DR. FERNANDO SÁNCHEZ NÁJERA*
EL
sobrepeso y la obesidad son trastornos que han crecido de manera alarmante, en
todo el mundo, de tal grado, que la OMS los ha llamado “La pandemia, no
infecciosa, de las últimas décadas“. En nuestro país, cerca del 80 % de la
población adulta la padece. En la población infantil se menciona que 3 de cada
10 niños tienen sobrepeso u obesidad. Esto es, principalmente, en la población
del centro del norte de la república. La región lagunera se encuentra entre los
tres primeros lugares que cumple con estas cifras.
Esta problemática ha obligado a las
autoridades a generar leyes que regulen o desestimen el consumo de alimentos
menos nutritivos, ricos en carbohidratos y grasas, sobretodo, en los que les
venían ofreciendo a los niños en las escuelas de primarias y secundarias.
Los factores causales más importantes de este
problema a considerar son: Tendencias genéticas, hábitos dietéticos
inadecuados, fácil adquisición de alimentos “engordadores”, tendencia a elegir
la mayor ración sobre la menor, facilidad de adquirir las llamadas comidas
rápidas que tienen grandes cantidades de calorías y que son opciones más
baratas y de menor calidad.
Sin embargo, es necesario saber que el factor
causal más importante del sobrepeso y la obesidad es el factor emocional y
mental ejercido por el temperamento y los rasgos de la personalidad, que
afectan, entre otras, la imagen corporal, la autoestima, entre otras
estructuras psíquicas.
Algunos de los factores que contribuyen a la
presencia de este problema son los siguientes: 1.- La depresión, por su
tendencia a la lentitud de los procesos mentales, físicos y metabólicos, donde
pueden permanecer las mismas ingestas de alimento, o en ocasiones mayores. 2.- Los
estados de ansiedad, la aprensividad y la inquietud, llevan a mayores ingestas.
Siendo ésta una forma de mitigar la anterior. Con frecuencia el comer demás es
un acto inconsciente. 3.- El insomnio, dormir menos altera el metabolismo y
modifica los hábitos y procesos alimenticios. 4.-Traumas y pérdidas. 5.-Problemas
de relación padre-hijo(a), pareja y con los grupos sociales, por ejemplo;
escuela-trabajo. 6.-Divorcio. 7.- Abusos en la infancia. 8.-Viscisitudes
cotidianas. 9.-Trastornos de la alimentación, como: anorexia, bulimia,
atracones muy frecuentes socialmente.
A la hora de dar tratamiento a estos
problemas, de sobrepeso y obesidad, es definitiva la educación nutricional
desde la infancia. Se acudirá a un Primer Nivel de Atención o a un Segundo
Nivel de Atención dependiendo del estadio en que se encuentre el paciente. Lo
deseable es intervenir en la fase de sobrepeso, porque es importante recordar
que lo más probable es que en la fase de obesidad, habremos de atender no sólo
estas, sino otras morbilidades que conllevan mayor afectación de la salud y la
economía. Debemos de saber que si no consideramos, en nuestras estrategias de
abordaje y tratamiento, la modificación de la actitud de la propia imagen
corporal, y de la actitud ante este padecimiento, lo cual deberá motivar
genuinamente a la persona en su interés al cambio, con esta modificación emocional y mental el camino se
irá lubricando para que las medidas médicas, nutricionales, físicas que
integralmente deberán ser implementadas,
de esta manera se lograrán las metas deseadas.
*Psiquiatra,
Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La
próxima colaboración será del Dr.
Rubén Darío Galván Zermeño, médico internista.