domingo, 19 de octubre de 2014

PARÁSITOS Y TOLVANERAS

MC FRANCISCO J. LOZOYA ENRIQUEZ*
El Siglo de Torreón

La Comarca Lagunera es una región semidesértica en la que, prácticamente, todo el año hace mucho calor, pues en otoño e invierno son contados los días en que se sienten ligeros descensos de la temperatura, sobre todo por las mañanas. Está condición favorece la aparición de parasitosis e infecciones gastrointestinales.
Durante el mes de septiembre, en la mayor parte de México, es la época de los huracanes, que son los que nos traen el agua, afortunadamente a nuestra región no llega en las proporciones de algunos estados costeros, en donde se observan desastres que llegan a cobrar vidas humanas. Sin embargo, a consecuencia de estas lluvias, que generalmente, van precedidas por las bastante conocidas “lluvias laguneras”, que no son otra cosa que verdaderas tolvaneras, que son el vehículo de una infinidad de formas infestantes de parásitos, que pueden ser quistes de protozoarios o huevecillos de gusanos.
Por otro lado, están las ferias regionales. Durante agosto se lleva a cabo la de Gómez Palacio y le sigue la de Torreón en donde se consumen alimentos que no se preparan con higiene, además de que están expuestos al polvo. Por supuesto, estos festejos forman parte de una tradición y representan una importante derrama económica para la región, pero también, precisamente, aunado a los cambios climáticos, está el aumento de las enfermedades gastrointestinales y entre ellas muchas ocasionadas por parásitos conocidos como emergentes, los cuales ocasionan diarreas en períodos muy cortos, posteriores al consumo de alimentos y bebidas expuestos a las tolvaneras.
Muchos han de pensar que estos comentarios son exagerados y hasta mal intencionados, pero en realidad tienen una explicación bastante sencilla, que consiste nada más en pensar, en preguntarnos ¿De dónde provienen precisamente esos vientos con una gran carga de contaminación biológica? Pues son precisamente del norte o del oriente de las dos ciudades, que es donde hay una gran cantidad de cárcamos, que son los sitios a donde van a dar las aguas negras o del drenaje de las ciudades. De tal manera, que en estas aguas residuales, aun con las plantas tratadoras que puedan existir, están en la periferia donde se instalan las ferias. En las aguas negras están concentrados no solamente parásitos, sino también bacterias y virus. Para fortuna, a la mayoría de los que aquí habitamos, nuestro sistema inmune nos protege. Pero está también, la otra cara de la moneda, que también nos hace cuestionarnos, ¿cuántas personas serán portadoras de estos microorganismos y no lo saben porque aparentemente están sanas o acostumbradas a traer algunos síntomas como una alternancia de la diarrea-constipación que creen es normal?
Ojala que estos comentarios no provoquen angustia o temor, porque la intención es que seamos personas responsables, que cuidemos nuestro organismo y cuando se presenten algunas de estas características clínicas, como diarrea, dolor, fiebre, distensión abdominal… acudamos al médico y de ninguna manera optemos por remedios caseros, consejos de otras personas, o nos automediquemos, porque esto puede agravar la enfermedad.
Por otro lado, no debemos cegarnos por los motivos que pueden originar estos malestares, reconozcamos que si estuvimos en reuniones al aire libre, fuimos a las mencionadas ferias o nos encanta consumir alimentos y bebidas en la calle, pues es muy lógico, que en alguna ocasión tengamos infecciones o parasitosis.
*Bioparasitólogo. Profesor de Parasitología de la facultad de Medicina UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Juan Antonio Medina Adame, alergólogo.