar más y en el caso
del chancroide, se ha descubierto que
el tratamiento tiene menos probabilidades de éxito entre los que padecen de
inmunosupresión.
Los episodios recurrentes de virus de herpes simplex son
también más frecuentes y finalmente, las infecciones endógenas por hongos como cándida albicans, son comunes y
difíciles de curar.
Las ITS más frecuentes son: VIH-SIDA, Sífilis, Herpes, Virus de Papiloma Humano,
Chlamydia, Tricomoniasis, vaginitis
bacteriana y Gonorrea, entre otros.
Para su diagnostico se debe consultar con un médico
especialista, que realizará una buena historia clínica y exploración. En
algunas personas con ITS será necesario realizar análisis de las secreciones
(uretritis), o del exudado (ulceraciones). Con el análisis de sangre se llegará
al diagnóstico exacto.
Para prevenir las ITS es importante evitar la exposición
a los virus o bacterias, manteniendo relaciones sexuales protegidas con
preservativo o condón y evitar las relaciones con personas desconocidas y/o con
múltiples parejas.
*Doctor en Ciencias, inmunobiólogo.
Profesor de Inmunología e Investigador del Departamento de Biología Molecular
del Centro de investigación Biomédica de la Facultad de Medicina, Torreón, U.A.
de C.
La próxima colaboración será
del Dr. Evaristo Gómez Rivera, traumatólogo