Antes de definir el síndrome de corazón roto, cabe aclarar que se trata de una condición clínica diferente a la denominada ruptura cardíaca, misma que se presenta en uno de cada cien infartos y es una complicación mortal en un 90 por ciento, ya que en ésta el corazón realmente se rompe, provocando la muerte del paciente en cuestión de segundos. Quienes logran salvarse es porque la ruptura es pequeña y alcanza a sellarse con la formación de un coágulo.
El síndrome de corazón roto, llamado también síndrome de Tako-Tsubo o cardiomiopatía aguda posestrés, es una situación habitualmente benigna, secundaria a un estado de angustia intensa y súbita experimentada por el paciente. Las causas pueden ser: la muerte de un familiar o amigo, accidentes automovilísticos, reuniones sorpresa, miedo a procedimientos médicos, discusiones fuertes, temor a ahogarse, asalto con violencia y/o a mano armada o recibir una mala noticia.
El síndrome de corazón roto, llamado también síndrome de Tako-Tsubo o cardiomiopatía aguda posestrés, es una situación habitualmente benigna, secundaria a un estado de angustia intensa y súbita experimentada por el paciente. Las causas pueden ser: la muerte de un familiar o amigo, accidentes automovilísticos, reuniones sorpresa, miedo a procedimientos médicos, discusiones fuertes, temor a ahogarse, asalto con violencia y/o a mano armada o recibir una mala noticia.
El síntoma inicial de este padecimiento es dolor en el pecho tipo opresivo, que va seguido de dificultad para respirar (disnea) y palpitaciones. Por ello se puede confundir con un problema de angina o infarto cardíaco. El estado de pánico o angustia brusca estimula al organismo a que libere grandes cantidades de adrenalina y noradrenalina que hacen que el músculo cardíaco disminuya su riego sanguíneo, pero no llega a provocar la muerte de las células cardíacas como en el infarto, sólo debilita una de sus paredes. Esta enfermedad puede terminar en falla cardíaca aguda llegando en ocasiones al estado de choque, con disminución grave de presión arterial, aunque raras veces provoca la muerte. La mayoría de los pacientes que sufren de este síndrome tienen corazón sano y el 95 por ciento son mujeres con una edad promedio de 63 años. En Estados Unidos se presentan 200 mil casos por año; en México serían alrededor de 50 mil.
El diagnóstico se lleva a cabo con los antecedentes clínicos, y para diferenciarlo del infarto y la angina de pecho se realizará un electrocardiograma y estudios de enzimas cardíacas que resultarán normales. El ecocardiograma es importante porque revelará una imagen cardíaca semejante a la vasija que usan los japoneses como trampa para atrapar pulpos, nombrada precisamente, Tako-Tsubo, de allí el otro nombre del síndrome.
El tratamiento consiste en la hospitalización del paciente, vigilar el buen funcionamiento cardíaco y administrar oxígeno a dosis bajas. Si existe falla del corazón se usarán medicamentos que mejoran el riego sanguíneo de éste. La recuperación total del corazón generalmente es en una semana, aunque puede tardar hasta 2 meses. El pronóstico es bueno en el 95% de los casos. La recurrencia es extremadamente rara. (36)
*Cardiólogo. Profesor de Cardiología y Director de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Antonio Padua y Gabriel, neumólogo