El Siglo de Torreòn, aquì
El cristalino es un lente
intraocular de forma biconvexa y transparente, sostenido en el centro del ojo
por unas fibras llamadas zónula, que a su vez se insertan en un músculo llamado
cuerpo ciliar, que lo ayuda a aplanarse o abombarse dentro de su cápsula,
permitiéndonos enfocar los objetos de lejos y de cerca. Cuando el cristalino se
hace opaco se llama catarata, porque el paciente refiere ver borroso, como a
través de una caída de agua.
Existen
diferentes tipos de cataratas: senil, traumática, metabólica (por la diabetes
mellitus), hereditaria, congénita, medicamentosa e inflamatoria, entre otras.
Muchas veces las denominan como “maduras” o “inmaduras”, esto se debe a si son
totales o parciales; antiguamente se prefería operarlas cuando estaban muy
avanzadas, es decir, “maduras”, en la actualidad y con el advenimiento de
modernas técnicas quirúrgicas se operan en el momento que el paciente nota que
ya no puede realizar sus actividades o trabajo en forma adecuada,
independientemente de que sean grandes o pequeñas.
Se tiene antecedentes históricos de la cirugía
de catarata desde la época de Celso 25 años a. C. el tratamiento era luxar el cristalino
hacia atrás con unas largas agujas especiales, consiguiendo con esto mejor
entrada de luz a los ojos. Fue en el siglo XVIII cuando se inició la técnica intracapsular,
donde se retiraba todo el cristalino envuelto en su capsula, teniendo que
utilizar lentes especiales para rehabilitar al paciente en su visión lejana y
cercana. Pasaron muchos años para que el médico británico Harold Ridley, se
diera cuenta que los fragmentos de plástico que entraban en los ojos de los
pilotos de la segunda guerra mundial no causaban reacción en los tejidos del
ojo, pues los parabrisas de los aviones estaban construidos con
polimetil-metacrilato, ya que el vidrio era muy pesado y se rompía con
facilidad, fue gracias a este descubrimiento que se pudo llegar a la
fabricación de los sustitutos del cristalino o lentes intraoculares fabricados
con alguna modificación de este material, permitiendo un enfoque natural al
paciente operado de catarata. Actualmente existen en el mercado una gran
variedad de lentes intraoculares: rígidos, plegables, mono focales y multifocales,
sin embargo, éstos últimos requieren una gran precisión quirúrgica además de
que tienen un costo muy elevado. Las técnicas actuales consisten en extracción
extracapsular y facoemulsificación (fragmentación del cristalino por medio de
una sonda de ultrasonido y extracción de los fragmentos por la misma sonda). La
elección tanto de la técnica quirúrgica y el tipo de lente intraocular debe de
ser determinado en conjunto por el oftalmólogo y el paciente, de acuerdo a sus
requerimientos.
La siguiente
colaboración hablaré sobre mitos y realidades específicos sobre la catarata
ocular.
*Cirujana oftalmóloga.
Profesora de Oftalmología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.