DRA. ELSA MARGARITA
ZÚÑIGA GALICIA*
La artritis reumatoide
es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta muchos órganos y tejidos,
pero ataca principalmente a las articulaciones, en donde podría llegar a
destruir cartílago y hueso, causando importantes deformidades articulares que
llevan a los pacientes a discapacidad importante.
Ésta
es un afección relativamente frecuente, 3 a 5 veces más común en mujeres que en
hombres, y que aparece en la segunda y cuarte década de la vida, pero que puede
ocurrir a cualquier edad.
Las
articulaciones más afectadas son las de manos, pies, tobillos, rodillas,
muñecas, codos y hombros. Cuando afecta a la columna, se limita a la parte
superior del cuello. La inflamación afecta inicialmente a la membrana sinovial,
que es una membrana que rodea a las articulaciones móviles, posteriormente se
extiende a cartílago, hueso y puede llegar a destruir tendones, ligamentos y la
cápsula articular. En etapas avanzadas se produce fibrosis y calcificación, que
al fusionar entre sí a huesos adyacentes causan importantes deformidades de los
mismos, con pérdida progresiva de la movilidad y función. La afectación a otros
sistemas puede causar nódulos por debajo de la piel, fibrosis pulmonar,
inflamación pleural o pericárdica, y alteraciones oculares.
La
inflamación característica de la artritis reumatoide es de origen inmunológico.
Hay una predisposición genética a padecer la enfermedad, lo cual se apoya en la
observación de la mayor frecuencia de esta enfermedad en familiares de primer
grado, una elevada concordancia entre gemelos y la identificación de algunos
genes relacionados. No se conoce con exactitud el agente desencadenante de la
agresión inmunológica en estas personas genéticamente susceptible, se piensa
que la presencia de algunos agentes infecciosos podría desencadenar la
respuesta inmunológica anormal, con liberación de substancias que lesionan las
articulaciones y otros tejidos.
En
el 80 % de los pacientes se detecta la presencia de anticuerpos contra
componentes propios, (autoanticuerpos), denominados Factor Reumatoide.
Clínicamente,
los pacientes presentan una artritis que afecta a varias articulaciones en
forma simétrica. Aparece primero de modo insidioso, con rigidez y dolor por las
mañanas, con debilidad, malestar general y fiebre. A medida que avanza la
enfermedad las articulaciones aumentan de tamaño, los movimientos se limitan y
con el tiempo la deformidad resultante puede hacer que los pacientes sean
incapaces de realizar labores cotidianas.
Una
minoría de pacientes podrían estabilizarse o incluso regresar a la normalidad,
pero la mayoría de ellos tienden a siguen un curso crónico con remisiones y
recaídas.
Sin
embargo, el pronóstico de esta enfermedad ha mejorado espectacularmente con los
recientes avances terapéuticos, pero para ello es necesario hacer un
diagnóstico temprano de la misma y canalizarlo con el especialista adecuado
para que pueda mejorar su calidad de vida.
Es
necesario mencionar que existe una forma de Artritis Reumatoide Juvenil con
cualidades diferentes a las expuestas.
*Histopatóloga. Secretaria Académica y Profesora de
Histología y Patología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Raúl Guzmán
Muñoz, cirujano.