Los
trastornos alimenticios no son nuevos, hay descripciones de éstos en textos medievales.
La anorexia nerviosa fue definida en 1873 por Sir William Gull, médico personal
de la reina Victoria. El término deriva del griego a: negación y orexis:
apetito. La anorexia nerviosa es una inanición autoinducida que produce una
pérdida importante de peso.
La
bulimia del griego bûlimia: mucha
hambre, inicia cuando los jóvenes intentan dietas restrictivas en las que fracasan
y reaccionan comiendo en exceso y para compensarlo usan laxantes, toman
pastillas para dieta, diuréticos o se inducen el vómito. Se presenta
generalmente en adolescentes desencadenada por estrés que conlleva el asumir
responsabilidades sexuales, reproductivas y sociales. Los pacientes pueden
regresar a la dieta severa y de nuevo comer excesivamente en forma cíclica, o
pueden volverse anoréxicos. La bulimia es más común que la anorexia y tiene
mejor pronóstico.
La
prevalencia de ambas patologías en Estados Unidos fluctúa del 2 al 18 por
ciento. En México no existen estudios epidemiológicos. Un 90 a 95 por ciento
son mujeres jóvenes. Aunque también afectan hombres, personas adultas y niños.
Siempre
existe un componente psicológico de base. Se ha relacionado con dificultades en
los adolescentes para aceptar su sexualidad, lo que se expresa en el rechazo a
la comida. La anorexia representa una lucha extrema contra una odiada y
distorsionada imagen corporal que los lleva a valorar altamente su delgadez
extrema, defendiéndola con vigor y terquedad. Puede haber pérdida de peso de
hasta dos tercios del peso original, llegando a pesar 20 a 30 kgs.
La
autoestima está excesivamente influida por la figura y el peso. Muestran
dificultad en sus relaciones sociales, por lo que las evitan. Hay miedo al
rechazo y abandono, tendencia a la tristeza y llanto.
En
la anorexia nerviosa hay cambios secundarios a la desnutrición: huesos
frágiles, pérdida muscular, cambios en piel y cabello, trastornos hormonales
con pérdida de menstruaciones. Supresión del apetito, pérdida de peso,
disminución del deseo sexual, deshidratación, anemia; pueden sufrir arritmias cardiacas y muerte
súbita.
En
la bulimia hay pérdida de ciclos menstruales en el 50 por ciento de ellas. Las
complicaciones son consecuencia del vómito o el uso de laxantes, y corresponden
a deshidratación, pérdida de electrolitos, aspiración del material que vomitan
hacia la vía respiratoria y rotura del esófago y estómago.
El
curso es variable, pueden desaparecer solos o con tratamiento, o evolucionar
hacia la emaciación con pérdida de peso mortal. El tratamiento requiere un
manejo en equipo donde participen: médico, nutriólogo, psicoterapeuta y
nutriólogo.
Los
adultos tienen la responsabilidad de detectar estas situaciones y canalizarlas
con grupos de trabajo especializados para que podamos rescatar a estos jóvenes
de sí mismos.
*Histopatóloga. Secretaria Académica y
Profesora de Patología e histología de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A.
de C.
La
próxima colaboración será del Dr. Antonio Padua y Gabriel, neumólogo.