DR. ALEJANDRO GÓMEZ ALVARADO*
A propósito de que hace unos días (el 4 de febrero) se celebró
el día internacional de la lucha contra el cáncer, en esta ocasión vamos a
tratar un tema relacionado; cuando esta enfermedad afecta a la próstata. Ésta glándula,
exclusiva del hombre, se encuentra localizada en la pelvis menor por debajo de
la vejiga atrás del pubis y forma parte de la primera porción de la uretra. Su función
es producir un 30 % del líquido seminal.
El cáncer de próstata constituye la segunda
causa de muerte por cáncer en los hombres, pero en incidencia es, actualmente,
la número uno. Este aumento puede deberse a que la expectativa de vida es mayor
y a que han mejorado las técnicas diagnósticas. Hasta el momento no se ha identificado
un factor predisponente para la aparición de este cáncer pero se establece que
su incidencia es mayor en regiones desarrolladas del mundo, haciendo énfasis en
poblaciones con alto índice de obesidad y que se alimentan especialmente con exceso
de grasas. Su aparición puede ser a partir de los 45 años de edad y conforme se
avanza en la misma, el número de pacientes que la padece aumenta en forma
importante, de tal manera que uno de cada 2 hombres arriba de 75 años tiene un
foco cancerígeno en su próstata.
Desde el punto de vista clínico podemos
clasificar al cáncer de próstata en cuatro etapas. En las dos primeras se
muestra la presencia del tumor localizado en la glándula sin haberse diseminado
a otro sitio. Lo importante de esto, es que en estas etapas el cáncer no da síntomas
y en la primera etapa ni siquiera explorando al paciente podemos detectarlo,
por lo tanto la única manera de hacer diagnóstico en etapa uno es de forma
preventiva o sea que todos los hombres por arriba de 45 años se deben realizar anualmente
un examen de orina y una determinación de lo que se conoce como antígeno prostático
específico en sangre; hasta el momento es la única forma que logramos sospechar
la presencia del cáncer prostático en etapa temprana, sólo así podemos ofrecer
una curación al 100 % en cuanto se confirme el diagnóstico con una biopsia.
Lamentablemente en nuestro país el
diagnostico en más del 70 % de los casos lo hacemos en etapas avanzadas, en las
que la curación ya no es posible. Cuando se hace el diagnostico de cáncer de próstata
en etapa uno y dos que, como ya dijimos, es potencialmente curable, se pueden
ofrecer como alternativas de tratamiento: la cirugía radical que puede ser
abierta, laparoscópica o con robot; la radioterapia conformacional y la
crioterapia o congelación de la próstata. Todas estas alternativas a largo
plazo ofrecen resultados similares de curación. En etapas avanzadas con invasión
a otros sitios, principalmente a los huesos, el tratamiento se enfoca a detener
el avance de la enfermedad el cual puede lograrse con medicamentos durante algún
tiempo.
Como conclusión podemos decir que el cáncer prostático
es 100 % prevenible al realizarse un chequeo anual a partir de los 45 años, o 40 si hay antecedentes familiares,
y ya que se trata de un crecimiento lento, nos puede dar oportunidad de ofrecer
tratamientos curativos en sus etapas iniciales.
*Urólogo. Especialista
en trasplante renal. Profesor de urología de la Facultad de Medicina de
Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será
del Dr. Fernando Sánchez Nájera, psiquiatra.