El Siglo de Torreón
La Comarca Lagunera es una región semidesértica en la
que, prácticamente, todo el año hace mucho calor, pues en otoño e invierno son contados
los días en que se sienten ligeros descensos de la temperatura, sobre todo por
las mañanas. Está condición favorece la aparición de parasitosis e infecciones
gastrointestinales.
Durante el mes de septiembre,
en la mayor parte de México, es la época de los huracanes, que son los que nos
traen el agua, afortunadamente a nuestra región no llega en las proporciones de
algunos estados costeros, en donde se observan desastres que llegan a cobrar
vidas humanas. Sin embargo, a consecuencia de estas lluvias, que generalmente,
van precedidas por las bastante conocidas “lluvias laguneras”, que no son otra
cosa que verdaderas tolvaneras, que son el vehículo de una infinidad de formas
infestantes de parásitos, que pueden ser quistes de protozoarios o huevecillos
de gusanos.
Por otro lado,
están las ferias regionales. Durante agosto se lleva a cabo la de Gómez Palacio
y le sigue la de Torreón en donde se consumen alimentos que no se preparan con
higiene, además de que están expuestos al polvo. Por supuesto, estos festejos
forman parte de una tradición y representan una importante derrama económica
para la región, pero también, precisamente, aunado a los cambios climáticos,
está el aumento de las enfermedades gastrointestinales y entre ellas muchas
ocasionadas por parásitos conocidos como emergentes, los cuales ocasionan
diarreas en períodos muy cortos, posteriores al consumo de alimentos y bebidas
expuestos a las tolvaneras.
Muchos han de
pensar que estos comentarios son exagerados y hasta mal intencionados, pero en
realidad tienen una explicación bastante sencilla, que consiste nada más en
pensar, en preguntarnos ¿De dónde provienen precisamente esos vientos con una
gran carga de contaminación biológica? Pues son precisamente del norte o del
oriente de las dos ciudades, que es donde hay una gran cantidad de cárcamos,
que son los sitios a donde van a dar las aguas negras o del drenaje de las
ciudades. De tal manera, que en estas aguas residuales, aun con las plantas
tratadoras que puedan existir, están en la periferia donde se instalan las
ferias. En las aguas negras están concentrados no solamente parásitos, sino
también bacterias y virus. Para fortuna, a la mayoría de los que aquí
habitamos, nuestro sistema inmune nos protege. Pero está también, la otra cara
de la moneda, que también nos hace cuestionarnos, ¿cuántas personas serán
portadoras de estos microorganismos y no lo saben porque aparentemente están
sanas o acostumbradas a traer algunos síntomas como una alternancia de la
diarrea-constipación que creen es normal?
Ojala que estos
comentarios no provoquen angustia o temor, porque la intención es que seamos
personas responsables, que cuidemos nuestro organismo y cuando se presenten
algunas de estas características clínicas, como diarrea, dolor, fiebre, distensión
abdominal… acudamos al médico y de ninguna
manera optemos por remedios caseros, consejos de otras personas, o nos
automediquemos, porque esto puede agravar la enfermedad.
Por otro lado, no
debemos cegarnos por los motivos que pueden originar estos malestares, reconozcamos
que si estuvimos en reuniones al aire libre, fuimos a las mencionadas ferias o
nos encanta consumir alimentos y bebidas en la calle, pues es muy lógico, que
en alguna ocasión tengamos infecciones o parasitosis.
*Bioparasitólogo. Profesor de Parasitología de la
facultad de Medicina UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Juan Antonio Medina Adame, alergólogo.