DR. JUAN ANTONIO MEDINA ADAME*
El Siglo de Torreón aquí
La rinitis alérgica ó alergia nasal es el padecimiento alérgico más frecuente. Aproximadamente del 10 al 15 por ciento de la población general la padece. Dependiendo de la intensidad puede ser incapacitarte, o disminuir la calidad de vida en forma significativa. Aunque por sí misma no es peligrosa.
La rinitis alérgica es un padecimiento inflamatorio de la mucosa y las estructuras internas de la nariz, es de carácter crónico, ya sea intermitente, recurrente, o continuo, sucede en cualquier edad y tiene una fuerte tendencia genética o hereditaria.
La causa de ese proceso inflamatorio es una reacción "aprendida" del organismo, por el contacto en la mucosa nasal con partículas protéicas, que son innocuas para la mayoría, ello estimula la producción de anticuerpos (IgE), que son los responsables directos de la liberación de sustancias que favorecen la inflamación.
Los síntomas predominantes son la rinorrea (escurrimiento de moco) o por detrás de la nariz (hacia la garganta), congestión nasal, estornudos frecuentes y prurito o comezón nasal. Son frecuentes: comezón de ojos, lagrimeo, intolerancia a la luz, dolor de cabeza en la zona fronto-nasal, resequedad de nariz, sangrado mínimo ó franco de las fosas nasales, costras de moco, comezón de oídos, sensación de oídos tapados, comezón de paladar y/o de garganta, ("carraspera”), ardor de garganta matutino o tos. Cuando es continua se conoce como perenne y si es en períodos definidos del año se trata de rinitis estacional. Se puede padecer por toda la vida
Los alérgenos más frecuentes están los pólenes de zacates, de ciertos árboles y de malezas; el polvo de casa, el epitelio (pelo) de animales, ácaros, esporas de hongos, partículas de insectos y algunos alimentos.
El tratamiento depende de la intensidad y si es estacional o perenne, y de cuáles y cuántos alérgenos sean los responsables. La terapia siempre incluye medicamentos que supriman las molestias principales, como los antihistamínicos que frecuentemente se asocian a descongestivos para mejorar el efecto. Pueden usarse también antinflamatorios del tipo de los esteroides o cortisonas; aplicadas directamente en la nariz ó por vía oral. No se recomienda el uso de cortisonas inyectadas de alta potencia y largo duración para ningún tipo de alergia, debido a la alta posibilidad de efectos adversos serios a largo plazo.
El tratamiento debe de incluir control ambiental específico, cuando los alérgenos responsables son susceptibles de disminuirse o eliminarse por completo, así, se reduce el uso de medicamentos y se puede evitar la inmunoterapia. La inmunoterapia consiste en aplicar los alérgenos diluidos en agua por medio de inyecciones repetitivas que a través de aproximadamente 3 años, logrando bloquear el proceso alérgico.
*Inmunoalergólogo pediatra. Profesor de Inmunología clínica de la Facultad de Medicina de Torreón U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Ismael Mendoza Barajas, traumatólogo