DR. FERNANDO SÁNCHEZ NÁJERA*
El Siglo de Torreón
Los padecimientos mentales existen desde que la
humanidad existe. Entrado el siglo XIX, las escuelas alemana, francesa y las
aportaciones de Sigmund Freud lograron agrupar las primeras clasificaciones; de
esa manera ha sido posible integrar los cuadros clínicos.
Las aportaciones de Freud, han
sido muy importantes, sobre todo, su teoría estructural y topográfica de la
mente. En sus disertaciones destaca que son parte de nuestras actividades
cotidianas. Ya que tomamos decisiones de forma preconsciente o inconsciente, de
estas acciones, si nuestra estructura de personalidad es suficientemente sana,
podremos estar en armonía con nosotros mismos y con los demás. Será fácil
constatarlo si en las interacciones con nuestro entorno despertamos en el otro reacciones
de aceptación y estima (claro que hace falta cultivar la autocrítica pues es
fácil caer en el autoengaño).
La salud mental es equivalente a
la salud médica general. De acuerdo a la estabilidad emocional se fincará un
equilibrio dinámico, entre huésped, agente y ambiente. Todos podemos llegar a
presentar síntomas aislados de depresión y ansiedad, así como rasgos de
personalidad histriónica, obsesiva, explosiva, paranoide, etc. Al contar con un
aceptable armamentum bio-psico-social
la persona recuperará la estabilidad mental y emocional.
Los trastornos mentales más
frecuentes son: El Trastorno por Déficit de Atención, Trastorno Bipolar, Trastorno
Obsesivo Compulsivo, Borderline y Abuso de alcohol y otras drogas. En esta
ocasión abordaré únicamente el Déficit de Atención y el Trastorno Bipolar. La
próxima semana continuaré con las demás patologías y su tratamiento.
El Trastorno por Déficit de Atención (con o sin hiperactividad): Esta una enfermedad que suele combinarse con conducta
negativista, rebelde o desafiante, es uno de los padecimientos que se presenta
en la etapa escolar básica y de acuerdo a estudios suele prolongarse a la etapa
de adulto joven. Este padecimiento se caracteriza por un déficit neurocognitivo
en el cual al joven se le dificulta atender y concentrarse en sus estudios, prefiere
más las actividades excitantes o de diversión, tiene dificultad para mantener
relaciones estables, consume de bebidas alcohólicas, cambia de humor con
facilidad, baja sus calificaciones y/o adeuda materias y con frecuencia
renuncia a los estudios de bachillerato o licenciatura.
El Trastorno Bipolar: Es
un padecimiento afectivo de difícil diagnóstico porque al presentarse en la
segunda o tercera década de la vida, los síntomas se confunden con las
conductas propias del adolescente o del adulto-joven, este trastorno, como su
nombre lo dice, se caracteriza por dos fases que son: la maniaca, de conducta
extrovertida, eufórica, incansable, temeraria, de alegría constante, tolerancia
a las bebidas embriagantes, a los desvelos, a la hiperactividad sexual. Y de la
depresiva, grave, por el riesgo de suicidio de hasta un 15 % de los pacientes.
Suele estar enmascarada, puesto que es raro que un joven admita o sepa expresar
que se siente triste y muy deprimido, generalmente continúan realizando sus
actividades, suele encubrirse también por consumo de sustancias licitas o
ilícitas, de esta forma el diagnóstico y tratamiento específico tarda de 6 a 8
años.
*Psiquiatra.
Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima
semana el Dr. Fernando Sánchez Nájera continuará con el mismo tema.