sábado, 6 de abril de 2013

NIÑOS AZULES

DR. EDUARDO SERNA ZETINA*
El Siglo de Torreòn, aquì

Decir que una persona es de “sangre azul” (frase de origen Español) es señalar que pertenece a la realeza. Es probable que este sobrenombre haya surgido porque las personas del norte de España tenían la piel muy pálida, casi traslúcida, lo que permitía visualizar las venas “azules”, en contraposición de sus enemigos del sur, que eran de piel más oscura, por lo que resultaba más difícil observar la coloración de las venas.
El caso de los llamados niños azules, nada tiene que ver ese concepto erróneo de nobleza. Aunque hay que reconocer que esta coloración es más fácil de observar en niños de piel blanca que en niños morenos. El término médico se denomina cianosis y proviene de la raíz griega kianous que significa azul. La cianosis es debida a que aproximadamente un tercio de la sangre, o especialmente de la hemoglobina, no tiene oxígeno. Las causas de que la piel se torne cianótica son principalmente enfermedades del corazón, pero también padecimientos pulmonares, sanguíneos, de los vasos sanguíneos y por efecto de algunos medicamentos. Otra causa benigna incluye el clima frío.
La presentación de este fenómeno es variable. En algunos niños se manifiesta sólo al llorar, otros desde el nacimiento, y otros más, hasta después de algunos meses de edad. Asimismo, existen personas en que la coloración azul aparece en edad adulta. Cuando la causa es cardíaca, se trata de enfermedades congénitas, siendo la mayoría graves y que, generalmente, requieren tratamiento quirúrgico. Estas patologías pueden o no acompañarse de soplos, que son ruidos que produce el corazón al pasar la sangre a través de orificios o válvulas cardiacas a mucha velocidad y que semejan el ruido que se produce al soplar.
            La coloración azul de la piel es más fácil de detectar en áreas de mucha circulación, como los labios, debajo de las uñas, bajo la lengua y los taloncitos de los bebés. Algunas de estas enfermedades son tan graves que provocan la muerte temprana, o son de difícil corrección quirúrgica. En algunos casos el único recurso es el  trasplante de corazón. Recientemente los avances médicos y quirúrgicos han permitido que muchos de estos niños puedan ser operados, de tal forma que se considera que hay más adultos que niños con enfermedades congénitas del corazón.
Las cardiopatías congénitas cianóticas son más frecuentes si existen antecedentes familiares y se acompañan de defectos congénitos de otros órganos. Además se deben tener presentes las complicaciones que resultan de estos padecimientos como el peso y talla baja, propensión a la gota  (ácido úrico alto), embolias y abscesos cerebrales, así como defectos de la coagulación. Afortunadamente los padecimientos del niño azul son raros.
*Cardiólogo. Director y Profesor de Cardiología de la Facultad de Medicina de Torreón, U. A. de C.

La próxima colaboración será del Dr. Antonio Padua y Gabriel, neumólogo.