sábado, 26 de noviembre de 2011

DISFUNCIÓN ERÉCTIL

DR. ALEJANDRO GÓMEZ ALVARADO*
El Siglo de Torreón aquí
La disfunción eréctil, anteriormente llamada impotencia sexual, es un trastorno del adulto masculino. Se define como la incapacidad para lograr o mantener una erección. En consecuencia, surge el impedimento de tener una relación sexual satisfactoria.
La disfunción eréctil puede ser el principio de una serie de problemas de salud, ya que para que se logre una erección adecuada es necesario que se encuentren integras cuatro funciones fundamentales. Primero: debe de existir un buen aporte de sangre hacia el pene. Segundo: los nervios que van hacia este órgano no deberán encontrarse afectados. Tercero: la  presencia de los niveles de hormonas sexuales deberán corresponder a las cifras normales  y cuarto: es importante analizar el aspecto psicológico del paciente.
Podemos clasificar las causas de disfunción eréctil en dos categorías: las orgánicas que corresponden a más del 80 por ciento y las de origen psicológico que son el resto.  Las principales enfermedades relacionadas con la presencia de disfunción eréctil son la diabetes y la hipertensión arterial  ya que provocan una afección a los vasos y nervios en la región del pene. El uso de medicamentos antihipertensivos tiene como complicación directa la presencia de disfunción eréctil. Por lo cual el manejo adecuado del paciente que presenta estas enfermedades es fundamental para la prevención.  La presencia de niveles elevados de colesterol y triglicéridos en sangre  originan también este problema. Por lo tanto, cualquier hombre con la presencia de alguno de estos antecedentes debe ponerse en contacto con su médico para evaluar la calidad de su vida sexual. Esto es importante ya que la disfunción eréctil dentro de su clasificación presenta tres categorías, leve, moderada y severa. El tratamiento depende directamente de la evaluación del médico para establecer el grado que padece  el paciente, ya que la variedad de tratamientos abarca desde la administración de suplementos hormonales, el uso de medicamentos facilitadores de la erección, utilización de medios físicos para lograr una erección (bomba de vacío), aplicación de medicamentos inyectados en el pene, hasta la colocación de prótesis peneanas en sus diferentes modalidades.  Es importante recalcar que la automedicación en este trastorno puede ser peligrosa debido a los efectos que pueden provocar los medicamentos si éstos no son prescritos adecuadamente.     
 Al ser un problema que se presenta en uno de cada dos hombres mayores de 45 años  ha hecho que la necesidad  de atender esta enfermedad a tiempo  favorezca la calidad de vida del paciente.
*Urólogo. Especialista en trasplante renal. Profesor de Urología de la Facultad de Medicina de Torreón, U.A. de C.
La próxima colaboración será del Dr. Mario del Valle González, neurocirujano.

sábado, 19 de noviembre de 2011

OSTEORTITIS DE RODILLA

DR. DANIEL ARELLANO PÉREZ VERTI*
El Siglo de Torreón aquí
La osteoartritis es el desgaste de cartílago de articulaciones como la rodilla, afecta también a tendones y ligamentos que son las estructuras que se encuentran alrededor de la articulación. Cualquiera que sea la causa de la enfermedad, la reparación del daño no es posible y desafortunadamente, en la actualidad no existe un tratamiento que revierta el proceso de este padecimiento.
            La osteoartritis de la rodilla es la más frecuente de los miembros inferiores. En muchas ocasiones la causa es desconocida, en otras, están relacionadas con sobrepeso, obesidad, menopausia, traumatismos, predisposición genética, deformidades en la articulación y otras enfermedades como la diabetes. Puede afectar ambas rodillas.
            El síntoma característico es el dolor de la articulación; al principio se presenta al hacer actividad, pero la naturaleza progresiva de la patología, ocasiona que, posteriormente el dolor se sienta aún estado en reposo. Puede acompañarse de derrame de líquido articular, crepitación a la movilidad, rigidez y limitación funcional para las actividades laborales y de la vida diaria. Para el diagnóstico se toma en cuenta la exploración y los síntomas; se completa con una radiografía simple, que mostrará diferentes alteraciones dependiendo la severidad del caso.
            La osteoartritis de rodilla provoca severa incapacidad física en el adulto y conforme se incrementa nuestra expectativa de vida, en los siguientes 20 años aumentará la incidencia de esta alteración. Además ocasiona un severo impacto económico que es enfrentado por las instituciones de salud y por los mismos pacientes.
            El tratamiento no farmacológico es a base de cuidados posturales, terapia física y la terapia farmacológica con analgésicos y antiinflamatorios: éstos se emplean en las fases iniciales y alivian el dolor. Sin embargo, dichos procedimientos no han demostrado proteger al cartílago del desgaste.
            El tratamiento quirúrgico está indicado cuando los síntomas son incontrolables. La artroscopia, los injertos de células de cartílago y la corrección de deformidades, aunque benéficas al inicio, no impiden la progresión de la enfermedad, la recaída de los síntomas y la discapacidad.
            Existen otros métodos de tratamiento quirúrgico como la prótesis total que se utiliza en situaciones extremas.
            Actualmente, investigaciones sobre el trasplante de células madre inyectadas en la articulación, favorecen la mejora en la evolución de enfermedades consideradas incurables, como la osteoartritis de rodilla. Estas células pueden diferenciarse en células formadoras de cartílago, se implantan fácilmente y el riesgo de rechazo es bajo. Estas propiedades, entre otras, colocan a las células madre como candidatas ideales para la medicina regenerativa articular.
            *Traumatólogo. Profesor de Traumatología e Investigador de la Facultad de Medicina de Torreón U.A. de C. Correo electrónico: arellanodaniel1969@gmail.com
                       La próxima colaboración será del Dr.  Alejandro Gómez Alvarado, urólogo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER

DR. FEDERICO SALDAÑA WOLFF*
El Siglo de Torreón aquí
 “Mi hijo es un adolescente que realiza mucha actividad deportiva, pero últimamente ha tenido un crecimiento doloroso a nivel de la cara anterior de la pierna en la articulación de  la rodilla”, esto es lo que regularmente manifiestan los padres en la visita al médico.
La enfermedad de Osgood-Schalatter es la causa más frecuente de queja en deportistas adolescentes; consiste en dolor, inflamación y crecimiento de la parte superior y anterior de la pierna (tubérculo tibial) y en la articulación de la rodilla debido al tiramiento repetido del músculo llamado cuadriceps. No se trata de un proceso tumoral que regularmente es lo que inquieta a los padres. El tendón y el tubérculo son por completo extraarticulares de tal forma que no hay riesgo de daño a la articulación de la rodilla. El diagnóstico se establece clínicamente por el antecedente de dolor en el tubérculo tibial; se agrava con la actividad y se alivia con el  reposo. Estas manifestaciones pueden presentarse en forma bilateral.
Como el proceso probablemente resulta de una actividad repetitiva y excesiva, el tratamiento en casos leves consiste en una restricción suficiente de la misma para aliviar los síntomas, cuando éstos son más graves es útil la inmovilización con un aparato cilíndrico de fibra durante unas semanas. Rara vez  se requiere tratamiento quirúrgico y sólo para episodios incapacitantes, recurrentes o deformidad estética intensa. En ocasiones  pudiera estar indicado inyectar corticosteroides, aunque no son recomendables y tienen poca justificación teórica e implica el riesgo de debilitar el tendón y producir áreas de despigmentación y adelgazamiento de la piel.
Es importante considerar que la rodilla es una fuente común de molestias ortopédicas en niños y adolescentes. El médico general puede muy bien atender estos problemas; sin embargo, lo recomendable es acudir al especialista quien realizará una valoración clínica más precisa.
El examen de rodilla no debe realizarse superficialmente, se tomará en cuenta la postura de las piernas; si son arqueadas o en equis, o si las rodillas tienen extensión excesiva o limitada. Se valorarán dinámicamente todos estos factores durante la marcha y se buscará cojera, acortamiento del paso, etc.
La inspección debe realizarse concienzudamente buscando en este caso la falta de asimetría entre ambas rodillas, valorándose la flexión y extensión. La palpación de la zona dolorosa es de enorme importancia; hay que realizarla gentilmente para identificarla con precisión, en éste caso  sobre el tubérculo tibial.
Los padres y pacientes deben saber que el proceso recurrirá con la actividad excesiva después de haber mejorado con el reposo: sin embargo cura espontáneamente y cesará cuando se detenga el crecimiento, dejando únicamente un tubérculo prominente.
*Especialista en Ortopedia Pediátrica. Profesor de Traumatología y Subdirector Administrativo del Hospital General Universitario U.A. de C.
           La próxima colaboración será el Dr. Daniel Arellano Pérez Verti, traumatólogo,

sábado, 5 de noviembre de 2011

CRIPTORQUIDIA

     POR DR. J. GUILLERMO MILÁN MONTENEGRO*
                                      El Siglo de Torreón aquí
La criptorquidia o testículos no descendidos, es la ausencia congénita de uno o los dos testículos en la bolsa escrotal. La palabra criptorquidia proviene del griego kriptos (oculto) y orquis (testículo). El diagnóstico y tratamiento de esta condición es muy importante porque influirá en la evolución del niño y su actuación en la vida adulta. No es raro que sea la mamá quien detecte la anomalía.
Generalmente el testículo no descendido se puede localizar en la  parte inferior del riñón, por detrás de los intestinos, en el anillo inguinal y en el conducto inguinal o ingle. Si se encuentra fuera de este trayecto se le llama ectopia y de no encontrarse en ningún lado se denomina  anorquia. Hay dos tipos de criptorquidia: los testículos palpables que no pueden descenderse al escroto y  los testículos no palpables o intrabdominales; las causas son múltiples, pero se relacionan principalmente con la secreción de una hormona llamada antimulleriana. Este problema se presenta en un 33 por ciento de los niños prematuros, y 60 por ciento en bebés que pesan menos de 1.500 kilogramos al nacer.
Idealmente la criptorquidia se debe diagnosticar al momento del nacimiento. El pediatra clínico referirá el paciente al cirujano pediatra en los primeros tres meses de vida del niño. Así se proporcionará certeza diagnóstica y vigilancia adecuada para seguir de cerca su evolución, que será eminentemente  clínica con las siguientes alternativas: 
A)   Si el testículo desciende antes del primer año, la vigilancia del cirujano se da por concluida y sólo ameritará control periódico por su pediatra. No serán necesarios estudios complementarios.
B)   Si no hay descenso completo en eI primer año, el cirujano pediatra   participará haciendo estudios hormonales (perfil testicular), esto en caso de que se palpe el testículo. Si no se palpa se harán estudios de ecosonografía, tomografía o resonancia magnética nuclear.
Una vez definido el tipo B, debe plantearse la cirugía, denominada orquidopexia (uni o bilateral) antes de los dos años de edad para evitar al máximo la infertilidad y la malignidad (los testículos no descendidos son susceptibles de desarrollar tumores malignos).
            Algunos médicos idealizan la terapia con hormona gonadotropina corionica humana cuyo éxito es del 10 al 50 por ciento, aunque en general se considera que aquellos casos corresponden a un testículo retráctil que se encuentra en la base del escroto pero puede atraerse manualmente y la hormona facilita su permanencia escrotal. Estos casos no son candidatos para cirugía y pueden resolverse espontáneamente ente los 5 y 8 años de edad.
 Del 70 al 95 por ciento de la criptorquidia está asociada a hernia inguinal, que se soluciona en el mismo tiempo quirúrgico.
*Cirujano pediatra. Profesor de Pediatría de la Facultad de Medicina de la U.A. de C. correo electrónico: memomilan@yahoo.com 
La próxima colaboración será del Dr. Federico Saldaña Wolff, especialista en ortopedia pediátrica.