MC FRANCISCO JAVIER LOZOYA ENRIQUEZ
La
mayor parte de los mexicanos estamos acostumbrados al consumo de carne, ya sea
de herbívoros, carnívoros o animales provenientes de agua dulce o salada. El
problema en sí, no está en su consumo, salvo en situaciones en donde por
alteraciones fisiológicas, o por prescripción médica, se debe reducir su
ingesta, como en los casos de pacientes hipertensos y con niveles de colesterol
elevados. Las carnes rojas con un alto contenido en grasa pueden complicar aún
más estas enfermedades. Existen parasitosis que son trasmitidas al hombre por
cerdos, vacas, pescados, e incluso, acociles y cangrejos de ríos que puedan estar
infestados con parásitos.
El parásito más común es la Tenia solium y su hospedador
intermediario es el cerdo. Los “marranitos” (y no propiamente los de pan)
llegan a tener entre sus músculos, la forma larvaria de la “solitaria”, término
con el que se le conoce debido a que generalmente es un solo gusano el que
parasita al hombre. Las Larvas de la Tenia
solium se conocen como cisticercos. Si comemos, dicha carne, cruda o mal
cocida, la enfermedad que se desarrollará no va a ser la cisticercosis, sino
teniasis. Esta parasitosis no tiene importancia clínica porque no ocasionan
alteraciones digestivas de importancia. Pero las personas que tienen esta forma
del parásito en el intestino delgado, son un riesgo elevado para la comunidad,
porque el gusano desprende diariamente porciones de su cuerpo llamados
proglótidos grávidos que a su vez contienen miles de huevecillos que pueden
contaminar las verduras que son regadas con aguas negras, o bien, se pueden
transportar por el viento, agua o lo que se denomina vectores mecánicos, como
las moscas y las cucarachas, principalmente. Estos huevecillos (microscópicos) son
los responsables de ocasionar la cisticercosis, siendo la variedad más grave la
neurocisticercosis, que puede causar la muerte.
En la literatura médica están descritas otras variantes
que no dejan de ser importantes, pero en otra oportunidad hablaré de ellas, así
como de otras, adquiridas precisamente por el consumo de carne de otros
animales.
Para terminar, quiero insistir en que si los animales están
enfermos pero la carne está bien cocida, el riesgo de una infestación prácticamente
es nula, de tal manera, que se descarta la creencia popular de que por medio de
las carnitas de cerdo se adquiere la cisticercosis. Claro que es por el
consumo, sin embargo, si las carnitas están expuestas al medio ambiente y hay
una gran cantidad de moscas que se están posando sobre las mismas, allí sí, el
riesgo es muy grande y no sólo para la adquisición de esta parasitosis, sino de
una gran variedad de infecciones por bacterias y o virus.
*Parasitólogo. Profesor de Parasitología
de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.