Decir
que una persona es de “sangre azul” (frase de origen Español) es señalar que
pertenece a la realeza. Es probable que este sobrenombre haya surgido porque
las personas del norte de España tenían la piel muy pálida, casi traslúcida, lo
que permitía visualizar las venas “azules”, en contraposición de sus enemigos
del sur, que eran de piel más oscura, por lo que resultaba más difícil observar
la coloración de las venas.
El caso de los llamados niños azules, nada tiene que ver ese
concepto erróneo de nobleza. Aunque hay que reconocer que esta coloración es
más fácil de observar en niños de piel blanca que en niños morenos. El término
médico se denomina cianosis y proviene de la raíz griega kianous que significa azul. La cianosis es debida a que aproximadamente
un tercio de la sangre, o especialmente de la hemoglobina, no tiene oxígeno. Las
causas de que la piel se torne cianótica son principalmente enfermedades del
corazón, pero también padecimientos pulmonares, sanguíneos, de los vasos
sanguíneos y por efecto de algunos medicamentos. Otra causa benigna incluye el
clima frío.
La presentación de este fenómeno es variable. En algunos
niños se manifiesta sólo al llorar, otros desde el nacimiento, y otros más, hasta
después de algunos meses de edad. Asimismo, existen personas en que la
coloración azul aparece en edad adulta. Cuando la causa es cardíaca, se trata
de enfermedades congénitas, siendo la mayoría graves y que, generalmente, requieren
tratamiento quirúrgico. Estas patologías pueden o no acompañarse de soplos, que
son ruidos que produce el corazón al pasar la sangre a través de orificios o
válvulas cardiacas a mucha velocidad y que semejan el ruido que se produce al
soplar.
La
coloración azul de la piel es más fácil de detectar en áreas de mucha
circulación, como los labios, debajo de las uñas, bajo la lengua y los
taloncitos de los bebés. Algunas de estas enfermedades son tan graves que provocan
la muerte temprana, o son de difícil corrección quirúrgica. En algunos casos el
único recurso es el trasplante de
corazón. Recientemente los avances médicos y quirúrgicos han permitido que
muchos de estos niños puedan ser operados, de tal forma que se considera que
hay más adultos que niños con enfermedades congénitas del corazón.
Las cardiopatías congénitas cianóticas son más frecuentes
si existen antecedentes familiares y se acompañan de defectos congénitos de otros
órganos. Además se deben tener presentes las complicaciones que resultan de estos
padecimientos como el peso y talla baja, propensión a la gota (ácido úrico alto), embolias y abscesos
cerebrales, así como defectos de la coagulación. Afortunadamente los
padecimientos del niño azul son raros.
*Cardiólogo. Director y
Profesor de Cardiología de la Facultad de Medicina de Torreón, U. A. de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Antonio Padua y Gabriel, neumólogo.