viernes, 27 de junio de 2014

LOS NIÑOS ESPECIALES



DR. PABLO RUIZ FLORES*
El término Niños Especiales, es utilizado para designar a niños con alguna discapacidad motora o intelectual, aunque se utiliza también para designar a los niños superdotados. Las causas de aparición de un niño especial suelen ser muy variadas; la lesión puede ocurrir después del nacimiento, por ejemplo: después de un accidente, de meningitis o de crisis convulsivas. Sin embargo, la mayoría son niños especiales desde el nacimiento. Las causas pueden ser ambientales y genéticas o hereditarias. Las ambientales son aquellas en las que el bebé estuvo expuesto en el vientre a algún agente que causó una alteración en su desarrollo. Los efectos dependen del momento de la exposición, siendo la etapa más susceptible los primeros tres meses del embarazo cuando el niño se encuentra en etapa embrionaria, mientras que si la exposición ocurre en el segundo o tercer trimestre, los efectos sueles ser menos nocivos. Las causas de tipo ambiental clásicamente se dividen en físicas, como la exposición a radiaciones o altas temperaturas; biológicas como la exposición a diferentes virus como los del SIDA, rubeola, herpes y citomegalovirus. También la exposición a algunos parásitos como el Toxoplasma Gondi, pueden causar malformaciones y retraso psicomotor en el niño en gestación. Agentes químicos, como los medicamentos también podrían tener efecto nocivo durante el embarazo. Esta es una de las razones por las cuales se recomienda que la ingesta de medicamentos durante esta etapa, sea bajo estricto control médico. Existen un sinfín de contaminantes ambientales, que pueden afectar el desarrollo del feto, por ejemplo el tabaco y el alcohol.
            Las causas genéticas o hereditarias implican un daño en los genes del óvulo o del espermatozoide que dieron origen al nuevo ser. Aunque para muchos padecimientos genéticos no hay cura, es importante hacer el diagnóstico por tres razones: 1) porque en algunos se puede dar un tratamiento que mejora la evolución de estos niños, 2) porque existe algún riesgo de que los padres tengan otro hijo afectado y por lo tanto es  útil a la pareja para la toma de decisiones en cuanto a futuros embarazos. Por último, 3) conocer el diagnóstico servirá para conducir mejor el tratamiento y saber que se puede esperar del desarrollo del niño.
            En el aspecto afectivo, los cambios en la dinámica familiar puede ser bivalente. Puede romper con la dinámica familiar, en donde un miembro de la pareja puede optar por abandonar el hogar, dejando a su cónyuge con la responsabilidad total. Sin embargo, en la mayoría de los casos,  estos niños fortalecen la relación de pareja y contribuyen a desarrollar fuertes vínculos familiares. Cuando la pareja ha superado el primer impacto de enterarse que su hijo es especial, empiezan a disfrutar los avances que ellos van teniendo en su desarrollo. Los niños especiales desarrollan una sensibilidad especial que frecuentemente es desarrollada también por la familia. Finalmente,  si usted tiene un niño especial, no se sienta infeliz, siéntase dichoso, porque los hijos especiales son asignados solo a padres especiales.

*Genetista. Investigador y Profesor de Genética y Biología Celular de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será de la Dra. Rosa María Núñez Adame, oftalmóloga.

miércoles, 18 de junio de 2014


Dr. Evaristo Javier Gómez Rivera*

El Siglo de Torreón

En la medicina hay muchos profetas y otros tantos consejeros y aunque en lo fundamental todos son unánimes, no es posible aconsejar lo mismo para todos, por lo tanto anticipo que este “Decálogo de geronte” (Geronte: del griego gerón, que significa anciano) será útil para los que andan con el peso normal y un poco por encima. Los magros deberán atenerse a principios higiénicos menos severos.
Aquí el decálogo:
1.-Darle al cuerpo menos de lo que pide. Más allá de los 50 años sin remordimientos y con elegancia despedir las visitas demasiado prodigas a Ceres y Baco. Más claro: comer y beber menos de lo que pida el cuerpo.
2.-Un poco más de lo que pide el cuerpo. Me refiero al ejercicio físico, buscar equilibrio entre el reposo y la actividad, pero nada en exceso, por  ejemplo, desde el caminar pausado y metódico, hasta  el golf y la natación.
3.-Ni más, ni menos de lo que pide el cuerpo. Me refiero a lo genital ya que el gerente (o viejo) precisa mantenerse austero a los llamados fisiológicos de  las hormonas sexuales, sin caer en extremos que conduzcan, por un lado a renuncias innecesarias, y por el otro a exhibiciones donjuanescas; lo que pida el cuerpo.
4.-Menos hidratos de carbono y más proteínas. En este punto es bueno hacer un desagravio al cerdo, animal a menudo proscrito por los médicos y que sin embargo es carne  sabrosa y útil, con alto contenido proteico. De esta manera se descartarán grasa y parásitos como el cisticerco, que  favorecieron tal infundio, quizá el cerdo mereciera entrar a la academia de medicina de la mano del médico.
5.-Menos agua. El agua en exceso  entorpece la involución natural encharcando  tejidos que luego conducen a dificultades circulatorias y problemas renales. Tal vez aquí sea conveniente reivindicar al vino y recomendar cantidades prudentes a la hora de comer y sería magnífico sustituto del agua. El licor necesita comentario aparte ya que tomado con moderación, goza de propiedades fisiológicas dignas de consideración, pero como estamos en frontera peligros, es fundamental saber que se domina al alcohol y no que el alcohol sea el que ejerza el dominio.
6.-Revision medica periódica. Punto importante: someterse a una revisión médica que gravite sobre pruebas funcionales sin caer en la psicosis de angustia y sobre todo, para evitar caer en  peligros de la polifarmacia y la policirugía.
7.-Cotidianamente hacer gimnasia mental. El geronte que no se preocupa por el día a día, comenzara olvidando los sustantivos, luego las fechas y los datos y terminara confundiendo hasta los tiempos de los verbos.
8.- Borrar del diccionario la palabra prisa. El geronte no debe apresurarse para nada, el objetivo será “sin prisas y con pausas” no tener la sensación de prisa, por lo contrario aprovechar los intervalos para la pausa, en especial en las horas del postprandio.
9.-Llenar las horas con 60 minutos, ocupado si, preocupado no. Complemento del punto 8 nos previene contra las horas vacías, la inactividad conducirá al tedio y a la inhibición, pero tampoco horas de 70 minutos, porque son hijas de la prisa y esa palabra es nefasta para la vejez. El geronte debe estar ocupado pero no preocupado y menos desocupado, debe vivir prendido de ilusiones, procurando darle sentido a la vida. Ni más ni menos.
10.- Tener conciencia de estar en la tercera edad. Comprender y asumir que hay una tercera juventud  donde el espíritu juega papel protagónico, comprender que en la tercera edad, la luz no viene del sol, viene de adentro y los frutos  maduran con la luz interior.

*Traumatólogo. Profesor de Ortopedia en la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C

lunes, 9 de junio de 2014

DIABETES MELLITUS EN MÉXICO


DR. RUBÉN DARÍO GALVÁN ZERMEÑO* 
El Siglo de Torrén

La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónico degenerativas de mayor impacto en la salud de la población mexicana, quienes la padecen, la consideran solo como glucosa elevada en sangre y no son conscientes de los riesgos adicionales de padecerla y menos aún de la importancia de su control. Esta enfermedad puede cursar con mínimos síntomas y signos, excepto en casos de complicaciones agudas reconocidas, como el coma diabético, donde existe un severo aumento o disminución de los valores de glucosa, por lo que se da un riesgo potencial de secuelas o alta mortalidad.
Las más recientes encuestas nacionales de salud, emprendidas por el gobierno federal, son el referente de su frecuencia, grado de control y complicaciones, aproximadamente 15 % de la población adulta mexicana la padece. Además, la mitad de los diagnosticados están en la etapa productiva entre 20 y 69 años de edad. Lo alarmante es que aun sabiéndose diabéticos y con acceso a servicios públicos de salud, solo el 25 % de los diabéticos están bajo control. En un análisis de este escalofriante dato pueden concurrir varios factores. Los ligados al paciente, como la negativa para reconocer que se padece la enfermedad, y la negativa a los cambios dietéticos y de actividad física propuestos, otra es el pobre apego al tratamiento. También existen factores atribuibles al equipo de salud como pobre capacitación para la atención, tiempo dedicado a educación del paciente y resolución de dudas y mitos. Asimismo factores socioeconómicos, entre los que están el incumplimiento de los sistemas públicos de salud en surtimiento de medicamentos y atención preventiva oportuna.
Al momento del diagnóstico el diabético tiene ya más de 5 años con cambios subclínicos de la enfermedad. En orden de frecuencia e importancia las complicaciones más graves son: enfermedad isquémica del corazón y riesgo de padecer enfermedad vascular cerebral, riesgo que se triplica; la insuficiencia renal crónica, que culmina en enfermedad renal terminal y tratamiento sustitutivo de la misma por diálisis peritoneal o hemodiálisis; neuropatía periférica, que afecta la sensibilidad de los pacientes y su capacidad de movimiento, propicia lesiones cutáneas por presión y roce que no se perciben y culminan en amputaciones, a eso se suma la afección incapacitante de la función visual por catarata, glaucoma o retinopatía.
Concluimos que diagnosticar a un paciente con diabetes mellitus no es colocar una lápida sobre él, existen suficientes evidencias de que el buen control de la enfermedad (del cual estamos muy lejanos al estar en ese rango solo 25 % de los diabéticos conocidos) impacta favorablemente en la prolongación de la vida, libre de complicaciones graves y secuelas. A mayor tiempo aplicado a la educación de los diabéticos mejor será la aceptación de la enfermedad y los cambios propuestos a la alimentación, actividad física y apego a tratamiento indicado. La capacitación continua de los profesionales de la salud y su disponibilidad hacia los pacientes cambiarán ese panorama ahora sombrío.
*Especialista en Medicina Interna, Profesor de Propedéutica de la Clínica y Jefe de Posgrado y Acreditación de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Evaristo Gómez Rivera, traumatólogo.

TRASTORNOS POR DÉFICIT DE ATENCIÓN


DR. ADALBERTO MENA CALDERA*
El Siglo de Torreón

Entre los trastornos de conducta de la infancia y la adolescencia, el Trastorno por déficit de atención (TDAH) es de los más frecuentes. Se sabe que de cada 100 niños en edad escolar de 3 a 5 lo presentan, y más del 40 % de quienes lo padecieron durante la juventud siguen presentando deterioro funcional por síntomas activos en la vida adulta.

Se describe clásicamente la tríada de desatención, hiperactividad e impulsividad, aunque hay al menos dos presentaciones de este cuadro. El primero muestra características de las tres condiciones mencionadas y se asocia más con trastorno negativista desafiante y disocial (la llamada coloquialmente delincuencia juvenil). En el segundo predomina la inatención y menos la hiperactividad e impulsividad con mayor propensión a desarrollar trastornos de ansiedad y depresivos asociados.

Actualmente, el TDAH, se considera una enfermedad neurobiológica en la que interactúan diversos factores que incluyen el ambiente tanto físico como social para que se presente. Dicho de forma más simple, son niños que frecuentemente no prestan atención suficiente a los detalles, se equivocan en las tareas escolares por descuido, no ponen atención al jugar, no siguen instrucciones, no finalizan tareas, se les dificulta organizar actividades, evitan actividades que requieran esfuerzo mental sostenido, pierden objetos necesarios para sus labores, se distraen por estímulos sin importancia, son descuidados. Mueven en exceso manos o pies o se remueven en el asiento, abandonan el asiento en clase, corren o saltan excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo, parece que “tienen un motor” que no para, hablan en exceso, precipitan respuestas, no pueden guardar turno y son entrometidos. Todo lo anterior está presente desde antes de los 7 años de edad y les causa problemas en su desempeño escolar, lo que puede hacer que equivocadamente se piense que tienen discapacidad intelectual, además de favorecer el desarrollo de una baja autoestima y dificultades en la socialización. Por otro lado nos encontramos con que existen en la actualidad tratamientos farmacológicos que funcionan de forma consistentemente efectiva en un porcentaje de hasta el 70 % de los niños con TDAH. Esto quiere decir que su rendimiento escolar mejora, dado que pueden poner más atención y los síntomas asociados disminuyen también de forma significativa ya que se tiene la posibilidad de tener mayores logros de acuerdo a su nivel escolar. Por supuesto la evaluación del problema la debiera hacer un profesional capacitado, y sea el pediatra, neurólogo, psiquiatra o psicólogo, con el fin de establecer un plan de atención racional que en el mejor de los casos incluya tanto el empleo del medicamento apropiado como el apoyo psicopedagógico y psicológico tanto al paciente como a sus padres. Esto, por supuesto, supone la participación de profesionales de otras áreas, maestros y trabajadores sociales para lograr lo que se ha dado en llamar un abordaje “multimodal”.
 
Los medicamentos más utilizados y con los que se tiene experiencia desde hace más de 70 años son los estimulantes que además, cuando son bien empleados, disminuyen el riesgo de que el muchacho desarrolle un trastorno por consumo de sustancias posteriormente. 

*Psiquiatra. Profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Rubén Darío Galván Zermeño, médico internista.

ATAQUES, EPILEPSIA Y CONVULSIONES

DR. MARIO DEL VALLE GONZÀLEZ*

El Siglo de Torreón

El tejido nervioso (incluyendo el cerebro, la médula espinal y los diferentes nervios del cuerpo) tiene la particularidad de que son excitables, es decir, se comportan como generadores de electricidad que se mide en microvoltios, de manera que se requieren medidores extraordinariamente finos para su registro. Ésta capacidad se fabrica en las células a través de movimiento de moléculas de sodio y potasio (entre otros electrolitos) a manera de “chorro” que generan diferencias eléctricas en la membrana que cubre las neuronas.
            Pensando en que las neuronas (que son las células que componen el sistema nervioso) tienen cargas eléctricas y las trasmiten a manera de cables a lo largo del cuerpo, es más fácil entender que, así como discurre la electricidad (que lleva o trasmite un estímulo o una orden, como puede ser mover un dedo o sentir un piquete), así de fácil es pensar que a veces tienen descargas anormales o una especie de “corto circuito” cuando hay alguna enfermedad o proceso que irrita a las neuronas.
            Las convulsiones (frecuentemente llamados “ataques”) son el resultado de este corto circuito, que ocasiona movimientos, sin propósito, e involuntariamente de los músculos representados en determinada zona del cerebro que descarga por alguna enfermedad.
            Estos movimientos o ataques, nos obligan a estudiar la causa y el sitio del cerebro que está enfermo y que se hace evidente por las convulsiones, y hay una enorme variedad de padecimientos que ocasionan descargas anormales del cerebro, y, obviamente, requieren de estudios clínicos, de laboratorio y de gabinete, a través de un especialista, que además le dará tratamiento preventivo, para intentar que no se repita tan frecuentemente (anti-convulsivantes).
            Lo primero que debemos hacer en caso de que alguno de nosotros esté en presencia de un “ataque” o convulsión, es: (1) evitar que se dañe la persona al caer inconsciente, (2) si es posible colocar una cuchara en la boca, para evitar una mordedura en la lengua (no meta su dedo porque la persona esta inconsciente y puede morderla y lastimar gravemente, (3) déjele que pase el “ataque” y si puede cuente el tiempo y observe cual es la parte del cuerpo que se mueve involuntariamente.
            Difícilmente una crisis convulsiva tarda más de 60-90 segundos, es muy aparatosa e incluso puede tener una respiración muy ruidosa y con sonidos desagradables, pero no es mortal, se recupera y después la persona queda dormida o aletargada, pero ya sin movimientos anormales y con una respiración tranquila. El siguiente paso, es llevarle a Consulta a un Centro Hospitalario o al Especialista.
            Cuando las convulsiones se repiten sin causa aparente a pesar de los estudios (que son normales) y habitualmente aparecen desde la infancia o adolescencia temprana se denomina Epilepsia y requiere de tratamiento preventivo y control por muchos años.
            Cualquier duda consulte con nosotros en el Hospital General Universitario.

*Neurocirujano. Profesor de Neurología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Adalberto Mena Caldera, Psiquiatra.

OTRA APLICACIÓN DE LAS CÉLULAS MADRE

artroscopiaDR. DANIEL ARELLANO PÉREZ VERTTI*

El Siglo de Torreón

Las células madre mesenquimales, recientemente se han convertido en una posibilidad eficaz para el tratamiento para diversas enfermedades, entre las que se encuentra la enfermedad degenerativa de las articulaciones. Sin embargo, la desinformación y la ignorancia son fuentes potenciales de rechazo y fracaso para esta modalidad de tratamiento.
         Es importante que los pacientes a quienes se les propone este tipo de tratamiento conozcan las ventajas, desventajas, riesgos y beneficios que implica. Por lo anterior, esta nueva modalidad de tratamiento debe ser llevada a cabo por un grupo de expertos en biología molecular, biología celular, hematología, inmunología y enfermedad articular degenerativa. Además, deberán contar con las instalaciones adecuadas para su procesamiento. Algunos de los principales beneficios son la mejoría del dolor y la capacidad funcional articular, así como la posibilidad de evitar la necesidad de tratamientos quirúrgicos, tales como la colocación de prótesis. Es importante hacer notar que esta forma de tratamiento puede regenerar los tejidos dañados y modificar la evolución de la enfermedad. Los problemas que pueden ser tratados con esta forma de terapia son: fracturas que no han curado, desgaste de cartílago articular, desgarros de tendones y ligamentos, bursitis y lesiones musculares a nivel de rodilla, hombro, pie, tobillo, cadera y columna.
Posterior al trasplante de células madre mesenquimales, el tiempo de retorno a las actividades es variable, y depende de la severidad de su enfermedad e incluso se puede requerir terapia de rehabilitación. Durante las visitas al especialista, éste determinará cuando el paciente será capaz de retomar actividades físicas regulares y el pronóstico de su enfermedad articular.
Las células madre mesenquimales pueden ser obtenidas de diferentes fuentes, siendo las más frecuentemente utilizadas la médula ósea, el tejido adiposo y el cordón umbilical; sin embargo, la cantidad de células que se obtiene de estos tejidos no es suficiente para aplicarlas por lo que es necesario cultivarlas para su expansión y posterior uso terapéutico. También estas células tienen características que deben tomarse en cuenta al momento en que se contempla la aplicación; estas tienen que ver con su forma, su capacidad adherente, algunos componentes de su superficie y la posibilidad de modular la actividad del sistema inmune. En osteoartritis la forma de aplicación es a través de una infiltración.
Nuestra Facultad de Medicina de Torreón es pionera en el país en el cultivo y aplicación de terapias con células madre mesenquimales, gracias a la vinculación que se ha establecido con centros internacionales líderes en esta tecnología. Finalmente el ser o no candidato a recibir terapia celular debe ser determinado por un grupo médico multidisciplinario especializados en terapia celular.
 *Traumatólogo. Profesor de Traumatología e Investigador de la Facultad de Medicina de Torreón UA de C.

La próxima colaboración será del Dr. Mario del Valle, neurocirujano.

CRECIMIENTO DE LA PROSTATA

CRECIMIENTO PROSTÁTICODR. ALEJANDRO GÓMEZ ALVARADO*
El Siglo de Torreón

La próstata es una glándula exclusiva de los hombres. Se encuentra ubicada en la pelvis baja entre la vejiga y la uretra que es el conducto que trasporta la orina hacia el exterior, de hecho, forma parte de ésta, en lo que se conoce como uretra prostática. La próstata tiene como función producir aproximadamente el 30 % del líquido seminal ya que el resto lo producen las vesículas seminales; esto es esencial para la supervivencia de los espermatozoides, porque así se logra tener una buena fertilidad.
El tamaño de la próstata en el hombre joven, hasta los 40 años, es de una nuez pequeña, pero a partir de esta edad, por causas que aún no se conocen específicamente y que la única condición es que persista la presencia de hormonas masculinas. La próstata empieza a aumentar de volumen, generando obstrucción a nivel de la uretra lo que impide el vaciamiento adecuado de la vejiga. Este crecimiento es lento y gradual de tal manera que el paciente lo hace perceptible hasta que la vejiga agota su reserva funcional y esto conlleva al inicio de los síntomas de obstrucción en la vía urinaria. En promedio los hombres lo manifiestan entre los 50 a 65 años de edad. Los síntomas son: disminución en la fuerza y calibre del chorro urinario, pujo al momento de orinar, aumento en la frecuencia urinaria, sobre todo durante la noche (nicturia), goteo terminal acentuado y en ocasiones datos irritativos urinarios e incluso sangrado por la orina.
Para ser más acuciosos en el diagnostico se realiza una exploración digital rectal, así como exámenes de ultrasonido prostático, uroflujometría y en situaciones especiales uretrocistoscopia, para establecer el grado de obstrucción que tiene el paciente y determinar el tratamiento más conveniente. Dentro de los tratamientos utilizados para este trastorno, los podemos dividir en dos: el tratamiento médico y el quirúrgico. La decisión depende de varios factores, entre ellos, la edad, condiciones generales del paciente, el hecho de que aun mantenga relaciones sexuales, la coexistencia de otras patologías, etc. Sólo el urólogo tratante y el paciente decidirán el que mejor se adapte a sus necesidades y circunstancias. Si se decide por el tratamiento médico hay que hacer notar que éste debe ser por tiempo prolongado o de manera indefinida. Pero, en promedio, es en forma intensa durante 2 años y posteriormente con dosis de mantenimiento, como en cualquier patología crónica. El tratamiento quirúrgico tiene varias modalidades, la más común es la cirugía endoscópica o resección transuretral de manera convencional o con tecnología lasser o de evaporación o ultrasónica, etc. También, en menor frecuencia, está la cirugía abierta convencional que se indica cuando el volumen de la glándula es muy grande.
Por lo anterior se recomienda a la población masculina que sobrepase los 45 años iniciar su chequeo anual para evaluar si existen datos de problema prostático, ya que son muy comunes tanto por el crecimiento del cual escribí el día de hoy, como por el cáncer de próstata que es el de mayor incidencia en el hombre y ocupa el segundo lugar en mortalidad. Del cáncer de próstata hablaré en la próxima participación.
*Urólogo. Especialista en trasplante renal. Profesor de urología de la Facultad de Medicina de Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Daniel Arrellano Pérez Vertti, traumatólogo.

ESTOMA


DR. RAÚL GUZMÁN MUÑOZ*
El Siglo de Torreón
Ostomía es el nombre que se le da al procedimiento mediante el cual un órgano es comunicado al exterior a través de una boca o estoma. Su nombre se complementa con el del órgano exteriorizado, por ejemplo: gastrostomía si es estómago, cistostomía si es vejiga. En el caso de intestino delgado; ileostomía y del colon, colostomía, entre otros. Los estomas pueden ser temporales, cuando la enfermedad que los motivó permite restablecer la continuidad del órgano ostomizado y permanentes cuando no cabe tal posibilidad. Es importante que el paciente reciba información completa de lo que es el procedimiento, la necesidad de hacerlo, los beneficios de la operación y, sobre todo, de los factores esenciales del vivir con un estoma.
El segmento del tubo digestivo sobre el cual se practica con mayor frecuencia, este tipo de procedimiento, es el colon, conocido éste como colostomía, la cual consiste en exteriorizar y fijar un segmento de intestino grueso para permitir la salida de la materia fecal. El estoma creado carece de esfínter por lo que no se tendrá control sobre las evacuaciones, siendo necesario traer una bolsa recolectora adherida a su vientre. Las características de la materia fecal serán líquidas o pastosas si la colostomía se practicó en la parte proximal del colon y formadas cuando esta se instala en su parte distal. En este último caso, se puede tener cierto control en las evacuaciones reentrenando su intestino a través de irrigaciones (enemas) para evacuar a la misma hora.
En algunas enfermedades hay necesidad de retirar la totalidad del intestino grueso instalando en este caso una ileostomía. Las heces procedentes de este último procedimiento serán líquidas y constantes y por su contenido en enzimas digestivas es muy irritante para la piel por lo que requerirán un equipo y cuidados especiales que eviten las dermatitis. Los estomas, en general, carecen de terminaciones nerviosas, por lo que no son dolorosos, se aprecian rojos y húmedos y puedes sangrar con facilidad aunque esto se cohíbe fácilmente bajo la compresión con una toalla húmeda y fría. Si usted es portador de un estoma, adopte una dieta equilibrada, coma lentamente y mastique bien los alimentos, añada poco a poco alimentos nuevos para ver cómo reacciona su intestino. Entienda que, al igual que cualquier otra cirugía, es necesario un tiempo de adaptación y recuperación que puede durar de 6 a 8 semanas. Los productos para ostomía están disponibles en tiendas de artículos médicos y farmacias, recomendándole tan solo la asesoría de una terapista enterostomal o su médico tratante, antes de su adquisición.
*Cirujano. Secretario Administrativo y Profesor de Anatomía de la Facultad de Medicina, Torreón, UA de C.
La próxima colaboración será del Dr. Alejandro Gómez Alvarado, urólogo.