miércoles, 26 de febrero de 2014

REFLEXIONES SOBRE EL DOLOR DE RODILLA Y LA OSTEOARTRITIS

DR. DANIEL ARELLANO PÉREZ VERTTI*   
La necesidad de atención médica de la población ha sido definida como "la capacidad de la población para beneficiarse de la atención sanitaria". Ésta se caracteriza por cumplir dos factores determinantes que son muy importantes: qué tan frecuente es un problema de salud y qué tan eficaces y rentables son las intervenciones para diagnóstico y tratamiento que ofrecemos. Para muchos problemas comunes, las necesidades de atención a la salud se centran en el nivel secundario por lo que tienden a ignorarse, o a menospreciarse, los problemas que se presentan en la atención primaria, y es a este nivel en el que pueden prevenirse o tratarse en forma temprana muchas de las enfermedades que impactan a la sociedad actual y están colapsando a los sistemas de salud pública.
       La atención a la salud musculoesquelética se suele pasar por alto en la agenda de salud pública y falta una mayor conciencia sobre lo que las enfermedades osteoarticulares representan para la sociedad. Revistas científicas, reuniones de expertos y sociedades científicas se dedican al estudio de esta entidad; y aunque mucho se ha avanzado en la comprensión de su causa, el diagnóstico y tratamiento adecuados, aún no se le da la importancia debida, sino hasta que los tratamientos radicales deben llevarse a cabo. En este sentido, el dolor articular de origen degenerativo es cada vez más común y, con los cambios en la demografía, debido al incremento en la esperanza de vida, el problema está destinado a crecer.
La osteoartritis (OA) representa un fuerte argumento que confirma lo anterior. Es el segundo diagnóstico más frecuente en las consultas de medicina general a personas mayores y una de las causas más frecuentes de discapacidad en personas de edad mayor. El ejemplo más claro: hasta una tercera parte de los adultos mayores, en la población general, muestran evidencias radiográficas de osteoartritis en rodilla. Cerca del 50 % de las personas alrededor de los 55 años, en la población general, tienen evidencias radiográficas de artrosis de rodilla, sin tener síntomas; el 50 % de las personas alrededor de los 55 años que se quejan de dolor en la rodilla no tienen evidencia radiográfica definitiva de osteoartritis. Cuando coexisten los síntomas y hay alteraciones radiográficas en la articulación, es probable que el proceso degenerativo, tenga alrededor de 20 años de haber iniciado.
Los pacientes de edad avanzada que acuden a recibir atención primaria por dolor articular quizá no tengan datos radiográficos definidos de OA y de esta manera se puede argumentar que el diagnóstico radiográfico no es necesario, con el fin de iniciar el tratamiento y de esta forma, ayudar a aliviar el dolor y la incapacidad. Es importante tomar en cuenta lo anterior dado que no siempre existe concordancia entre los hallazgos clínicos y radiológicos. Parece razonable considerar esto en relación con la necesidad y la demanda de la atención primaria de la salud en las personas mayores.
 
(PARTE II)
Como apoyo para los médicos de atención primaria, el diagnóstico de los pacientes que acuden por dolor en la articulación, se facilita, si el problema se agrupa por edades.  Se considera que en personas menores de 55 años, hay causas diferentes de dolor articular. Por ejemplo, las lesiones de los ligamentos y estructuras de los tejidos blandos que rodean la articulación, y con mayor razón si existe el antecedente traumático. Aclaro que estas lesiones pueden predisponer a la osteoartritis (OA) más tarde y deben ser tomadas en cuenta para la prevención primaria. Por encima de los 55 años, la OA es una causa, cada vez más común, de dolor.
No debemos olvidar que se espera que el envejecimiento de la población dé lugar a un incremento significativo en la frecuencia de la OA y por ende el incremento en el riesgo de incapacidad física en un futuro cercano. Durante las últimas 3 décadas. Los costos para la economía de los sistemas de salud en la atención a los trastornos musculoesqueléticos, han reflejado esta tendencia.
También debemos reconocer que la educación al paciente acerca de lo que representa la OA y el autocuidado son prácticas poco valoradas e infrecuentes en la atención primaria. Con el fin de contribuir a amortiguar el impacto de la enfermedad en la sociedad y los servicios de salud, la Fundación Americana para la Artritis y el Colegio Americano de Reumatología (ACR por sus siglas en inglés) han elaborado guías prácticas para el diagnóstico y tratamiento de la OA. Estas guías, que se distribuyen desde los niveles más básicos de atención médica, ponen especial énfasis en el autocuidado de las personas a través de un amplio conjunto de recomendaciones no farmacológicas, como son el ejercicio, la protección de las articulaciones, el uso de terapia térmica como el calor local, e incluso, un seguimiento cercano vía telefónica de los pacientes para reforzar el cuidado personal,  con un enfoque conservador en el tratamiento farmacológico del dolor. Aplicar estas medidas, y otras más, en el control de factores de riesgo modificables (sobrepeso, obesidad, tabaquismo, etc.) sin duda se traducirá en un beneficio terapéutico y económico para los pacientes con osteoartritis. Diferentes estudios han demostrado que fomentando el autocuidado en los pacientes, mejoran significativamente en el alivio de sus síntomas y la función de sus articulaciones.
Finalmente, las organizaciones públicas y los profesionales de la salud debemos estar  interesados ​​en fomentar y mejorar el cuidado de los pacientes con  osteoartritis, haciendo hincapié en la importancia del autocuidado para ayudar a controlar el dolor y la función de la articulación afectada. Es probable, que la inversión en personal capacitado y los recursos necesarios para ofrecer educación efectiva a los pacientes con OA no se traduzca en un efecto notable inmediato en el costo de la atención. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que  esto puede verse reflejado en poco tiempo por el ahorro en recursos económicos y humanos por menor gasto en medicamentos, visitas al médico y materiales quirúrgicos.
*Traumatólogo. Profesor de Traumatología e Investigador de la Facultad de Medicina Torreón UA de C. Correo electrónico: arellanodaniel1969@gmail.com
La próxima colaboración será del Dr. Arturo González Valdez, médico cirujano.
 

viernes, 14 de febrero de 2014

LOS RIESGOS DE COMER CARNE


 
MC FRANCISCO JAVIER LOZOYA ENRIQUEZ
 
La mayor parte de los mexicanos estamos acostumbrados al consumo de carne, ya sea de herbívoros, carnívoros o animales provenientes de agua dulce o salada. El problema en sí, no está en su consumo, salvo en situaciones en donde por alteraciones fisiológicas, o por prescripción médica, se debe reducir su ingesta, como en los casos de pacientes hipertensos y con niveles de colesterol elevados. Las carnes rojas con un alto contenido en grasa pueden complicar aún más estas enfermedades. Existen parasitosis que son trasmitidas al hombre por cerdos, vacas, pescados, e incluso, acociles y cangrejos de ríos que puedan estar infestados con parásitos.
El parásito más común es la Tenia solium y su hospedador intermediario es el cerdo. Los “marranitos” (y no propiamente los de pan) llegan a tener entre sus músculos, la forma larvaria de la “solitaria”, término con el que se le conoce debido a que generalmente es un solo gusano el que parasita al hombre. Las Larvas de la Tenia solium se conocen como cisticercos. Si comemos, dicha carne, cruda o mal cocida, la enfermedad que se desarrollará no va a ser la cisticercosis, sino teniasis. Esta parasitosis no tiene importancia clínica porque no ocasionan alteraciones digestivas de importancia. Pero las personas que tienen esta forma del parásito en el intestino delgado, son un riesgo elevado para la comunidad, porque el gusano desprende diariamente porciones de su cuerpo llamados proglótidos grávidos que a su vez contienen miles de huevecillos que pueden contaminar las verduras que son regadas con aguas negras, o bien, se pueden transportar por el viento, agua o lo que se denomina vectores mecánicos, como las moscas y las cucarachas, principalmente. Estos huevecillos (microscópicos) son los responsables de ocasionar la cisticercosis, siendo la variedad más grave la neurocisticercosis, que puede causar la muerte.
En la literatura médica están descritas otras variantes que no dejan de ser importantes, pero en otra oportunidad hablaré de ellas, así como de otras, adquiridas precisamente por el consumo de carne de otros animales.
            Para terminar,  quiero insistir en que si los animales están enfermos pero la carne está bien cocida, el riesgo de una infestación prácticamente es nula, de tal manera, que se descarta la creencia popular de que por medio de las carnitas de cerdo se adquiere la cisticercosis. Claro que es por el consumo, sin embargo, si las carnitas están expuestas al medio ambiente y hay una gran cantidad de moscas que se están posando sobre las mismas, allí sí, el riesgo es muy grande y no sólo para la adquisición de esta parasitosis, sino de una gran variedad de infecciones por bacterias y o virus.
*Parasitólogo. Profesor de Parasitología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.

lunes, 3 de febrero de 2014

OTITIS MEDIA AGUDA


DR. JUAN GERARDO LAZO SÁENZ*
La otitis media aguda (OMA) es una de las infecciones más frecuentes en la infancia. Se estima que aproximadamente un 80 % de los niños han padecido algún episodio de OMA al cumplir los tres años de edad. El principal factor de riesgo es la edad, con un pico máximo de incidencia entre los 6 y los 24 meses de edad, y otro entre el quinto y el sexto año de edad. Es más frecuente en varones que en mujeres, e incide más en los meses fríos. Tiene relación con las adenoides grandes y con factores genéticos (el riesgo aumenta cuando algún otro miembro de la familia tiene historia de OMA). Existe una clara asociación con las condiciones de pobreza y nutrición, y con que los niños pequeños asistan a guarderías, así como el que los padres fumen en el hogar y/o no hayan tenido lactancia materna y por último, en niños que utilizan chupón.
El proceso infeccioso se inicia a partir de la obstrucción al drenaje del oído medio a través de las trompas de Eustaquio, provocado por una infección respiratoria de vías altas (habitualmente catarral). La obstrucción del drenaje natural del oído medio facilita el acúmulo de las secreciones producidas por la cubierta mucosa del oído medio, excelente medio de cultivo para una infección por virus y bacterias que habitualmente colonizan la vía aérea superior. Entre las bacterias, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis son las principales responsables de la OMA en la infancia.
Para el diagnóstico de la otitis media aguda tenemos síntomas clínicos que orientan poco al diagnóstico (otalgia, fiebre). Los signos exploratorios son de mucha utilidad diagnóstica (abombamiento timpánico, aspecto deslustrado, movilidad timpánica reducida o intensa hiperemia timpánica) y la prueba de diagnóstico muy útil que es la otoscopia neumática.
El tratamiento en hospital se indica en neonatos, en niños menores de seis meses con importante afectación del estado general, en cualquier edad cuando existe sospecha o certeza de complicación supurada local o regional (del tipo meningitis, mastoiditis, paresia facial, nistagmus) o en pacientes con enfermedades de base asociadas a inmunosupresión.
Como parte del tratamiento es necesario usar analgésicos/antiinflamatorios que ayudan a controlar de forma inmediata el dolor. El tratamiento con antibiótico inmediato u optar para éste por la actitud de espera vigilante, recomendando como tratamiento inicial la observación con analgesia para todas las OMA y solo en los casos en los que no hubiese mejoría en 72 horas utilizar antibióticos. Las gotas tópicas con anestésico local y las gotas óticas de extractos de hierbas no son efectivas en el tratamiento. Los tratamientos clásicos como la aplicación de calor o frío externo, o la instilación de aceite en el conducto auditivo externo no han sido probados para recomendarlas.
La utilidad de tratamientos anti-descongestivos y antihistamínicos en la OMA no se recomienda, por no aportar nada al tratamiento, la utilidad del tratamiento tópico antibiótico en la otitis media aguda. No se recomienda. Si se plantea, lo es solo para la otitis externa. En la OMA, no aportan beneficio al tratamiento convencional.
La prevención consiste en promover la lactancia materna; las lactancias maternas que superen los seis meses de edad, han mostrado claramente que protegen de esta infección. Evitar la escolarización precoz (guarderías). Vacunación antineumocócica: en escaso porcentaje, pero ha mostrado reducir la frecuencia de OMA. Y la recomendación de un ambiente libre de humo de tabaco, y uso limitado del “chupete o Chupón”, al menos en niños con OMA de repetición.
*Otorrinolaringólogo. Profesor de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del MC. Francisco Javier Lozoya Enríquez, bioparasitólogo.